La posición dominante de la FDA como el regulador local más influyente del mundo ha sido particularmente notoria durante la pandemia, en el contexto de las autorizaciones del uso de emergencia de las vacunas contra la covid-19. En el contexto de configuración de un orden regulatorio postpandemia de estandarización para la aprobación de medicinas, este ensayo plantea una reflexión crítica sobre las justificaciones y dinámicas políticas subyacentes al poder de la FDA y su impacto en el orden regulatorio de países de la región latinoamericana considerando la dependencia regulatoria que ya existe. En particular se reflexiona sobre si la tendencia regulatoria de ‘agilización’ y ‘coordinación’ permitirá a los países de la región atender los problemas de escasez y acceso equitativo a la salud que fueron evidenciados con la pandemia.