Ensayos Clínicos y Ética

Según un nuevo informe de Public Citizen [1], la orden de suspensión de labores de la administración Trump, emitida en enero de 2025, probablemente afectó a 32 ensayos clínicos financiados por USAID, que se estaban realizando en 25 países y en los que participaban 94.000 personas.

Los ensayos clínicos abarcaron diversas áreas de salud, incluyendo enfermedades infecciosas, programas de salud y nutrición infantil y salud reproductiva. Public Citizen descubrió que la congelación de fondos provocó despidos de personal, preocupaciones sobre la seguridad de los pacientes y la pérdida de tiempo y dinero de los contribuyentes estadounidenses.

Algunos datos básicos:

• Más de la mitad de los ensayos (17 de 32) investigaban específicamente las enfermedades infecciosas más mortales del mundo: la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y la malaria.
• Los ensayos financiados por USAID que se vieron afectados se estaban realizando en los cinco continentes, principalmente en África (13 países) y Asia (nueve países).
• De los ocho ensayos para los que las personas de contacto proporcionaron información adicional, siete se vieron afectados antes de la inscripción de los participantes o después de completar el análisis de datos; un ensayo reportó problemas menores de seguridad para los pacientes.
• Los centros de estudio que se mencionaron con mayor frecuencia en todos los ensayos estaban ubicados en Sudáfrica (9 veces); Kenia y EE UU (6 veces cada uno); y Uganda, Zambia y Zimbabue (4 veces cada uno).

La suspensión también retrasó el análisis de datos, la publicación de resultados y disminuyó la confianza en la investigación médica.

Actualmente, es imposible conocer el impacto de la orden de suspensión de trabajo. Se ha interrumpido el acceso a los registros públicos sobre los proyectos financiados por USAID, y los investigadores afectados se muestran reacios a analizar a fondo las repercusiones, o se les ha prohibido hacerlo. Ninguna de las personas que figuran como contacto para los ensayos estuvo dispuesta a proporcionar información sin que se le garantizase el anonimato.

Desde el punto de vista médico, la suspensión repentina e injustificada de los ensayos clínicos constituyó una grave violación de la ética de la investigación, que potencialmente puso en peligro la salud de los participantes y la integridad de los ensayos.

«Los investigadores, las instituciones de investigación y los financiadores tienen la obligación de realizar los ensayos de forma ética, no es opcional», afirmó la Dra. Nina Zeldes, investigadora en salud del Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen y autora principal del informe. Los investigadores no pudieron salvaguardar el bienestar de los participantes ni cumplir con sus obligaciones éticas sin violar la orden de suspensión de trabajo.

Otros autores del informe son el Dr. Greg Dudzik, máster en salud pública, y el Dr. Robert Steinbrook, investigador y director del Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen, respectivamente.

“Las amplias consecuencias de la orden de suspensión de trabajo de la administración Trump deberían captar la atención del Congreso y de las futuras administraciones”, declaró Steinbrook. “La suspensión abrupta de los ensayos fue un acto atroz”.