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Industria y Mercado

Los fantasmas del pasado de JPM: cómo 20 años de negocios, escándalos y ciencia han moldeado la atención médica (The ghosts of JPMs past: How 20 years of deals, scandal, and science have shaped health care)
Matthew Herper, Damian Garde, Rebecca Robbins, Adam Feuerstein
Statnews, 9 de enero 2020
https://www.statnews.com/2020/01/09/jp-morgan-conference-20-years-look-back/
Traducido por Salud y Fármacos

La próxima semana, la biotecnología celebra un aniversario: 20 años desde que el banco J.P.Morgan se hizo cargo de la conferencia más grande de la industria farmacéutica, un ritual anual de fusiones negociadas, promesas incumplidas y ciencia innovadora.

La Conferencia de Salud del J.P. Morgan es más que un lugar para establecer acuerdos. Es un lugar donde surgen discusiones feroces, donde se crean los memes para la industria y donde las empresas de biotecnología analizan sus dificultades.

Con eso en mente, STAT decidió hacer un análisis retrospectivo. El resultado no se limita a ser una serie de recuerdos sobre una conferencia, sino la historia de una industria, repleta de lecciones de gestión, liderazgo y comunicación. Durante las últimas dos décadas, muchos de los héroes y villanos más importantes de la industria farmacéutica se han paseado por los salones del Hotel Westin St. Francis en San Francisco, donde empezó hace 38 años bajo el auspicio de la Hambrecht & Quist, un banco de inversión que ha pasado al olvido.

El mandato del J.P. Morgan comenzó cuando, tras una ola de consolidación, se formaron las gigantes empresas farmacéuticas que tenemos ahora. Las reuniones han sido testigo de la crisis de la seguridad de los medicamentos del 2000, de la era del gran auge de la biotecnología y del nacimiento de un sector próspero. Y hoy, para bien o para mal, todavía es donde se generan los cambios.

A continuación, describimos algunas imágenes del pasado de las conferencias bajo el mandato del J.P. Morgan.

2000-2001: el comienzo y el final del auge del genoma
A principios de siglo, la genética surgió como una revolución. En la reunió del año 2000, Roy Whitfield, el CEO de una pequeña empresa nueva llamada Incyte, se jactó de que su compañía había “revolucionado el descubrimiento de las dianas para los medicamentos”, y agregó: “Hemos secuenciado, patentado y ampliamente licenciado más genes que nadie en esta primera fase crítica de la revolución genómica”.

El precio de las acciones de la Incyte se cuadruplicó en los primeros meses de 2000, dándole una capitalización en el mercado cercana a los US$8.000 millones. Otras compañías que tenían bases de datos genéticos también se apreciaron enormemente. Mark Levin, el CEO de la empresa Millennium, se jactó de que la plataforma genómica de la compañía lograría comercializar un medicamento cada año. En mayo de 2001, la empresa Celera, la rival de más alto perfil de la Incyte, fue agasajada en el césped de la Casa Blanca por su papel en secuenciar el primer borrador del genoma humano.

Y, entonces, Wall Street dejo de tener interés en las acciones relacionadas con la genómica, y todo el mercado se desplomó. Los inversores se dieron cuenta de que el negocio de vender datos genéticos era mucho menos lucrativo de lo que habían pensado. En 2001, la Incyte contrató al ex CEO de la DuPont Pharmaceuticals, Paul Friedman, para que se volcara hacia el descubrimiento de medicamentos, cambiando la orientación de la compañía a su forma actual.

2002: “Metimos la pata”
Fue el comienzo de uno de los escándalos más sensacionales en la historia de la biotecnología, y de la cadena de eventos que enviaría a Martha Stewart a la cárcel. Sam Waksal, director ejecutivo de la empresa ImClone Systems, entró con aspecto demacrado en la sala de reuniones del hotel Westin St. Francis para enfrentarse a una multitud desbordante de inversores furiosos.

Dos semanas antes, la FDA había rechazado el medicamento innovador Erbitux para el cáncer de colon de la ImClone. Durante años, Waksal había estado prometiendo a Wall Street que el Erbitux sería aprobado rápidamente y alcanzaría ventas de miles de millones de dólares.

