Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Ética, Derecho y Ensayos Clínicos

Conducta de la Industria

Las farmacéuticas tienen que promover medicamentos semejantes para conseguir una parte del mercado (Vying for market share, companies heavily promote ‘me too’ drugs)
Charles Ornstein y Ryann Grochowski Jones
ProPublica y The New York Times, 7 de enero de 2015
http://www.propublica.org/article/vying-for-market-share-companies-heavily-promote-me-too-drugs
Traducido y resumido por Salud y Fármacos

Durante más de cinco décadas, el anticoagulante Coumadin era la única opción para millones de pacientes que se enfrentaban a morir por tromboembolismo (coagulo de sangre). Pero ahora, hay en una batalla feroz, que se está librando en todo el país [EE UU], entre los fabricantes de tres productos nuevos, para conseguir que los médicos receten sus medicamentos.

Los productores de estos tres medicamentos—Pradaxa, Xarelto, y Eliquis—están cortejando a los médicos, pagándoles comidas, presentaciones promocionales, consultorías y regalos educativos. Según el análisis que ha hecho ProPublica de la información publicada por el gobierno federal de EE UU, durante los cinco últimos meses de 2013, las empresas pagaron casi US$19,4 millones a médicos y hospitales en los que se preparan los futuros médicos.

La información, que se encuentra en la base de datos Open Payments, presenta por primera vez información comprehensiva de lo que las compañías de medicamentos y dispositivos médicos han pagado a los médicos. Lo que se desprende de estos datos es que los medicamentos que se promueven más agresivamente no son típicamente los que representan terapias significativamente inovadoras.

Algunos medicamentos son los que más se venden, pero otros no. Los medicamentos que se promocionan son los nuevos, que son también aquellos cuyas ventas los productores esperaban que les permitirían ganar lo que Wall Street había anticipado, sin que hasta ese momento lo hubieran conseguido.

“Estos medicamentos pueden tener un nicho único en el mercado, pero son bastante redundantes con otras terapias que ya están disponibles”, dijo el Dr. Joseph Ross, profesor de medicina y salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale. “Muchos de estos, Ud. los podría llamar medicamentos imitadores (me-too drugs).

En casi todos los casos, hay medicamentos más antiguos y más baratos para tratar algunas enfermedades. Típicamente, las empresas tratan de diferenciar los nuevos de los viejos medicamentos, diciendo que son más fáciles de usar, que tienen menos efectos secundarios, que sus efectos son más rápidos que los de sus competidores, o que tienen ventajas clínicas.

Los productores de Pradaxa, Xarelto, y Eliquis, por ejemplo, dicen que para ciertas condiciones sus medicamentos son por lo menos igual de eficaces que Coumadin, que no requieren pruebas rutinarias de sangre o que no imponen limitaciones a lo que los pacientes pueden comer. (Los pacientes que usan Coumadin, conocido también como warfarina, no deberían comer toronjas, arándanos, y tienen que limitar el consumo de vegetales de hojas verdes).

Los funcionarios de los Centers for Medicare and Medicaid, que administran Open Payments, y la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (que representa a las grandes industrias farmacéuticas innovadoras) han dicho que no han analizado los datos para poder ordenar la cantidad del gasto por cada medicamento.

Cuando se les comunicó el análisis de ProPublica, John Murphy (consejero general adjunto de PhARMA), dijo que los gastos de las farmacéuticas deberían verse no solo como estrategias de marketing sino también como una forma de asegurar de que se ofrece el mejor tratamiento para los pacientes. Según Murphy: “Por escrito, un medicamento puede parecer que no es significativamente mejor que otros, pero para un paciente particular, puede que lo sea.”

De acuerdo al análisis de ProPublica, Victoza, un medicamento para la diabetes de Novo Nordisk, es por el que más se ha pagado a los médicos. La empresa pagó US$9 millones para informar a los médicos sobre Victoza durante los cinco últimos meses de 2013, esta cantidad no incluye los pagos por investigación y regalías que se relacionan más con la I&D del medicamento. (PorPública ha creado un sistema [http://projects.propublica.org/open-payments/ ] que permite ver y comparar los pagos por medicamentos y dispositivos médicos).

Victoza, por medio de una inyección diaria, ayuda a bajar el azúcar de la sangre en los diabéticos, pero los investigadores y los grupos de defensa/apoyo al consumidor han dicho que los medicamentos de su clase pueden aumentar el riesgo de cáncer de tiroides y de pancreatitis. El Dr. Todd Hobbs, jefe médico de Novo Nordisk en Norteamérica, dijo que el gasto de la empresa reflejaba que Victoza era un nuevo medicamento y tenían que responder a las preocupaciones sobre su seguridad.

