Nada nuevo
En 2025, no existe un tratamiento de referencia para los pacientes con mieloma múltiple que ha empeorado tras al menos tres líneas de tratamiento [1,2]. Dos de los medicamentos autorizados para este problema clínico, el teclistamab (Tecvayli) y el elranatamab (Elrexfio), son anticuerpos monoclonales que se dirigen contra ambos: el CD3 de las células T y el BCMA (B-cell maturation antigen, antígeno de maduración de células B que está presente en la superficie de las células de mieloma). No se demostró que ninguno de ellos represente un avance terapéutico [1, 2]. El talquetamab (Talvey – Janssen Cilag), un anticuerpo monoclonal que se dirige contra el CD3 y el GPRC5D (otra proteína expresada en la superficie de las células de mieloma) también está autorizado para esta indicación [3].
Su permiso de comercialización se basa en un ensayo clínico no comparativo con 288 pacientes con mieloma múltiple (mediana de edad de 67 años) y con un estado físico relativamente bueno [3, 4]. Todos habían recibido al menos tres líneas de tratamiento. Al año, el 77% de los pacientes seguían con vida. A falta de un grupo control, se desconoce si el talquetamab alarga la supervivencia o alivia los síntomas del mieloma [3, 4].
En cambio, este ensayo clínico demostró que el talquetamab es muy tóxico: un cuarto de los pacientes padeció un efecto adverso grave atribuido al medicamento [3, 4]. Los principales efectos adversos fueron: síndrome de liberación de citosinas (notificado en el 77% de los pacientes); trastornos neurológicos (30%), incluyendo cefalea, trastornos motrices, alteraciones del estado de la conciencia, letargo y convulsiones; disgeusia (48%); diferentes trastornos bucales y mucosos (boca seca y disfagia); pérdida de peso (36%); sequedad de la piel (25%) y trastornos ungueales (21%); y trastornos hematológicos. Un paciente murió a causa de la neurotoxicidad del talquetamab [2, 3].
Revisión de la literatura hasta el 3 de febrero de 2025
Opinión de los editores de Prescrire
Dos pájaros de un tiro
En la Unión Europea la farmacéutica Janssen-Cilag obtuvo el permiso de comercialización condicional (PC) para el talquetamab (Talvey) en monoterapia, para tratar a pacientes con mieloma múltiple que ya han recibido al menos tres líneas de tratamiento. Este PC se basa en un ensayo clínico no comparativo, que por tanto aportó evidencia de baja calidad y no mostró si el medicamento representa un avance terapéutico. Sin embargo, se inscribió a cientos de pacientes, lo que muestra que este problema médico no es raro y que habría sido posible ejecutar un ensayo clínico comparativo.
Para que este PC se convierta en una autorización “convencional”, la EMA impuso la condición de que la empresa presentara los resultados de un ensayo clínico comparativo, pero en pacientes con mieloma múltiple que haya empeorado tras una única línea (o varias) de tratamiento. La EMA y la empresa consideraron que este ensayo clínico, que seguía en curso a comienzos de 2025 y cuyos resultados se espera conocer en 2027, aportará datos apropiados para “confirmar el perfil positivo de riesgo-beneficio” del talquetamab.
Siempre que los resultados de este ensayo clínico sean “positivos”, es probable que la empresa mate dos pájaros de un tiro: convertir el PC condicional en uno convencional sin ejecutar un ensayo clínico comparativo en pacientes que hayan recibido varios tratamientos previos, y obtener un permiso de comercialización como tratamiento de segunda línea o de líneas posteriores.
Esta estrategia de desarrollo se usa frecuentemente con medicamentos para tratar neoplasias malignas, pero es inaceptable. Permite que las empresas obtengan ganancias antes, comercializando un medicamento que se ha sometido a una evaluación mínima, mientras da la impresión de que está completando la evaluación inicial, que había sido muy inadecuada.
En definitiva, es una estrategia que beneficia a la empresa, que puede añadir más indicaciones a su medicamento. Pero la empresa obtiene sus ganancias a costa de no proveer información sólida y adecuada sobre el balance riesgo-beneficio del medicamento y a costa de la calidad del cuidado del paciente.