Según informes de prensa de la época, Waksal preguntó “¿Cómo llegamos a la situación en la que me encuentro, tratando de explicar cómo recibimos una carta [rechazo de la FDA a evaluar el medicamento] para una indicación para la que ningún otro medicamento funciona? Metimos la pata”.

El J.P. Morgan había abierto dos salas extras para que los inversores y otros escucharan a Waksal y pudieran intervenir a través del sistema de audio. Se enteraron de que la ImClone había ignorado las repetidas advertencias de la FDA sobre ciertos datos del Erbitux.

A partir de esa revelación dañina, el escándalo solo empeoró. Waksal fue destituido como CEO. Fue arrestado y acusado de informar a sus amigos, incluido Stewart, y a su familia unos días antes de la publicación de la noticia sobre el Erbitux. Se declaró culpable de haber abusado de su acceso a información privilegiada y fraude bancario, y pasó cinco años en una prisión federal.

2003: toros, osos y fraude electrónico
En 2003, los asistentes a la conferencia del J.P. Morgan se reunieron en una sesión de trabajo exclusiva para escuchar sobre la empresa InterMune.

La compañía había organizado una descarada campaña de marketing fuera de indicación, tratando de lograr que un medicamento antiguo llamado Actimmune se utilizara como tratamiento para la fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad pulmonar grave y mortal. El CEO de la InterMune, Scott Harkonen, afirmó que el medicamento ayudó a los pacientes con fibrosis pulmonar idiopática a vivir más tiempo, y para justificarlo analizó una muestra seleccionada de los datos. Los críticos, incluyendo los vendedores a corto plazo (short sellers), argumentaron que Actimmune no era más que un placebo tóxico.

Seis meses después, Harkonen había renunciado. Años más tarde, fue arrestado y condenado por los fiscales federales por fraude electrónico relacionado con la difusión de declaraciones falsas y engañosas sobre el ensayo clínico Actimmune.

2004: el gran éxito de Genentech
En enero de 2004, al comienzo de la conferencia, la empresa Genentech estaba al rojo vivo. Meses antes, la empresa de biotecnología había presentado datos de ensayos clínicos de Fase 3 que por primera vez mostraban que Avastin, un tipo completamente nuevo de terapia dirigida, había ayudado a los pacientes con cáncer de colon a vivir por más tiempo evitando que los nuevos vasos sanguíneos alimentaran a los tumores.

Los inversores llenaron la sala donde Genentech presentó los resultados, estaban ansiosos por escuchar los planes de la compañía que iba a recibir la aprobación de Avastin, lo iba a comercializar y trataría de ampliar su uso para tratar otros tipos de cáncer. Avastin se convertiría en uno de los tratamientos más importantes y significativos contra el cáncer que jamás se hubiera desarrollado, y en un producto comercial de gran éxito para Genentech.

2005: Merck se tambalea tras la retirada de Vioxx
En septiembre de 2004, la empresa Merck anunció que retiraría del mercado su medicamento para el dolor de la artritis, Vioxx, debido a un estudio que vinculaba el medicamento con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El CEO de la compañía, Raymond Gilmartin, subió al escenario para tratar de tranquilizar a los inversores y dijo que la Merck todavía tenía una posición sólida.

“Estabamos financieramente fuertes antes del retiro voluntario de Vioxx”, dijo Gilmartin, según una transcripción. “Estamos finalmente financieramente fuertes después del retiro del Vioxx”. Pero el escándalo trascendió al público y se convirtió en una tormenta de rayos y truenos, generando otro escrutinio sobre cómo la FDA regulaba los medicamentos. Los críticos querían saber ¿por qué la empresa había procastrinado durante tanto tiempo en aceptar y hacer público que el Vioxx era más peligroso que otros analgésicos?

Gilmartin renunció en mayo y fue reemplazado por Richard Clark, alguien que había trabajado toda la vida en la empresa. Merck tardaría años en recuperarse de ese golpe y recuperar su reputación.

2006: Vertex podría promover el cambio
El CEO de Vertex Pharmaceuticals, Josh Boger, era brillante y jactancioso. Durante su presentación en la conferencia en 2006, argumentó que el aún incipiente medicamento contra la hepatitis C VX-950, era el equivalente biotecnológico al iPod de Apple. “De vez en cuando, hay un producto que revoluciona las cosas: uno que transforma una categoría de productos, otro que transforma a una empresa y otro que transforma a una industria”, dijo.