Refiriéndose a las consultas de los profesionales de salud, en particular de los médicos de atención primaria, Hobbs dijo: “Justamente hemos tenido un enorme interés [por este medicamento] y recibido preguntas y por ello la necesidad de impartir educación. Ud. ve los frutos de aquella necesidad en este informe.”

En segundo lugar figura Eliquis, el anticoagulante que comercializan juntamente Bristol-Myers Squibb y Pfizer, quienes pagaron cerca de US$8 millones a médicos. En un comunicado, las empresas dijeron que su gasto ayuda a los médicos a entender el uso apropiado de Eliquis. El comunicado explicaba que el medicamento lo prescriben médicos de diferentes especialidades y por ello decía: “Es crítico tener un programa de conferencias que provea una educación sólida a estos médicos”.

El medicamento que ocupa el tercer lugar por cantidad de pago fue Brilinta, un tipo diferente de anticoagulante de AstraZeneca que compite en ventas con Plavix, que ahora se comercializa como genérico. En un e-mail, AstraZeneca dijo que ha identificado a Brilinta como una de sus “plataformas básicas para crecer” y por ello la empresa aumentó el presupuesto para conferencias e investigación, ya que “los médicos son los socios indispensables en nuestros esfuerzos para traer nuevos medicamentos a los pacientes”.

ProPublica ha seguido los pagos que las farmacéuticas hacen a los médicos desde 2009, y pone una base de datos a disposición del público llamada Dollars for Docs (http://www.propublica.org/series/dollars-for-docs), pero solo cubre 17 compañías. A la mayoría de ellas se les obligó a hacer la información pública a través de acuerdos judiciales gestionados por el gobieno. No incluye información sobre dispositivos médicos.

La lista de los medicamentos más promocionados incluye muchos medicamentos nuevos: 14 de los 20 que han originado más pagos fueron aprobados por la FDA a partir de 2010. Algunos tratan las mismas condiciones, incluyendo diabetes, esquizofrenia, y la enfermedad pulmonoar obstructiva, por ello la competencia entre ellos es feroz. Rhonda Greenapple Simoff, fundadora de una empresa consultora que aconseja a las farmacéuticas dijo: “Puedo asegurar que se pelean por los mismos médicos”.

En la lista hay pocos medicamentos que curan enfermedades no atendidas, como por ejemplo el nuevo grupo de medicamentos para la hepatitis C, o que prolongan de manera significativa la vida, particularmente a los pacientes de cáncer. El Dr. Sidney Wolfe, el fundador y ahora consejero del Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen, dijo que cuando un medicamento es o el primero para tratar una enfermedad o mucho mejor que los existentes “esos medicamentos se venden por sí solos, por los méritos de sus beneficios únicos”.

Según el análisis de ProPublica, algunos de los medicamentos más promocionados, incluyendo Samsca para el tratamiento de niveles bajos de sodio en la sangre, tienen serios efectos secundarios que se han conocido después de que la FDA los aprobara. La FDA ha acusado a los productores de otros, incluyendo Copaxone, Latuda, Xarelto, Daliresp and Humira, de promocionarlos inapropiadamente.

Subsys que fue aprobada en 2012 para el tratamiento de cáncer, ocupaba el puesto 23 de los que tenían mayor gasto promocional en pagos a médicos. Con frecuencia se prescribe fuera de etiqueta o para usos no aprobados; en noviembre de 2014, el New York Times informó que algunos de los médicos que recibieron más dinero para promover el medicamento habían tenido problemas disciplinarios o legales. En una comunicación al New York Times, Insys Threapeutics, el productor del medicamento afirmó, que su marketing of Subsys era apropiado.

El Dr. Robert Takla, un médico de urgencias en Detroit, ganó US$75.000 en los cinco últimos meses de 2013 por conferencias en las que promovía varios de los anticoagulantes, sobre todo Brilinta. Dijo que le gustaba dar conferencias para las farmacéuticas y piensa que ofrece una perspectiva diferente a la que dan los cardiólogos y los internistas—que son los que prescriben—porque en urgencias atiende complicaciones por coágulos.

Añadió que revisaba los estudios clínicos antes de decidir si daba una conferencia sobre un medicamento y rechazaba la oferta de una empresa cuando no le convencía lo que había leído. Dijo que ya no hablaba sobre Pradaxa porque según él se habían dado reacciones negativas, que ocasionaron juicios contra su productor Boehring-Ingelheim. (Para llegar a un acuerdo judicial la empresa aceptó pagar US$650 millones el año pasado). Acepta pagos para conferencias sobre Xarelto, un medicamento que él mismo ha tomado cuando sufrió una trombosis venosa profunda. Según él, ahora el mercado de anticoagulantes es fuerte y muy atractivo.

creado el 12 de Septiembre de 2017