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Ecuador. Salud trabaja para satisfacer la demanda
El Telégrafo.com.ec, diciembre 8 de 2010

Entre maletas y ropa de abrigo que llevó para combatir el frío de la madrugada, acomoda la receta que el médico le entregó. Es  el inicio de un tratamiento. Hidroxicina de 25 miligramos se llama  la  pastilla que debe tomar antes de dormir, previo al siguiente chequeo, según la indicación del galeno. “Fui a la farmacia del hospital para retirar la medicina, pero me dicen que no hay, ahora tengo que comprarla afuera (en una botica particular)”, dice enojada.

El frasco de 25 pastillas  (relajante) cuesta alrededor de US$5; sin embargo, su preocupación es que no tiene más dinero para adquirir  fármacos en caso de necesitarlos.  Ella llegó al hospital pediátrico a inicios de la semana, después que  la Misión Solidaria Manuela Espejo visitó su hogar y registró la discapacidad de su hija.

Al mismo centro de salud llegó Esthela Chamorro, con su hijo de meses de edad.  Pese a que el bebé solo presenta un resfriado común, tampoco encontró las medicinas que requería, entre ellas paracetamol, vitamina C y ambroxol.

Al sur de Quito, Magdalena Checa busca una farmacia para comprar antibióticos recetados por un médico del hospital Enrique Garcés.  Su hija de un año ingresó a esa casa de salud con una  infección de vías urinarias. “Pregunté en el hospital si había la receta, pero me dijeron que no; veré dónde la encuentro, espero que no sea tan cara”, expresa. Sin embargo, no solo faltan medicinas, sino insumos en general, según el director de esa casa de salud, Marco Ochoa.

El problema
El director del hospital Enrique Garcés indica que es difícil cubrir las necesidades de todos los pacientes, ya que la demanda, por lo menos en ese centro médico, se ha incrementado mucho.

“Aquí hay un chico que se mete al hospital, saca la medicina que es para el pueblo y la vende a las farmacias.” Diariamente se atienden -en promedio- 30 cirugías, 430 pacientes en consulta externa y 250 emergencias. Para cubrir la inversión de medicamentos e insumos, el presupuesto requerido es de US$2,4 millones, pero no hay.

El monto que recibe el hospital bordea US$1,2 millones. A pesar de  que hace pocos días recibieron otros desembolsos de un poco menos de US$500.000, no alcanza para cubrir todas la necesidades. “Con ese monto atendemos el 75% de la demanda que se asigna a quirófanos, área de emergencias y mantenimiento de equipos”, sostiene el galeno. El 25% restante es para la atención a los pacientes de consulta externa, cuyo número creció. A esto se suma la demora en los desembolsos del dinero para la compra, añadió.

En la farmacia la situación se complica, ya que, según Ochoa, no hay presupuesto que garantice una cobertura anual; por lo tanto falta abastecimiento de medicinas. Por tal razón, en pocos casos se puede atender el 100% de las recetas.  Los medicamentos que faltan son de uso común: antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos. “Preferimos abastecernos con los de uso delicado, es decir, los que se emplean en cirugías, emergencias o cuidados intensivos”, admite.

En   el hospital Eugenio Espejo,  según el subdirector administrativo, Richard Chávez, el servicio de farmacia cubre casi el 90% de los requerimientos; el resto de medicamentos son de especialidad y se compran con autorización previa del órgano rector.

Soluciones
El ministro de Salud Pública, David Chiriboga, en declaraciones a la estación  Ecuavisa reconoció que existe este problema. Coincidió con Ochoa en que estas falencias responden al incremento de  usuarios en los hospitales públicos.  Para ampliar su exposición, este medio intentó contactarse con el Secretario de Estado, pero hasta el cierre de la edición no se obtuvo respuesta.

Según datos proporcionados por el Ministerio de Salud, la inversión realizada en Guayaquil para el abastecimiento en insumos y medicamentos es de US$1.655.000; en tanto que para Quito es de $1.916.000. Para 2011, el presupuesto para las entidades del sector salud aumentará de US$1.244 millones a US$1.657 millones. El MSP asignó US$62 millones adicionales para abastecimiento de medicinas e insumos

En declaraciones públicas, el Ministro anunció  una entrega adicional del 43% del monto ya asignado en el presupuesto de este año para cobertura de medicamentos en los diferentes hospitales. Esto representa US$68,2 millones adicionales, con lo que las casas de salud podrán cubrir hasta un  95% de la demanda.

La informalidad en Guayaquil
Al entrar al Hospital del Niño, Francisco de Icaza Bustamante, el llanto de los pequeños domina el ambiente. Es notorio que tras el llanto de un bebé siempre hay una necesidad o un deseo insatisfecho; en esta ocasión el motivo de ese llanto es la dolencia y están en el hospital para obtener la medicina que calme ese dolor. Algunos de ellos han permanecido ahí varias horas, otros llevan días y hasta meses.

