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América Latina

Brasil. Innovación tecnológica en los laboratorios farmacéuticos oficiales: la ruta hacia el desarrollo y la soberanía nacional

(Inovação tecnológica nos laboratórios farmacêuticos oficiais: caminho para o desenvolvimento e a soberania nacional)
Andréa Vilhena
Centro de Estudios Estrategicos de Fiocruz, 21 de agosto de 2023
https://cee.fiocruz.br/?q=Inovacao-tecnologica-nos-laboratorios-farmaceuticos-oficiais
Traducido por Salud y Fármacos; publicado en Boletín Fármacos: Economía, Acceso y Precios 2023; 16(4)

Tags: producción pública de medicamentos, acceso a medicamentos en Brasil, laboratorios nacionales de medicamentos, alianzas público-privadas

En la ceremonia de apertura del I Congreso de Laboratorios Farmacéuticos Oficiales de Brasil, que tuvo lugar los días 8, 9 y 10 de agosto en Brasilia, el Secretario de Secciones del Ministerio de Salud, Carlos Gadelha, destacó que la capacidad tecnológica del país es vital para la supervivencia y para que las instituciones públicas que manufacturan productos para la salud contribuyan a la sociedad. “Hoy, cuando leo Laboratorios Farmacéuticos Oficiales, leo instituciones públicas de producción con tecnología e innovación en Brasil. No puede haber productores públicos que no sean muy fuertes en ciencia y tecnología, porque corremos el riesgo de que en vez de revolución 4.0, tengamos vulnerabilidad 4.0 y cuando surjan nuevas pandemias y epidemias volvamos a estar de rodillas”, afirmó. El acto incluyó una conferencia sobre Salud, desarrollo y soberanía: retos para los laboratorios farmacéuticos oficiales, impartida por el ex ministro de Sanidad José Gomes Temporão, uno de los coordinadores del proyecto Enfermedades Crónicas y Tecnologías Sanitarias del CEE-Fiocruz.

Al hablar de la nueva política industrial de Brasil, lanzada a principios de julio, Gadelha citó a la economista Mariana Mazzucato, reiterando sus palabras en una reciente conferencia en el Ministerio de Salud, cuando dijo que el país está a la vanguardia de la política más innovadora del mundo, guiada por la misión de fortalecer el Complejo Económico-Industrial en Salud (CEIS) con el objetivo de reducir la vulnerabilidad del sistema unificado de salud (SUS) y garantizar el acceso universal.

“Nuestro compromiso es con la vida”, dijo Gadelha, poniendo como ejemplo la reciente incorporación de la producción de un medicamento para la fibrosis quística, que hasta ahora era importado, y que alarga en treinta años la expectativa de vida de los niños con este problema.

El secretario explicó que el Ministerio de Salud trabajará con la red pública de laboratorios para invertir en áreas de la salud que requieren el uso de tecnologías de punta, como la oncología, pero también contemplará “recuperar el rol público en enfermedades desatendidas”.

Las inversiones del ministerio en el desarrollo productivo y la innovación estarán orientadas por las necesidades del SUS, dijo. “Nuestra agenda tecnológica y productiva estará orientada por el SUS, que fue concebido en la Constitución de 1988 para garantizar el acceso universal, equitativo e integral a la salud”.

Destacando que es “inaceptable tener un sistema de salud para los pobres y otro para los ricos”, Gadelha recordó que “hoy tenemos un problema de abastecimiento de productos considerados básicos, como antibióticos y analgésicos”.

El Estado debe desempeñar su papel, “trabajando por el interés público”, subrayó, defendiendo alianzas con el sector privado “para promover un SUS sostenible”.

Para ello, Gadelha afirmó que es fundamental garantizar tanto el suministro de los productos ya incorporados al SUS, como que el Estado ofrezca una base institucional permanente de apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación para garantizar el fortalecimiento de la producción pública como estrategia de desarrollo nacional.

