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PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN

Distribuidoras/Compras

Guatemala. Medicamentos explosivos
Haroldo Shetemul
La Prensa Libre, 11 de abril de 2012
http://prensalibre.com.gt/opinion/Medicamentos-explosivos_0_680332049.html

La dimisión de Francisco Arredondo como ministro de Salud representa el primer golpe a la credibilidad del presidente Otto Pérez en cuanto a su supuesta lucha contra la corrupción. Aunque el ahora exfuncionario afirmó que se iba por problemas de enfermedad, se sabe que goza de buena salud y que su retiro tiene que ver con las repercusiones que veía venir por las compras turbias de medicamentos hechas a sus espaldas y por las cuales tendría que dar la cara. El negocio fraudulento de las medicinas amenaza con traer abajo la imagen de transparencia y cambio que había ofrecido el Partido Patriota.

Después de que se defina cómo quedará la interpelación contra el ministro Pavel Centeno, la cual fue abortada en forma ilegal por los patriotistas, el siguiente en la lista sería Arredondo, quien hubiera tenido que explicar en el Congreso cómo ocurrió un negocio del cual aparentemente estuvo desligado. Los tres aspectos básicos de este entuerto son por qué se dijo que para evitar el desabastecimiento se compró medicina en forma directa, si en realidad nunca hubo tal carencia. Por qué se adquirió a los oferentes que daban los productos más caros, lo cual significó un sobrecosto de Q447 millones (1US$=7,76Q). Por qué J. I Cohen fue el oferente único, por Q193 millones en el paquete No. 1 del 2011, del listado de productos para el IGSS.

En el primer caso, nunca ha habido desabastecimiento en el IGSS porque los productos que no fueron adjudicados en los concursos del 2005 y 2008 se compraron en forma directa. Además, están vigentes las prórrogas del contrato abierto del 2005 hasta julio del 2012 y el del 2008 hasta diciembre de este año. Entonces este gobierno no dijo la verdad cuando argumentó que iba a comprar medicinas para evitar que el IGSS quedara desabastecido. Además, el concurso estuvo viciado porque las bases pedían requisitos que solo un oferente podía cumplir, se negó el ingreso de muestras de otros oferentes y se descalificaron productos genéricos para favorecer a transnacionales.

Según datos de Guatecompras, J. I Cohen se embolsó Q824 millones que representó el 43% de las compras del 2011, que incluía las prórrogas del 2005 y del 2008. Solo con esta empresa el Estado derrochó Q207 millones de sobreprecio. A Lanquetin le tocaron Q189 millones, que representaron Q117 millones de sobreprecio. Agefinsa se llevó Q167 millones, que significó Q55 millones de sobreprecio. Con qué argumentos alguien podría justificar estas compras que son lesivas para el Estado sin tener que decir que Pérez Molina las autorizó porque beneficiaban a los financistas de su campaña electoral. El mejor consejo que se le puede dar al presidente es que nombre a Roberto Alejos, directivo de J. I Cohen, como ministro de Salud, ya que él sí tendría argumentos para decir por qué se benefició a su empresa en tales negocios. Dicho diputado también tendría respuestas de por qué el presidente Pérez vive en una casa propiedad de la familia Alejos y por qué tiene como asesor en el Congreso a Rolando del Cid, exministro de Finanzas y exgerente del IGSS.

modificado el 28 de noviembre de 2013