Boger estaba parcialmente en lo cierto. El VX-950, al que nombraron Incivek, fue aprobado en 2011 y mejoró significativamente las tasas de curación de la hepatitis C. Rápidamente se convirtió en el primer producto de la Vertex con ventas de mil millones de dólares. Pero las ventas de Incivek decrecieron igual de rápido al comercializarse otros medicamentos para la hepatitis C más potentes y mejor tolerados. El Incivek podría haber transformado a la Vertex, pero casi mata a la compañía.

2007: El amanecer de las grande PBM (Gestores de Beneficios de Farmacia)
Ya sea que lo supieran o no, en enero de 2007, los asistentes a la conferencia estaban observando el futuro de la industria farmacéutica, mientras CVS y Express Scripts luchaban por la empresa Caremark Rx, una administradora de beneficios de farmacia (pharmacy benefits anager PBM). En ese momento, Caremark Rx y Express Scripts eran la segunda y tercera PBMs más grandes, detrás de Medco, en un mercado competitivo.

La Caremark Rx había firmado un acuerdo de US$21.000 millones para fusionarse con la CVS, que en ese momento era simplemente una cadena de farmacias. La Express Scripts no quería que eso sucediera y anunció su propia oferta hostil.

En el Westin Hotel, el CEO de Caremark Rx, Mac Crawford, denunció la “propuesta no solicitada” que Express Scripts había hecho en diciembre. “Esa transacción no aporta ningún beneficio estratégico, no trae nada nuevo a la mesa. Los beneficios financieros creemos que son ilusorios”, dijo Crawford. “El riesgo de retrasar un antimonopolio es alto”.

Los comentarios de Crawford ayudaron a ignorar a Express Scripts, y el acuerdo CVS / Caremark Rx se cerró en marzo.

La razón de la batalla se aclararía más tarde: el negocio de las PBMs estaba sufriendo un cambio importante, de dedicarse únicamente a procesar recetas, pasarían a negociar los precios de los medicamentos y a excluir algunos medicamentos de los formularios.

Una década más tarde, la Express Scripts se fusionó con la Medco y ha sio adquirida por la empresa de seguros Cigna, mientras que la Optum, la PBM de UnitedHealth, gastó miles de millones en adquisiciones más pequeñas. La carrera resultante ha dejado a tres compañías PBM controlando alrededor del 80% del mercado, y han coseguido un poder sin precedentes sobre como se pagan la forma en que se pagan los medicamentos en EE UU.

2008: Los cambios en Vytorin
A veces, lo que un CEO no menciona es tan interesante como lo que dice. El 8 de enero de 2008, Richard Clark de Merck no dijo nada sobre la controversia en torno a los dos medicamentos contra el colesterol, Vytorin y Zetia, que Merck y Schering-Plough había estado vendiendo juntas.

Pero el director ejecutivo de Schering, Fred Hassan, la semana anterior, había pasado la mayor parte de una sesión de 40 minutos hablando de los medicamentos. Los informes de prensa acusaron a los científicos de Schering de dar largas al análisis de un estudio que utilizó tecnología de imágenes de las arterias para estudiar los efectos de los medicamentos. Una semana después de la conferencia, las compañías publicaron los resultados: el Vytorin que combina el Zetia de la Schering y el Zocor de la Merck, no parecía ser mejor que Zocor solo.

Las acciones de ambas compañías bajaron. En 2009, Merck compró Schering-Plough por US$41.000 millones, en parte para captar toda la economía de los medicamentos. En 2014, un gran estudio que comparó Vytorin con Zocor mostró que Vytorin aportaba un pequeño beneficio adicional en la reducción de la tasa de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

2009: la crisis financiera no perdona a la biotecnología
La recesión del mercado global que supuso el final de Lehman Brothers y Bear Stearns tuvo un efecto devastador en las empresas de biotecnología, y era palpable en la reunión anual de la industria. Los precios de las acciones cayeron, no había la liquidez y algunas firmas de capital de riesgo entraron en hibernación, o cerraron por completo. Durante la conferencia, las preguntas que se hicieron durante las reuniones y presentaciones se centraron menos en el crecimiento que en la supervivencia. El J.P. Morgan incluso canceló la tradicional gala de inauguración de la conferencia, que se solía celebrar en el Ayuntamiento de San Francisco, tal vez porque ofrecer una lujosa fiesta con el nombre de un banco rescatado por los contribuyentes daba una mala imagen.

