En diciembre de 2022, la FDA publicó una nueva guía sobre medicamentos homeopáticos [1], en la que se afirma que la agencia ahora “tiene la intención de aplicar un enfoque de cumplimiento basado en el riesgo para la fabricación, distribución y comercialización de productos farmacéuticos homeopáticos”.
Bajo este nuevo enfoque basado en el riesgo, la agencia tiene previsto priorizar sus actividades contra los medicamentos homeopáticos comercializados sin la aprobación de la FDA, que entren dentro de las siguientes categorías limitadas:
Pero esta nueva guía de la FDA no aborda adecuadamente la amenaza para la salud pública que supone el enfoque permisivo que la agencia ha aplicado durante décadas a estos medicamentos ilegales.
Según el reglamento de la FDA, los productos homeopáticos de venta libre y de venta con receta se consideran medicamentos y se supone que deben estar sujetos a los mismos requisitos de revisión y aprobación que el resto de medicamentos de venta libre y con receta médica [2]. Sin embargo, en virtud de una política de aplicación deficiente promulgada en 1988, la FDA ha permitido que estos medicamentos se comercialicen en EE UU sin revisión ni aprobación por parte de la agencia. Así, todos los productos etiquetados como homeopáticos se están comercializando sin que la FDA haya evaluado su seguridad, eficacia o calidad.
El término “homeopatía” deriva de las palabras griegas “homeo”, que significa similar, y “patía”, que significa sufrimiento o enfermedad [3]. Un médico alemán llamado Samuel Hahnemann introdujo la homeopatía a finales del siglo XVIII [4]. Hahnemann formuló la “Ley de los similares”, que teoriza que “lo similar cura lo similar”. Esta ley afirma que una sustancia que produce un conjunto de síntomas en una persona sana tiene la capacidad de curar a una persona enferma que tenga esos mismos síntomas, si la sustancia se administra en dosis muy bajas. Supuestamente, la administración de un remedio homeopático hace que el cuerpo reaccione al agravamiento de los síntomas inducidos por el remedio, promoviendo así la curación.
Sin embargo, no existe ninguna base fisiológica o médica plausible que respalde la teoría en la que se basa la homeopatía, ni pruebas procedentes de ensayos clínicos rigurosos y bien diseñados que demuestren que los medicamentos homeopáticos son seguros y eficaces.
La FDA debería declarar inequívocamente que todos los medicamentos homeopáticos no aprobados son ilegales y ordenar a todos los fabricantes que los retiren inmediatamente del mercado. Mientras tanto, como hemos recomendado durante muchos años, los consumidores no deberían utilizar productos homeopáticos. En el mejor de los casos, los productos son una pérdida de dinero, dada la falta de evidencia de que sean eficaces. En el peor de los casos, podrían causar daños graves debido a la falta de supervisión de la FDA para garantizar su seguridad.
Referencias