La resistencia a los antimicrobianos (RAMI) representa una amenaza crítica para la salud pública, con implicaciones de género que a menudo se pasan por alto. Entre los principales factores que impulsan la RAMI bacteriana se encuentran el uso indebido de antibióticos y una infraestructura inadecuada para la distribución de agua y la recogida de aguas residuales (red de saneamiento), lo que impide la adopción de hábitos adecuados de higiene y resulta en prácticas deficientes de control de infecciones. La persistente discriminación de género exacerba estos problemas, generando disparidades en el acceso y en los resultados de la atención médica.
Esta revisión explora cómo los factores biológicos, socioculturales y conductuales contribuyen a la incidencia diferencial de la RAMI en las mujeres. Presenta un marco conceptual para comprender cómo las normas de género influyen en el uso de antibióticos y en la RAMI.
Las diferencias en la susceptibilidad a las infecciones, la propensión a buscar atención médica, la capacidad para acceder y pagar los antibióticos esenciales y una atención médica de calidad, así como en la capacidad de los profesionales de la salud para diagnosticar y gestionar adecuadamente la salud de las pacientes, y subraya la necesidad de incorporar estrategias sensibles al género en las estrategias para abordar la resistencia antimicrobiana.
Lograr que el personal sanitario aborde las dinámicas de género y promueva políticas inclusivas es crucial para mitigar eficazmente la RAMI. Integrar enfoques intersectoriales y del ciclo de vida en las estrategias de mitigación de la RAMI es esencial para gestionar las cambiantes necesidades de salud de las mujeres y de otros grupos vulnerables.