2009: el caso de la molécula de ADN al revés
En 2009, el CEO de la Genentech, Art Levinson, se había convertido en una leyenda de la industria. Era conocido por su perspicacia científica, su habilidad como gerente y su afilada lengua.

Cuando ese año subió al escenario del Westin, presidía una sala en la que, gracias a la crisis financiera, el estado de ánimo era sombrío. Dirigió su atención al organizador de la conferencia, señalando que desde que el J.P. Morgan se hizo cargo de la conferencia, la industria había dado una vuelta en dirección contraria. Se dirigió al representante del J.P. Morgan y dijo: “Somos representantes de una industria que anoche tenía una capitalización de US$301.000 millones. Es casi un tercio de US$1 billón de lo que tuvimos. Estos cambios tan brutales en dirección contraria no se suelen dar en la vida”.

“Quizás en un universo paralelo, pero en ninguna parte de este planeta”. deberíamos tener la estructura correcta del ADN”.

La empresa Roche siempre había tenido una gran participación en Genentech; ese año, compró el resto. Levinson se opuso a la compra y se fue después de que se concluyera. Actualmente es presidente de Apple y CEO de Calico, una empresa que se dedica a investigar y desarrollar medicamentos.

2010: Genzyme vs. Icahn
A principios de 2010, Genzyme era una empresa de biotecnología en crisis. Un año de problemas de fabricación causaron escasez de medicamentos, una caída en las ganancias y en el precio de las acciones. Mientras tanto, el inversionista multimillonario Carl Icahn compraba una participación en Genzyme y comenzó una lucha por obtener el control del directorio de la compañía.

Durante la conferencia, el CEO de Genzyme, Henri Termeer, utilizó su tiempo en el podio para aceptar su responsabilidad por los problemas de la compañía, pero también insistió en que era el mejor hombre para liderar su recuperación. “Acepto con gran humildad que estas interrupciones de fabricación han ocurrido bajo mi supervisión”, dijo Termeer a los inversores durante una sesión.

La Genzyme e Icahn resolvieron sus diferencias más tarde, en 2010. Y luego, a principios de 2011, Sanofi adquirió Genzyme por US$20.000 millones.

2011: el futuro a través de una pajita
Se pensó que era un truco publicitario. Vertex pidió a los inversores que asistieron a su presentación de 2011 que respiraran a través de pajitas estrechas de plástico para que pudieran sentir cómo era vivir con la insuficiencia respiratoria que causa la fibrosis quística.

En ese momento, Vertex todavía estaba muy concentrada en la aprobación y el lanzamiento de su primer medicamento contra la hepatitis C, pero la fibrosis quística se estaba convirtiendo en una parte cada vez más importante de sus planes de I + D. De esas pajitas, nació una franquicia dominante de medicamentos para la fibrosis quística. El primer medicamento contra la fibrosis quística de la compañía, Kalydeco, fue aprobado el año siguiente y solo ayudaba al 4% de los pacientes con esa enfermedad. El año pasado, Trikafta, un nuevo tratamiento de la Vertex, fue aprobado para tratar al 90% de ellos.

2011: Shkreli contra un multimillonario
Antes de que Martin Shkreli se metiera en problemas con el público en general, se burlaba de los multimillonarios. En 2011, durante su sesión con los inversores, se peleó con el fundador y CEO de MannKind, Al Mann. Shkreli estaba vendiendo las acciones de MannKind en corto. Los ánimos se caldearon. Se intercambiaron insultos.

2012: una sorpresa llamativa
A finales de 2011 se aprobó el medicamento Eylea un tratamiento para una causa de ceguera de la empresa Regeneron. Entonces las expectativas de ventas no eran altas. Los analistas pensaron que el medicamento podría generar unos pocos millones de dólares durante su primer trimestre.

