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Ventana Abierta

Las elecciones de EE.UU. y su impacto en los medicamentos
Antonio Ugalde y Núria Homedes

En algún momento un economista comentó que cuando la economía de EE.UU. se resfriaba la de América Latina sufría una pulmonía. Y esta situación sigue igual. Los devenires tanto políticos como económicos de este país tienen un impacto en el resto del mundo. El poder de los imperios siempre ha sido así.

Las elecciones del 7 de noviembre pasado habían sido objeto de mucha discusión y mayor expectativa porque los sondeos de opinión sugerían que el monopolio de poder que el partido republicano sustentaba desde hacía 12 años podría terminar al perder la mayoría en la cámara baja. Los resultados han corroborado con creces los sondeos, y no solamente el partido de la oposición ha conseguido una mayoría muy por encima de lo esperado si no que también han ganado de facto la mayoría en el senado, en donde se renovaba una tercera parte de los escaños. Decimos de facto porque en realidad hay 49 senadores republicanos y 49 demócratas, pero los dos independientes ya han indicado que están mucho más cercanos a los demócratas que a los republicanos.

Todo lo anterior quiere decir que estas elecciones inter-presidenciales han convertido al presidente Bush, como se dice en inglés, en un pato cojo, es decir que no podrá hacer mucho ya que dentro de dos años se renovará de nuevo la cámara baja, otro tercio del senado, y se elegirá un nuevo presidente. En otras palabras, en estos dos años las dos cámaras votarán los proyectos de ley teniendo en la mira las próximas elecciones, y no gastarán su capital político en satisfacer a un presidente que tanto en el país como en el extranjero goza de muy poco prestigio.

Los medios de comunicación han informado de las múltiples razones de la derrota republicana y no es necesario repetir lo ya dicho. El partido republicano necesita recuperarse si es que pretende volver a gobernar. Más del 60% de la población joven, es decir de los menores de 30 años, han votado por el partido demócrata y, según los analistas, si lo vuelven a hacer dentro de dos años es probable que sigan votándoles en el futuro. El pasado sugiere que después de dos votos seguidos por un mismo partido, los electores jóvenes tienden a asociarse con ese partido durante muchos años más. También han votado por los demócratas la mayoría de las mujeres, así como los hispanos que cada día se incorporan más a la política, y la correlación entre niveles de educación y voto demócrata ha sido muy fuerte. Por ello, el partido republicano tendrá que trabajar para recuperarse y legislar más de acuerdo a las expectativas de los ciudadanos. Una de ellas es tener acceso a los medicamentos.

El impacto para la industria farmacéutica: las reformas de los demócratas

El capitalismo es un sistema económico que a pesar de sus múltiples limitaciones tiene una gran perspicacia. En cuanto se conocieron los resultados electorales, las acciones de las grandes compañías farmacéuticas bajaron significativamente.

Las razones de la baja son las siguientes. Una de las promesas electorales de los demócratas fue terminar con el regalo que la administración Bush había hecho a las farmacéuticas. Hace muy pocos años Bush consiguió que el congreso aprobara el programa D de Medicare (Medicare es el seguro federal para los jubilados que cubre una buena parte de los gastos de atención médica pero no paga los medicamentos). Este programa abría las puertas a los seguros privados y a las HMOs. Los jubilados que lo desearan, podrían elegir entre recibir los servicios tradicionales de Medicare (donde el estado paga al proveedor, ya sea publico o privado) y afiliarse a un seguro privado. Como aliciente para escoger los privados, Medicare se comprometía a pagar una parte importante de los gastos de medicamentos, que para muchos jubilados son muy elevados.

La implementación del programa que empezó en enero del 2006 ha sido sumamente complicada, entre otras razones porque las compañías privadas ofrecen miles de planes y los ancianos tienen grandes problemas en entender las ventajas y los inconvenientes de cada uno, así como también por la desorganización del gobierno al empezar la implementación de la ley. Cada plan tiene deducibles diferentes y cobertura diferente de medicamentos de forma que para poder escoger el plan más favorable cada persona tiene que calcular en base a sus condiciones específicas de su salud, a sus desconocidos futuros problemas de salud, y el valor de los medicamentos que está tomando o que podrá necesitar más adelante.

El regalo de Bush a las farmacéuticas fue que Medicare se comprometía a pagar los medicamentos, sin negociar precios. Es lo menos que podía hacer en agradecimiento a las donaciones generosas de las farmacéuticas para financiar las campañas electorales de los candidatos republicanos. Para las farmacéuticas fue una bonanza caída del cielo; de repente millones de personas que antes no tenían capacidad económica para comprar medicamentos ahora los iban a recibir a cuenta del gobierno. Gastando lo suficiente en marketing y propaganda, la industria puede conseguir que los médicos prescriban los medicamentos más caros así como los medicamentos para las enfermedades que la misma industria ha inventado.

Organizaciones de consumidores, representantes del partido demócrata y muchos ciudadanos se habían opuesto al regalo y exigían al gobierno federal que se comprometiera a establecer precios de compra para Medicare, tal como lo hace para otros programas federales más pequeños (el de los empleados federales o el de los veteranos de guerra), y como lo hacen la gran mayoría de los países ricos.

Una de las promesas electorales del partido demócrata fue la de terminar con ese privilegio y comprometerse a que se negocien los precios en base al volumen de compra. También quieren investigar los precios que la industria pone a los medicamentos bajo patente, el marketing de medicamentos para usos no aprobados por la FDA, así como revocar la ley que exime a productores de vacunas de responsabilidad legal. Los demócratas han prometido también introducir legislación que incremente la seguridad de los medicamentos y promueva el desarrollo de genéricos de bajo coste. Todo ello explica la baja de los precios de las acciones de las farmacéuticas.

