En vísperas de la ronda final de negociaciones del acuerdo sobre la pandemia antes de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), 30 expertos en leyes advirtieron contra el uso de la palabra “voluntaria” para describir la transferencia de tecnología.
El último borrador del acuerdo sobre la pandemia (texto acordado a finales del 21 de febrero) establece que la transferencia de tecnología para la manufactura de productos sanitarios relacionados con la pandemia se realizará en “términos mutuamente acordados” en una nota a pie de página aún por acordar en el Artículo 11.
Esto implica inherentemente que es voluntaria, afirman los expertos en una carta enviada el miércoles a los copresidentes del Organismo de Negociación Intergubernamental (INB) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según expertos, que provienen en su mayoría de departamentos de derecho de universidades globales, si el acuerdo describe la transferencia de tecnología como voluntaria, socavará: “el derecho soberano de los Estados miembros… a implementar la legislación dentro de su jurisdicción, así como la equidad en la preparación y respuesta a una pandemia.
Al insistir en que los fabricantes sólo se sienten a la mesa de negociaciones voluntariamente, los Estados Parte están limitando sus opciones para facilitar o incentivar la transferencia de tecnología de otro manera, así como para adoptar medidas no voluntarias, incluso cuando sus leyes nacionales las prevén o las contemplarían” dijeron.
Medidas internas no voluntarias
Varios países tienen leyes que, en circunstancias excepcionales, permiten la adopción de medidas no voluntarias, incluyendo la Ley de Producción para Defensa de los Estados Unidos (United States Defense Production Act) y la Ley de Protección de la Población en Caso de una Situación Epidémica de Importancia Nacional de Alemania de 2020, aprobada durante la covid-19.
Insistir únicamente en medidas voluntarias: “elimina dos principios que guían el objetivo central del Acuerdo contra la Pandemia: “El respeto por el derecho soberano de los Estados a implementar la legislación dentro de su jurisdicción y la equidad en la preparación y respuesta a la pandemia. El desafío durante la pandemia de covid-19 fue que los fabricantes tenían pocos incentivos para transferir tecnología. Al consagrar la transferencia de tecnología como “voluntaria”, el acuerdo sobre la pandemia codificaría una estrategia que ha fracasado”, señalan.
El Artículo 11 es una de las pocas cláusulas en las que existe un desacuerdo sustancial, y Alemania se muestra particularmente empeñada en el uso de la expresión “transferencia voluntaria de tecnología”.
Según Ellen ‘t Hoen, una de las firmantes que dirige la organización Medicines Law & Policy ubicada en Europa.: “Entre los países de la Unión Europea, parece que Alemania está adoptando una postura inflexible y sigue insistiendo en añadir el término ‘voluntario’ además de ‘términos y condiciones mutuamente acordados’. Esto llama la atención porque Alemania reconoció, al principio de la pandemia de covid-19, que tenía que modificar su legislación para permitir el uso eficaz de medidas obligatorias”.
Otra firmante, Nina Schwalbe, del Instituto O’Neill de Derecho para la Salud Nacional y Global de la Universidad de Georgetown (EE UU), señala que los acuerdos de las Naciones Unidas sobre los desafíos sanitarios mundiales “definen que la transferencia de tecnología se produce en términos mutuamente acordados, sin especificar que debe ser voluntaria. La conclusión es que agregar ‘voluntaria’ es innecesario y podría debilitar la capacidad de los gobiernos para actuar en futuras pandemias. Mantener el lenguaje tal como está garantiza flexibilidad y al mismo tiempo defiende los derechos soberanos y la equidad en la respuesta a la pandemia”.
La Federación Internacional de Asociaciones y Fabricantes Farmacéuticos (IFPMA) ha declarado varias veces al INB que “el respeto de la propiedad intelectual en tiempos de pandemia, el apoyo a la transferencia de tecnología en condiciones voluntarias y mutuamente acordadas, el fortalecimiento de la agilidad y la armonización regulatoria, y la eliminación de las restricciones comerciales” son claves para “aprovechar y potenciar la experiencia de la industria”.
El artículo 12 sobre el sistema de Acceso a Patógenos y Distribución de Beneficios (PABS) es otra área en la que falta un acuerdo.
Este artículo cubre una de las partes más sustanciales del acuerdo: que cada fabricante que forme parte del sistema PABS pondrá a disposición de la OMS el 20% de sus vacunas, terapias y pruebas diagnósticas relacionados con la pandemia, y el 10% será en concepto de donación.
Hágalo
El INB se reunirá por última vez antes de la Asamblea Mundial de la Salud de mayo entre el 7 y el 11 de abril. Existe un reconocimiento generalizado de que es probable que el impulso y la voluntad política se pierdan rápidamente si los negociadores no logran llegar a un acuerdo para presentarlo a la Asamblea.
La Red Pandemic Action Network y sus aliados instaron a los negociadores a “hacerlo” en un comunicado el martes: “Las enfermedades infecciosas nuevas y reemergentes con potencial pandémico amenazan nuestra salud colectiva a medida que nuestro mundo se vuelve cada vez más fragmentado. El acuerdo pandémico, tal como está redactado actualmente, garantiza importantes avances en investigación y desarrollo, acceso equitativo a las contramedidas pandémicas y el uso de la estrategia Una Salud ante las amenazas pandémicas. Si bien no se han logrado todos los objetivos políticos, este acuerdo potencialmente histórico sienta las bases esenciales para la preparación y una respuesta colectiva equitativa, y se puede ir fortaleciendo mediante protocolos adicionales en el futuro. Instamos a los Estados miembros a que se mantengan centrados en el objetivo final, y encuentren espacio para ceder y recibir hasta llegar a un acuerdo”.