Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

Reacciones Adversas e Interacciones

Años más tarde, los datos sin procesar de los ensayos clínicos nos indican el alcance de los riesgos cardíacos de Avandia (Years later, raw clinical trial data tells us the extent of Avandia’s heart risks)
Ed Silverman
Statnews, 5 de febrero de 2020
https://www.statnews.com/pharmalot/2020/02/05/avandia-heart-attacks-glaxo-trial-data/
Traducido por Salud y Fármacos

Archive esto en “La diferencia que puede representar el tener acceso a datos a nivel de paciente”.

En 2007, surgió una controversia sobre la seguridad de un medicamento de uso frecuente para la diabetes llamado Avandia, ya que un análisis detectó un mayor riesgo de ataque cardíaco [1]. Los resultados provocaron audiencias en el Congreso sobre la supervisión regulatoria, la FDA exigió estudios más rigurosos para medicamentos similares, y se acusó a GlaxoSmithKline (GSK) de presuntamente manipular datos en un juicio concurrente por la seguridad del medicamento.

En una escala más amplia, el episodio, que inicialmente llevó a la FDA a endurecer las restricciones del medicamento, hizo que se cuestionara el acceso a los datos sin procesar de los ensayos. Ahora, un nuevo análisis ha confirmado en gran medida los hallazgos. Y aunque hay algunos matices que aclaran el alcance de los riesgos cardíacos que se detectaron en ese momento, el esfuerzo subraya el valor de contar con esos datos de los ensayos clínicos para identificar señales de seguridad importantes.

Específicamente, los últimos hallazgos, provenientes de un metaanálisis, indican que Avandia se asocia con un mayor riesgo cardiovascular, especialmente de insuficiencia cardíaca. Los investigadores también concluyeron que el riesgo de ataques cardíacos entre los usuarios de Avandia era mayor cuando se analizaban los datos a nivel del paciente, en lugar de utilizar otros estudios que simplemente ofrecían resúmenes de los datos del ensayo.

Sin embargo, los investigadores dicen que este último análisis, que se publicó en BMJ [2], fue posible solo porque Glaxo, como parte de una iniciativa reciente de ampliar el acceso a los datos de los ensayos, facilitó el acceso a los datos a nivel de paciente. Y los investigadores subrayan que dicho acceso ha sido la clave para resolver los riesgos asociados con Avandia, pero unos años después.

“No hubiéramos podido estimar los riesgos cardíacos sin tener acceso a los datos sin procesar de los ensayos”, dijo Joshua Wallach, uno de los autores del estudio, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale. “Hubiéramos tenido que depender del resumen de los datos, pero estudios anteriores han demostrado que esto puede producir informes erróneos o subregistro de señales de seguridad y eventos adversos”.

A raíz de los escándalos reveladores sobre los datos de los ensayos y la seguridad de los productos, Glaxo lideró un esfuerzo para facilitar que los investigadores soliciten dicha información a varios fabricantes de medicamentos. En 2015, por ejemplo, Glaxo proporcionó datos sobre su antidepresivo Paxil, que los investigadores independientes utilizaron para demostrar la imprecisión de sus optimistas afirmaciones de que el medicamento era seguro y efectivo para los jóvenes.

En cuanto a Avandia, los investigadores analizaron 33 ensayos para los que disponían de datos a nivel del paciente y otros 103 ensayos para los que no tenían ese detalle de información. En general, descubrieron que Avandia se asociaba con un riesgo elevado de ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca, muertes cardiovasculares y criterios de valoración compuestos, que incluían todos los riesgos cardíacos, aunque los niveles de riesgo oscilaban.

Por ejemplo, encontraron un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca a la informada previamente, y un riesgo elevado de ataques cardíacos, pero a un nivel inferior al informado anteriormente. “Si bien esto no necesariamente significa que el mayor riesgo observado no sea clínicamente relevante, simplemente dificulta concluir si estos hallazgos confirman o refutan la evidencia previa”, dijo Wallach.

“En general, nuestro objetivo principal no era confirmar o refutar los riesgos cardiovasculares informados en estudios anteriores”, continuó. “Nuestros análisis demuestran el impacto de evaluar la seguridad de los medicamentos utilizando los datos compartidos, y cómo el acceso a esta información puede mejorar nuestra capacidad para identificar y clasificar los eventos adversos”.

No obstante, el Dr. Steven Nissen, director académico del Instituto del Corazón y Medicina Vascular de la Clínica Cleveland, coautor del análisis de 2007 que provocó el escándalo sobre Avandia, dijo que los últimos análisis ratifican los resultados iniciales de su estudio.

“Nunca tuve dudas de que (Avandia) aumenta los eventos cardiovasculares”, nos dijo. “Por eso no está disponible en Europa ni en muchos otros países, y apenas se prescribe en EE UU. En mi opinión, siempre tuvimos suficientes datos para concluir que un medicamento con este nivel de sospecha de aumentar el riesgo cardiovascular, cuyo único beneficio es reducir el nivel de azúcar en la sangre: no es un medicamento que deberían consumir los pacientes.

“Pero nunca me dieron acceso a los datos individuales de los pacientes. Los solicité a Glaxo y no los compartieron. Con esta iniciativa de transparencia, el medicamento se ve aún peor”.

En definitiva, los últimos hallazgos pueden fortalecer la respuesta de la FDA, según el Dr. Joseph Ross, otro coautor del estudio y profesor de medicina y políticas de salud pública en Yale. Junto con el Dr. Harlan Krumholz, un cardiólogo de Yale que también fue coautor del estudio de Avandia, Ross, en 2009, tras analizar los datos a nivel del paciente publicó un artículo que muestra el riesgo de ataque cardíaco con el analgésico Vioxx [3].

“Creo que la FDA debería sentirse reivindicada”, dijo Ross. “Fueron cautelosos y tomaron el enfoque correcto. Fortalecieron los pasos de seguridad después del análisis de 2007, y luego continuaron sopesando la evidencia. Pero si tenemos acceso a los datos correctos, a veces se puede facilitar todo el proceso”.

Referencias

  1. Nissen SE, Wolski K. Effect of Rosiglitazone on the Risk of Myocardial Infarction and Death from Cardiovascular Causes. N Engl J Med 2007; 356:2457-2471 DOI: 10.1056/NEJMoa072761 https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa072761?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%3dwww.ncbi.nlm.nih.gov
  2. Wallach Joshua D, Wang Kun, Zhang Audrey D, Cheng Deanna, Grossetta Nardini Holly K , Lin Haiqun et al. Updating insights into rosiglitazone and cardiovascular risk through shared data: individual patient and summary level meta-analyses BMJ 2020; 368 :l7078 https://www.bmj.com/content/bmj/368/bmj.l7078.full.pdf
  3. Ross JS, Madigan D, Hill KP, Egilman DS, Wang Y, Krumholz HM. Pooled analysis of rofecoxib placebo-controlled clinical trial data: lessons for postmarket pharmaceutical safety surveillance. Arch Intern Med. 2009;169(21):1976‐1985. doi:10.1001/archinternmed.2009.394
creado el 4 de Diciembre de 2020