Así que, en 2012, el CEO y fundador de la Regeneron, Leonard Schleifer, subió al escenario con la alegría característica. “Me han dicho que las expectativas para el lanzamiento inicial son de entre US$2 y US$5 millones”, dijo. “Entonces ¿cómo lo hemos hecho? OK. Lo hemos hecho muy bien. Desde su lanzamiento el 21 de noviembre hasta final de año, tuvimos entre US$24 millones y US$25 millones en ventas netas no auditadas a los distribuidores”. Señaló que esto era “en términos de magnitud” mejor a lo esperado.

Schleifer dijo que la Regeneron esperaba tener ventas anuales de alrededor de US$150 millones en el primer año de Eylea, pero advirtió que era temprano y que la compañía no podía confiar completamente en esos números. Un mes después, agregó otros US$100 millones a ese pronóstico. No es sorprendente que el precio de las acciones de Regeneron se dispararan. En 2018, Eylea generó US$4.100 millones en ventas anuales. La empresa ahora tiene una capitalización en el mercado de US$41.000 millones.

2013: Twitter despega
El primer tuit se envió en 2006, pero tomaría otros siete años más o menos para que Twitter se convirtiera en una fuerza importante en la conferencia del J.P. Morgan.

El hashtag de la conferencia comenzó a usarse lentamente: si culpa a la mala conexión Wi-Fi en el hotel Westin St. Francis se lo perdonaría, en 2010 hubo cerca de 300 tweets # jpm10, alrededor de 1,000 tweets # jpm11 en 2011 y cerca de 4,000 # jpm12 tweets en 2012, según un conteo del profesional de relaciones públicas Brian Reid. Pero no hay duda de que en 2013 explotó realmente el hashtag: # jpm13. Durante esa conferencia se usó unas 7.000 veces, preparando el escenario para la reunión del próximo año cuando se contabilizaron cifras con más de cinco dígitos.

En los años posteriores, Twitter ha democratizado la conferencia. Ha permitido que la gente pueda seguir desde su casa, en tiempo real, lo que sucede en las presentaciones, durante las sesiones grupales y en Union Square.

2014: surge un joven negociador
Cualquiera que vaya a la conferencia del J.P. Morgan en enero sabe que las conversaciones más importantes suceden durante las cenas o en los cócteles.

Tal fue el caso de Brent Saunders, que en 2014 tenía 44 años. El año anterior, había sido CEO de la Bausch & Lomb, una empresa de productos para el cuidado de la vista que después se vendió a Valeant Pharmaceuticals por US$8.700 millones. Tan pronto como se cerró el trato, Saunders dirigió la empresa Forest Labs, conocida por sus antidepresivos y antibióticos. En la reunión del J.P. Morgan, cenó con Paul Bisaro, el CEO de la compañía de medicamentos genéricos Actavis, anteriormente conocida como Watson Pharmaceuticals.

Durante la cena, elaboraron un plan para que la Actavis comprara a Forest por US$28.000 millones. Saunders había sido su CEO durante solo cinco meses. Más tarde, Saunders diseñó la compra de Actavis por la que la Allergan, el fabricante de Botox, pagó US$67.000 millones. Los inversores se paralizaron con el nuevo gigante de medicamentos, pero Saunders sigue siendo bueno en los negocios. El año pasado, la AbbVie acordó comprar la nueva Allergan por US$63.000 millones.

2015: comienza la era de Keytruda
Una y otra vez, el CEO de la Merck, Ken Frazier, ha vuelto a la idea de que es su trabajo es proteger el legado de la compañía. Es algo que también dijo cuando era el abogado general de la Merck, y tenía que defender a la empresa de una avalancha de demandas relacionadas con el Vioxx. Fue una idea a la que regresó en 2015 en la conferencia.

“Solo quiero dejar en claro que tenemos mucho respeto por las otras compañías en el sector farmacéutico, pero también tenemos un legado muy fuerte en investigación”, dijo Frazier. “Y nuestro objetivo como empresa es regresar a tener la productividad en I + D que históricamente la Merck ha tenido, presentando productos de primera clase que aporten grandes beneficios a la humanidad”.