El papel del Estado y las asociaciones con el sector privado
El ex ministro Temporão inició su intervención recordando que sólo recientemente la política de salud en Brasil comenzó a pensar en los determinantes que inciden en la investigación, el desarrollo de productos y la producción. “Eso solía ocurrir en el ámbito de las políticas industriales y comerciales, en las políticas de ciencia y tecnología”, señaló. Repasando la historia, señaló la 8ª Conferencia Nacional de Salud, celebrada en 1986, como el lugar en que se planteó por primera vez la importancia de que Brasil desarrollara capacidad tecnológica para garantizar el acceso a los suministros para la salud. Sin embargo, “esta cuestión sólo se convirtió en objeto del sector salud: pensar, trabajar y asumir esta complejidad, en el segundo mandato del Presidente Lula, cuando asumí el Ministerio de Salud”, sellando a partir de entonces una “fuerte interdependencia entre los objetivos de la ciudadanía, la universalidad del SUS y la base productiva y tecnológica de la salud”.

Ahora, en el tercer mandato del Presidente Lula, con Nísia Trindade al frente del Ministerio de Salud y Carlos Gadelha en Secciones, subrayó, el país retoma este trabajo, construyendo “una nueva política de desarrollo, en la que la salud asume su especificidad e importancia” al servicio de la garantía de la vida. Temporão reiteró el papel fundamental de la salud para el desarrollo y la mejora de las condiciones de vida y su articulación con la ciencia, la tecnología y la economía.

La pandemia ha puesto en evidencia nuestra vulnerabilidad tecnológica, dijo el exministro, pero al hacer su evaluación, el país tiene todas las condiciones para revertir esta situación. “Tenemos un mercado gigantesco, una estructura industrial que sigue siendo la más importante de América Latina”, dijo, destacando la importancia económica del sector: la salud representa cerca del 10% del PIB y 25 millones de empleos directos e indirectos, de los cuales 12 millones son directos, y está, junto con la industria bélica, en la frontera del desarrollo tecnológico. “En términos de producción científica nacional, la sanidad ocupa una posición de liderazgo. También tenemos una gran capacidad para realizar ensayos clínicos, con excelentes hospitales académicos”, continuó, destacando también el gran poder adquisitivo del SUS, que hoy atiende exclusivamente al 75% de la población brasileña. “También tenemos una de las diez mejores agencias reguladoras del mundo, Anvisa”.

En un momento en que el país está recuperando la centralidad de la ciencia, “con la liberación de fondos del Fondo Nacional para el Desarrollo Científico y Tecnológico (en portugués FNDCT) y el retorno de la Financiadora de Estudios y Proyectos (en portugués Finep) y el Banco Nacional de Desarrollo (en portugués BNDES) al escenario de la política científica y tecnológica”, Temporão llamó la atención sobre los desafíos que plantean las grandes transformaciones que se están produciendo en el mundo y en Brasil. “Tenemos una triple carga de enfermedad en el país: la prevalencia de enfermedades infecciosas, emergentes y reemergentes; las enfermedades crónicas; y, desgraciadamente, al menos 100.000 muertes al año por homicidios y accidentes de tráfico”. El exministro señaló también la transición demográfica que atraviesa Brasil, con el envejecimiento de la población, así como la revolución 4.0 y su impacto en las instituciones públicas de ciencia, tecnología e innovación.

Teniendo en cuenta este contexto, y la intensificación de las cuestiones geopolíticas mundiales, que implican, por ejemplo, el cambio climático, la persistencia de la pobreza y los movimientos migratorios, Temporão hizo hincapié en que la protección de la salud pública y el acceso a medicamentos y vacunas para todos está en el centro de la agenda sanitaria mundial. “La salud es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU”, recordó, citando una de las metas del objetivo 3: “apoyar la investigación y el desarrollo de vacunas y medicamentos para las enfermedades transmisibles y no transmisibles, que afectan principalmente a los países en desarrollo. Y proporcionar acceso a medicamentos y vacunas esenciales a precios asequibles para todos”.

