La Agencia emitió su opinión el 27 de marzo de 2025. La empresa que solicitó la autorización, Eli Lilly Nederland B.V., tiene un periodo de 15 días a partir de la fecha en que recibió la opinión de la EMA para solicitar que se vuelva a evaluar.
Kisunla (donanemab-azbt) se desarrolló para ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer en adultos con placas cerebrales de beta amiloide y deterioro cognitivo leve (problemas de memoria y de razonamiento) o demencia leve debido a la enfermedad de Alzheimer (Alzheimer sintomático temprano).
Durante el proceso, la empresa propuso restringir el uso de Kisunla a pacientes sin ApoE4, un gen de la proteína apolipoproteína E. Las personas con una o dos copias de este gen tienen un mayor riesgo de desarrollar efectos secundarios graves al consumir medicamentos que actúan de manera similar a Kisunla.
Kisunla contiene la sustancia activa donanemab y debía administrarse en forma de infusión (goteo) en una vena una vez cada 4 semanas.
La sustancia activa en Kisunla, donanemab, es un anticuerpo monoclonal (un tipo de proteína), que se adhiere a una sustancia en el cerebro llamada beta amiloide. En las personas con Alzheimer, la beta amiloide forma placas que pueden afectar la función cerebral. Al unirse al beta amiloide, se esperaba que el medicamento redujera estas placas en el cerebro y ralentizara la progresión de la enfermedad.
La empresa proporcionó datos de un estudio que incluyó a 1.736 pacientes con Alzheimer en etapa temprana, que tenían placas de beta amiloide en su cerebro, y quienes recibieron Kisunla o un placebo (tratamiento inactivo). El estudio incluyó a pacientes tanto con, como sin copias del gen ApoE4.
La principal medida de efectividad fue el cambio en los síntomas a las 76 semanas, medido a través de la escala integrada de evaluación de la enfermedad de Alzheimer (iADRs). Esta escala mide cuánto afecta la enfermedad a la capacidad cognitiva y funcional del paciente (su capacidad para realizar tareas diarias). Los puntajes en la iADRs varían de 0 a 144, y los valores más bajos indican peor capacidad cognitiva y funcional.
Resultados del estudio: El principal problema de seguridad de Kisunla fue la alta frecuencia de anomalías en imágenes relacionadas con el amiloide (ARIA), un efecto secundario conocido de los anticuerpos monoclonales dirigidos contra la beta amiloide. El 36,8% de los pacientes que recibieron Kisunla presentaron ARIA, en comparación con el 14,9% de los que estaban en el grupo placebo. Aunque la mayoría de los casos fueron asintomáticos, el 1,6% de los pacientes tratados con Kisunla experimentó eventos graves de ARIA, lo que resultó en tres muertes.
Análisis adicionales evaluaron la incidencia de ARIA en un subgrupo de pacientes sin copias del gen ApoE4, quienes tienen menor riesgo de desarrollar este efecto secundario. En esta población, el ARIA ocurrió en el 24,7% de los pacientes que recibieron Kisunla, en comparación con el 12% en el grupo placebo. Es más, en este grupo se siguieron presentando eventos graves relacionados conARIA, incluyendo una muerte (0,8%).
En términos de eficacia, el estudio mostró que, en general el puntaje en la iADRs empeoró en 10 puntos en los pacientes que recibieron Kisunla, comparado con 13 puntos en el grupo placebo. En los pacientes sin copias del gen ApoE4, la diferencia fue menor: 14 puntos con Kisunla y 16 con placebo. No había datos de eficacia a largo plazo para respaldar estos resultados en pacientes sin copias del gen ApoE4.
La Agencia concluyó que los beneficios de Kisunla no eran suficientes para compensar los riesgos de eventos potencialmente fatales por ARIA, ni siquiera en el grupo restringido de pacientes sin el gen ApoE4.
Al llegar a esta conclusión, la Agencia reconoció la necesidad médica no cubierta de tratar el Alzheimer y consideró las opiniones de los pacientes y profesionales de la salud que compartieron sus necesidades y experiencias, ya sea por estar viviendo con la enfermedad o tratándola. También consultó con un grupo asesor científico, compuesto por neurólogos y personas que viven con la enfermedad, y tuvo en cuenta los testimonios de organizaciones de pacientes y profesionales médicos que compartieron sus opiniones sobre las necesidades insatisfechas de los pacientes con Alzheimer.
La Agencia determinó que los beneficios de Kisunla en pacientes sin el gen ApoE4 no superaban sus riesgos y recomendó rechazar la autorización de comercialización.
Consecuencias para los pacientes en ensayos clínicos: La empresa informó a la Agencia que esta decisión no afecta a los pacientes que actualmente participan en ensayos clínicos con Kisunla.