Lo que agrava todo no es permanecer en ese sitio frío, amplios corredores; es la falta de medicamentos en las farmacias de los hospitales. En la visita realizada al hospital Francisco Icaza Bustamante y al hospital Guayaquil se pudo palpar la carencia de medicamentos.

Los padres que llegaban, a pesar de su nulo conocimiento en ciencias médicas, intentaban calmar las dolencias de los chiquillos con paños húmedos o con suaves frotes en sus cuerpos. Otra de las madres que salían de la farmacia del hospital sin los medicamentos completos -como habían sido recetados por el doctor- era Alexandra Tejano. Su hijo padece neumonía, por lo que tuvo que ser internado hace 6 días. Ella contó que no se encontraba a gusto con la atención y expresó que “en el hospital debería haber todo, por algo es un hospital público”.

Al consultar con la persona encargada de las ventas en la Farmacia Infantil, ubicada en la calle Pedro Moncayo -parte posterior del hospital-, contó sobre los precios de ciertos medicamentos escasos dentro del hospital del Niño. “La netromicina tiene un costo de US$12, el complejo B (jarabe) US$1, y si es  en ampolla US$1,70. La vitamina C, US$0.10 cada tableta, y el Cataflan en jarabe US$3”. Afuera hay todo lo que piden en el recetario. En el hospital Guayaquil los pacientes también se vieron afectados por la falta de medicamentos.

Flor Mariño, quien se encontraba con su madre Antonia Morán, dice con tono enérgico y de frustración que “casi nunca hay medicamentos en el hospital”. Continúa: “Tengo a mi madre haciendo tratamiento ocho meses seguidos y solo en dos ocasiones he conseguido el medicamento llamado Heparina Sódica de 5ml. De ahí, todo un siempre lo he tenido que comprar afuera”.

Al preguntarle a la señora dónde compra los medicamentos cuando no los encuentra en los interiores del hospital, ella respondió en tono bajo: “Para que me salgan más baratos yo los compro en una farmacia donde parece que me los venden a mitad de precio; es decir, si en las farmacia conocidas cuesta US$10, en esa me cuesta 5”, reveló.

En un recorrido para constatar lo dicho por Mariño, se pudo observar que laboratorios y farmacias del sector si  tenían el medicamento requerido. Entre esos encontramos el laboratorio Masterlab, en donde tenían Heparina y a un bajo costo.

Al preguntarle al vendedor del lugar sobre el producto Heparina, comenta que este casi nunca hay en el hospital. “Dentro del hospital no se lo van a dar, eso tiene que conseguirlo afuera”. La conversación con la persona que atiende el local se interrumpe. Una señora que se encuentra en el lugar, de pronto, afirma que los medicamentos que van para el hospital son vendidos a las farmacias cercanas.

Y a esta conversación se suma nuevamente el vendedor y sentencia: “Adentro se reparten todos los medicamentos que van para el pueblo; desde adentro se reparten para luego venderlos”. Para constatar nuevamente sobre este agravio, se retornó al hospital Guayaquil, también llamado Abel Gilbert Pontón.

Al consultar con uno de los guardias del hospital sobre el sitio donde están los medicamento que no tienen en stock en la farmacia, pero en precios más baratos, él rápidamente respondió: “Busca al “Chiqui”,  también le dicen el “Patucho”; él te dice bien dónde encontrar y a buen precio”. Justamente el personaje estaba afuera. El “Chiqui” dice conseguirnos cualquier medicamento que no se encuentra dentro del hospital.

Al consultar con los guardias del área de Emergencia, ellos dicen tener otro contacto: Carmen Altamirano. Con un argumento aún más fuerte del que habíamos escuchado en días anteriores acerca del desabastecimiento de medicamentos en los hospitales públicos, Altamirano dice: “Aquí hay un chico  que se mete al hospital, saca la medicina que es para el pueblo y la vende a las farmacias”. Luego de hacer esa acusación nos lleva a una distribuidora en la que trabaja. Dice que ese establecimiento es del Dr. Mendoza, funcionario del hospital Guayaquil.

Madre que lleva a su hija al hospital Baca Ortiz
“Fui a ver la medicina en la farmacia del hospital, pero me dicen que no hay, por eso me voy a comprar afuera.” Marco Ochoa

Director del hospital Enrique Garcés, de Quito
“Preferimos abastecer los de uso delicado, es decir los que se emplean en cirugías, emergencias o cuidados intensivos”

modificado el 28 de noviembre de 2013