En 2024, un equipo de EE UU publicó un caso clínico que nos recuerda que la pérdida considerable de peso, sobre todo cuando es inducida por la tirzepatida (Mounjaro) o por un agonista de GLP-1, cambia el requerimiento de levotiroxina de los pacientes con hipotiroidismo [1].
Se prescribió tirzepatida a un hombre de 62 años, que pesaba 132 kg y bajo tratamiento con 200 microgramos diarios de levotiroxina para su hipotiroidismo. Seis meses después, cuando había perdido 40 kg, se presentó en urgencias con palpitaciones, sudor excesivo, confusión y temblor en las manos: se observó fibrilación auricular. Las pruebas de función tiroidea revelaron que el nivel de TSH sérico era extremadamente bajo y el nivel de T4 libre era alto [1].
El paciente había seguido tomando la misma dosis de levotiroxina después de empezar la tirzepatida, sin monitoreo de la función tiroidea. La tirzepatida provocó una pérdida considerable de peso, a tal punto que la dosis de levotiroxina era excesiva. Esta dosis excesiva potenció la pérdida de peso y empeoró la sobredosis [1].
La dosis de levotiroxina se debe ajustar al peso del paciente. Cualquier pérdida de peso significativa, sin importar la causa, puede modificar el requerimiento de levotiroxina. Además, los agonistas de GLP-1 alteran el tiempo del tránsito intestinal y, por tanto, modifican la absorción intestinal de la levotiroxina [1, 2].
En la práctica, los agonistas del receptor de GLP-1, como la semaglutida y la tirzepatida, afectan la exposición de los pacientes a otros medicamentos, sobre todo la de los que tienen un margen terapéutico estrecho, como la levotiroxina [2]. Si el peso del paciente cambia, se debe ajustar la dosis de levotiroxina según los niveles séricos de TSH.
Referencias