Como hemos indicado, los mismos congresistas republicanos están rompiendo filas con su presidente. Después de las elecciones del 7 de noviembre, el nombramiento del Dr. von Eschenbach para la dirección de la FDA ha quedado paralizado en el Comité del Senado de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones que ahora controlan los republicanos porque el candidato se ha negado a entregar la información que se le había pedido sobre los resultados de los ensayos clínicos de un medicamento. Dr. von Eschenbach ejerce como director interino de la FDA desde hace 14 meses. Su nombramiento se lleva discutiendo en el Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones desde hace varios meses ya que algunos miembros del Comité tanto demócratas como republicanos han puesto objeciones. Hasta que el comité vote, no se puede enviar el nombramiento al pleno del Senado para su aprobación, y a partir de mediados de enero de 2007 al comité lo controlarán los demócratas.

De otra parte, no está claro el futuro del tratado bilateral de libre comercio con Colombia y Perú. Han quedado languideciendo en el congreso y los demócratas, una de cuyas bases políticas fuertes son los sindicatos, están opuestos a los tratados bilaterales en su presente forma. Los demócratas ya le han enviado una carta al presidente indicándole que no se aprobarán los tratados bilaterales de libre comercio [1]. El congreso tampoco procedió a votar por el tratado bilateral de libre comercio con Vietnam que Bush quería llevar ya aprobado antes de viajar este noviembre pasado a ese país. Por ello, las farmacéuticas empiezan a entrever que la extensión de exclusividad de medicamentos bajo patente por cinco años más que estaban consiguiendo con estos tratados bilaterales ha llegado a su fin. Los ministerios de salud de Colombia y Perú, que se habían opuesto a cinco años más de exclusividad y que por ello se habían retirado de las mesas de negociación, tendrán que agradecer a los demócratas estadounidenses.

Igualmente preocupante para la industria es que justo antes de las elecciones la FDA cambió de opinión y dejó de considerar “peligroso” e ilegal que los ciudadanos importaran medicamentos de Canadá, muchos de los cuales estaban fabricados en EE.UU. La razón del cambio fue congraciar a los millones de estadounidenses que cruzaban la frontera para importar ilegalmente medicamentos de Canadá a precios muy inferiores a los que tenían en EE.UU., y así evitar que su enfado les llevara a votar por los demócratas, Con lo cual programas estatales y municipales de salud que también habían empezado a importar medicamentos enfrentándose con la FDA, ahora lo van a poder hacer sin objeciones o amenazas.

La reacción de PhRMA

La junta directiva de la Asociación de Investigación Farmacéutica y Productores Americanos (PhRMA) no pierde el tiempo. Ya ha tenido una reunión para enfrentarse con lo que les viene encima. La industria ha empezado a contratar a cuantos ex-congresistas y miembros del staff de congresistas demócratas que están dispuestos a trabajar como cabilderos [2], aunque para ellos tengan que traicionar su ideología política. Por los fichajes que se han hecho hasta el momento parece que no hay escasez de ese recurso humano. El dinero lo arregla todo. La industria también está acercándose a los beneficiarios del Medicare Plan D para que ejerzan presión ante el nuevo congreso y no se hagan cambios, ya que las encuestas señalan, según la industria, que la mayoría de los beneficiarios está satisfecha con el mismo.

La industria también intentará aumentar sus ventas buscando nuevos clientes. Entre las posibilidades está la creación de nuevas enfermedades y manipular los parámetros de los niveles de riesgo [3,4]. En 2005 se estimaba que había 1,5 millones de niños estadounidenses bajo tratamiento, de los cuales más de medio millón recibían por lo menos tres medicamentos psiquiátricos [5] que pueden incluir prescripciones off-label. La medicalización psiquiátrica de la niñez en gran escala es bastante reciente, y en parte responde a que psiquiatras que ofrecieron una explicación médica de algunos comportamientos de la conducta como el síndrome de la atención deficitaria, recibían beneficios económicos de la industria farmacéutica o eran sus empleados. Es muy posible que el intento de producir nuevos clientes se extienda a otras regiones incluyendo América Latina, y que la industria farmacéutica aumente las corruptelas a los médicos para que prescriban sus medicamentos aunque no sean necesarios así como su prescripción off-label, y aceleren el pago a asociaciones de enfermos y a abogados para que las instituciones de seguridad social se vean legalmente obligadas a comprar los medicamentos para las nuevas enfermedades y extiendan la polimedicación a niños les haga falta o no, produzcan serias secuelas o no.

Comentario

Estos son los primeros cambios que se entreven como resultado de las elecciones. Queda por determinar si el nuevo congreso será más exigente con la industria y pedirá otros cambios más fundamentales exigiendo más transparencia, criminalizando, en vez de imponer multas, las violaciones que la industria comete rutinariamente pensando más en el beneficio económico de sus ejecutivos y accionistas que en la salud de la población. Pero mejor es no hacerse muchas ilusiones, hasta que se demuestre lo contrario, el congreso de EE.UU. sigue vendido al mejor postor.

Referencias
1. Eoin Callan, Democrats to throw out Colombia trade deal. Financial Times, 22 de noviembre de 2006.
2. Robert Pear, Drug industry is on defensive as power shifts, The New York Times, 24 de noviembre de 2006.
3. Moynihan R et al. Selling sickness. How the World biggest pharmaceutical companies are turning us all into patients. New York: Allen&Unwin, 2005.
4. Angell M. The truth about the drug companies. How they deceive us and what to do about it. New York: Random House; 2004.
Harris Gardiner, Proof is scant on psychiatric mix for young, The New York Times; 23 de noviembre de 2006.

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modificado el 28 de noviembre de 2013