Para cumplir esta agenda, según Temporão, Brasil necesita superar la situación de dependencia y atraso, que se reproduce en la economía y en la salud, y es el resultado de décadas de políticas económicas de inserción pasiva y subordinada del país en el escenario internacional. Temporão explicó que, para eso, el país necesita enfrentar el déficit de conocimiento que existe entre los países excluidos del proceso de generación y producción de conocimiento en el mundo. “Brasil es el 13º o 14º país del mundo en términos de trabajos publicados en revistas indexadas, pero está en la cola en términos de registro de patentes”. Y refiriéndose al libro Saúde é Desenvolvimento: o Complexo Econômico-Industrial da Saúde como opção estratégica nacional, lanzado por el CEE-Fiocruz en diciembre de 2022 y coordinado por Carlos Gadelha, explicó que el 88% de las patentes se registran en apenas diez países. “Queremos asociarnos con empresas de esos países, pero para desarrollar y producir aquí”.

Según señaló, las asociaciones con el sector privado, a través de los Acuerdos Publico -Privados (PDP), son estratégicas para reducir esta dependencia, con el objetivo de alcanzar la sostenibilidad económica y tecnológica en relación con el desarrollo. Sin embargo, destacó que el Estado tiene un papel fundamental como regulador y formulador de políticas públicas. “No hay soberanía sin una política industrial fuerte y un Estado fuerte”.

Recordó el éxito de dos asociaciones tecnológicas durante la pandemia de covid-19. La primera, fruto de la asociación del Instituto Butantan con el fabricante chino de medicamentos Sinovac Biotech, permitió el desarrollo y la producción de la vacuna CoronaVac. La segunda permitió la transferencia de tecnología para que Fiocruz produjera la vacuna de AstraZeneca, desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio británico AstraZeneca.

Al hablar del futuro de las tecnologías sanitarias, el exministro señaló que la industria farmacéutica ha agotado su capacidad de lanzar nuevos productos al mercado. “Los pocos productos que se lanzan tienen precios prohibitivos, que son insostenibles desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema de salud”, explicó, haciendo hincapié en el riesgo que esto supone para el acceso y la sostenibilidad económica de los países, especialmente los que están en vías de desarrollo.

“Hoy tenemos un mundo dividido en castas de ciudadanos según tengan o no acceso a estas tecnologías”, dijo, señalando que esta desigualdad se refleja entre regiones, entre países e incluso dentro de cada país. “Brasil es quizás uno de los pocos países del mundo que tiene una política nacional universal de acceso a medicamentos y tratamientos para enfermedades crónicas de alto coste”.

Por último, Temporão destacó la importancia de retomar la política de CEIS para garantizar la sostenibilidad del SUS y reducir su vulnerabilidad tecnológica. “Debemos tener una estrategia de Estado a largo plazo para fortalecer y ampliar la base productiva y tecnológica nacional desde una perspectiva de desarrollo”, dijo, haciendo hincapié en la necesidad de revertir la drástica reducción de la inversión en Ciencia Tecnología e Innovación (CTI) que ha tenido lugar en los últimos años.

En cuanto a las instituciones de producción y desarrollo de ciencia y tecnología, Temporão afirmó que deben ser consideradas “como una de las piedras angulares de la política de fortalecimiento del CEIS”. Y, recordando algunas de las recomendaciones hechas por la subcomisión sobre el Complejo Económico e Industrial en Salud de la Cámara de Diputados en 2021, defendió la construcción de una política de Estado para estas instituciones, que no se centre sólo en el modelo jurídico institucional, sino que se dirija a los productores y desarrolladores públicos, evitando, por ejemplo, la evasión de talentos y posibilitando la cualificación de la gestión.

creado el 12 de Diciembre de 2023