No es un objetivo pequeño. Pero ese año, Frazier podía alardear de un gran medicamento: Keytruda, el primero de una nueva clase de medicamentos inmuno-dirigidos. La Bristol-Myers Squibb había sentado las bases para tales medicamentos. Pero la Merck había logrado obtener la aprobación del primero, y después, ensayo clínico tras ensayo clínico, se convirtió en la empresa dominante. “Keytruda es un ejemplo sin precedentes, de colaboración entre las divisiones de investigación, fabricación y comercio de Merck para lograr una meta”, dijo Frazier.

Estaba en lo correcto.

2016: la famosa fiesta de Biotech
“¡Están las modelos!” gritó un experto en biotecnología no identificado que estaba en la fila para entrar en una fiesta de la conferencia de J.P. Morgan, y sin darse cuenta, inició una conversación que aun resonaba sobre la cultura de la conferencia. Tal como informó Bloomberg, anunciaba la llegada de mujeres contratadas para mezclarse con una multitud predominantemente masculina en un evento realizado por LifeSci Advisors, una firma que promueve las relaciones con inversionistas.

Durante las siguientes semanas se recibieron quejas de toda la industria, una disculpa de LifeSci y muchas promesas de mejorar. Pero la fiesta también ilustró cuestiones de género más sutiles y aún sin resolver en la conferencia y en la industria farmacéutica en general.

2017: Pharma enfrenta un cargo de “asesinato”
Cuando salió el sol, el tercer día de la conferencia del J.P. Morgan, los líderes de la industria farmacéutica descubrieron lo que el presidente entrante pensaba de ellos. Donald Trump, a pocas semanas de su toma de posesión, aprovechó su primera conferencia de prensa posterior a las elecciones para declarar que la industria farmacéutica “is getting away with murders” (mata sin pagar por ello) en referencia a los altos precios de los medicamentos. Esto hizo que decenas de asistentes a la conferencia se congregaran en las terminales de Bloomberg que estaban dispersas por el Westin St. Francis, para ver como las acciones de biotecnología se desplomaban ante la aparente aparición de un presidente anti-industria.

Vale la pena recordar que, a principios de 2017, cuando se trataba de Trump, las farmacéuticas todavía estaban tratando de analizar sus políticas (alguna estaba dispuesta a pagar un millón por tener alguna por una pista). Tres años después, la retórica de Trump no se ha suavizado mucho, pero los esfuerzos de la Casa Blanca por reducir el precio de los medicamentos, en gran medida, han fracasado [el covid-19 ha cambiado la visión que tiene Trump de la industria].

2018: el año de los Michaels
La víspera de la conferencia, STAT publicó una historia que llevó a una realidad sencillay y memorable: más hombres llamados Michael harían presentaciones de las compañías que mujeres CEOs.

Casi inmediatamente, “los Michaels” se convirtieron en un meme. Los asistentes a la conferencia no podían dejar de hablar de eso. Las cuentas corporativas de Twitter promovieron la presentación de sus CEO mujeres como parte de un pequeño club. Jonathan Bush, entonces CEO de la Athenahealth, bromeó durante su presentación, como no se llamaba Michael, esperaba que la multitud “apreciara mi contribución a la diversidad de la conferencia”.

Los Michaels se difudieron ampliamente en el momento más álgido de #MeToo sobre el acoso sexual y los obstáculos que enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo. Y pusieron un nombre a la industria biotecnológica cuyos altos puestos están dominados por hombres.

2019: comienza la fatiga del J.P. Morgan
Con cada año que pasa hay quejas por espacios reducidos, hoteles caros y conversaciones sin mucho sentido que se olvidan encuanto se concluyen. A pesar de esas quejas, la conferencia no se trasladará a ninguna parte en un futuro inmediato gracias a un contrato a largo plazo con el hotel Westin St. Francis, lo que significa que las reuniones más pequeñas que giran alrededor del J.P. Morgan también tendrán lugar.

Y además, en 2019, los que se quejaban anualmente pasaron a la acción: la gente comenzó a prometer quedarse en casa en enero. Los primeros miembros del movimiento separatista son en su mayoría inversores de alto perfil que, en virtud de tener mucho dinero, pueden lograr que la gente los busque. Pero si los tweets de los frustrados indican algo, irá aumentando el número de expertos en biotecnología que elegirán observar desde lejos cuando la industria descienda en San Francisco.

Seguiremos asistiendo hasta que se vayan.

creado el 4 de Diciembre de 2020