El informe final del grupo de trabajo destaca la gran disparidad en la investigación sobre políticas relevantes para los países de ingresos bajos y medios en comparación con las investigaciones que resuelven preguntas de interés para los países de altos ingresos. Menos del 10% de la literatura académica analizada se centra en el primer grupo. Las partes interesadas tienen prioridades políticas muy diferentes: los de los países de ingresos altos son más propensos a enfatizar la necesidad de medicamentos innovadores, mientras que los responsables de las políticas en los países de ingresos bajos y medios priorizan el acceso. Con frecuencia los países piensan que no les conviene implementar políticas que según la mayoría beneficiarían a todos los países. Se necesita cooperación global para superar las barreras a la acción colectiva.
Afortunadamente, la opinión consensuada de los expertos es que es posible llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso -o Gran Pacto- para resolver este problema. Cualquier acuerdo debe financiar la innovación y el desarrollo de nuevos antimicrobianos que satisfagan las necesidades de todos los países, facilitar el acceso a personas de todo el mundo y proteger los tratamientos para evitar que se usen inadecuadamente. Un mercado saludable para los antimicrobianos depende del cumplimiento y el equilibrio entre tres objetivos: innovación, acceso y gestión adecuada. El informe identifica cinco pasos para operacionalizar los objetivos del Gran Pacto. Los gobiernos y las organizaciones internacionales deberían comenzar a tomar medidas de inmediato para implementar estos objetivos.