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ADVIERTEN

Precauciones

Los AINEs aumentarían el riesgo de muerte cardiovascular y ‘re infarto’
Isabel T. Hugue
Correo Farmacéutico, 16 de mayo de 2011

Expertos señalan la relevancia de un amplio estudio en pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio y que revela que el consumo de AINE a corto plazo aumentaría hasta un 50 por ciento la morbimortalidad cardiovascular.

El uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) provocaría un incremento del 45 por ciento del riesgo de re infarto o de muerte en tratamientos cortos, y de hasta el 55 por ciento en usos prolongados, en pacientes que ya han sufrido un infarto de miocardio. Es la conclusión principal de un estudio calificado por los expertos consultados por CF como muy relevante. El trabajo, de investigadores de la Universidad de Hellerup, en Copenhague (Dinamarca) y liderado por Anne-Marie Schjerning Olsen, fue publicado la semana pasada en Circulation, la revista de la Asociación Americana del Corazón.

Según Emilio Luengo, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital de la Defensa de Zaragoza y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), este trabajo “va a tener trascendencia en la práctica clínica”. Explica que aunque ya se habían publicado investigaciones que advertían de los riesgos cardiovasculares de los AINE, este estudio tiene la virtud de cuantificar el aumento del riesgo en prevención secundaria de pacientes infartados. Los autores analizaron los datos de 83.697 supervivientes de un infarto cardiaco, que tenían una edad media de 68 años y de los que el 63 por ciento era hombre. Los AINE se asociaron con un 45 por ciento más de riesgo de muerte o re infarto tras una semana de tratamiento, y de un 55 por ciento en terapias de hasta en tres meses. “Una cosa es que ya se sospechara, pero ahora se valora este peligro en porcentajes”

Para Nekane Murga, cardióloga del Hospital de Basurto, en Bilbao, y secretaria de la Sección de Cardiología Clínica de la SEC, estos datos son muy llamativos: “Ambos riesgos me parecen muy significativos y a tener en cuenta a la hora de la prescripción”. Tal y como explica Murga, se sabe que los AINE tienen más riesgo de hemorragia digestiva, que pueden afectar a la función renal, favorecer la HTA (ver CF del 15-III-2010) e interaccionar con fármacos como inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), “pero el incremento en muerte cardiovascular no había sido probado”. En este sentido, el vicesecretario de la SEC, Alfonso Varela, recuerda que las guías de práctica clínica ya recomiendan evitar la utilización de AINE en pacientes cardiovasculares y, en el caso de necesitarlos, hacerlo durante periodos cortos. Sin embargo, y como se refleja en el trabajo, “bajo estas circunstancias también revisten riesgo”.

Desde 2007 se sospechaba de este riesgo por el aumento de episodios coronarios y muertes con el uso de los inhibidores de la COX-2, concretamente con rofecoxib, “pero otra cosa es que exista un estudio sistemático que valore la posibilidad de que haya episodios coronarios severos con números y con porcentajes”, interviene Luengo. En su opinión, el trabajo supone un gran avance en el entendimiento de los procesos de coagulación en dolencias coronarias. Como consecuencia, “seguro que se van a desarrollar líneas de investigación sobre los antiinflamatorios que resultan un poco tóxicos que darán lugar a nuevas sustancias que intenten evitar estos efectos adversos, ya que lo que está claro es que sin los antiinflamatorios no podemos vivir”.

Alerta a la población

Para el farmacólogo José Luis Alloza, profesor de la Universidad madrileña de Alcalá, también este estudio tendrá repercusión en la prescripción de analgésicos en estos pacientes. “Habrá que ver qué comunica la FDA, pero es de suponer que advertirá sobre la seguridad de los AINE”. Murga también cree que se debería alertar de este riesgo para “evitar que se tomen estos fármacos de forma indiscriminada. Por eso, aunque Luengo sí es partidario, como el resto de expertos de una modificación de las fichas técnicas sobre un asunto “del que ya se tuvo la primera alerta en 2007”, no lo es de crear alertas innecesarias “en el uso de las sustancias más usadas de toda la farmacopea a nivel mundial”, comenta.

modificado el 28 de noviembre de 2013