La polifarmacia y el aumento de la mortalidad en adultos mayores
Salud y Fármacos
Tags: Caídas en el adulto mayor, polifarmacia y muertes en adultos mayores, lesiones por caídas en adultos mayores frágiles, riesgo de caídas en adultos mayores, opioides, benzodiacepinas, gabapentinoides, antidepresivos
Aunque el envejecimiento trae consigo problemas de equilibrio, dolores articulares, dificultades para la marcha, alteraciones visuales, auditivas y/o cognitivas que confieren especial fragilidad, estos factores aunados a la soledad y los entornos domésticos inseguros, no explican por sí solos el aumento de la mortalidad por caídas entre las personas mayores de 65 años que se ha documentado en EE UU durante las últimas décadas.
El problema no radica solo en la fragilidad física del envejecimiento o en los peligros cotidianos del hogar, todo apunta a un fenómeno más reciente. El detonante parece estar en el botiquín: la polifarmacia, especialmente con ciertos medicamentos, aumenta el riesgo de caídas en los adultos mayores.
Según un artículo publicado recientemente en JAMA Network, más de 41.000 adultos mayores fallecieron en EE UU durante el 2023, a causa de lesiones secundarias a caídas [1], una cifra que superó el número total de muertes por las siguientes causas: cáncer de mama o de próstata, las muertes derivadas de accidentes de tránsito, por sobredosis o cualquier otra lesión no intencional.
Lo más preocupante es que la tasa de mortalidad por caídas en este grupo etario se ha más que triplicado en las últimas tres décadas, mientras que en otros países de altos ingresos con poblaciones igualmente envejecidas han logrado reducirlas de manera sostenida.
En EE UU, el uso de medicamentos en adultos mayores está generalizado. Nueve de cada diez personas mayores de 65 años toman al menos un fármaco de venta con receta, casi la mitad (43%) consume varios fármacos simultáneamente, y el 45% utiliza medicamentos potencialmente inapropiados para su edad.
Muchos de los fármacos, conocidos como “medicamentos que incrementan el riesgo de caídas” (FRID, por su sigla en inglés Fall Risk–Increasing Drugs), pueden causar somnolencia, debilidad muscular, pérdida del equilibrio o dificultades para caminar, por lo que aumentan el riesgo de caídas. Entre ellos se encuentran los betabloqueadores, los anticolinérgicos, los inhibidores de la bomba de protones, los opioides, las benzodiacepinas, gabapentinoides y antidepresivos. Los cuatro últimos son los más peligrosos y todos actúan sobre el sistema nervioso central.
El incremento en las prescripciones de opioides comenzó en los años noventa, coincidiendo con el ascenso de las muertes por caídas. En la década siguiente, se disparó el uso de benzodiacepinas, y pronto se volvió habitual la combinación de opioides y sedantes, una mezcla particularmente peligrosa (Ver gráfico 1).

Fuente: Traducido por el equipo editorial de Salud y Fármacos a partir del original publicado por Thomas A. Farley en JAMA Network https://jamanetwork.com/journals/jama-health-forum/fullarticle/2837039 * Los datos provienen del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU.
Aunque desde 2012 las prescripciones de opioides y benzodiacepinas han disminuido, su uso sigue siendo muy alto. Más recientemente, ha aumentado el uso de gabapentinoides como alternativa “más segura” para tratar el dolor crónico, pero su uso combinado con opioides se cuadriplicó entre 2006 y 2018. En paralelo, el consumo de antidepresivos en mayores de 65 años pasó del 8% al 20% en solo dos décadas.
Estas prácticas persisten a pesar de las advertencias de la Sociedad Americana de Geriatría, que desaconseja la prescripción de benzodiacepinas, antidepresivos y cualquier combinación de opioides con gabapentinoides o sedantes a los adultos mayores, y recomienda fuertemente evitar la prescripción de combinaciones de opioides con benzodiacepinas o gabapendinoides.
Resulta difícil justificar que casi una quinta parte de los adultos mayores de 85 años consuma benzodiacepinas, o que uno de cada cinco adultos mayores reciba antidepresivos, cuando la evidencia clínica indica que sus beneficios son limitados y sus riesgos sustanciales. Esta crisis debe ser reconocida y habría que tomar medidas contundentes y adaptadas a los diferentes contextos para disminuir la mortalidad prevenible y proteger la salud y la vida de los adultos mayores frágiles.
La solución no pasa solo por revisar las prescripciones de manera individual, se requiere una estrategia de salud pública que transforme la práctica médica, que aproveche los sistemas electrónicos de información para identificar a pacientes en riesgo, alertar a los prescriptores, ofrecer alternativas terapéuticas más seguras, involucrar a los farmacéuticos y establecer metas de calidad relacionadas con la seguridad farmacológica.
Si se lograra reducir la polifarmacia y el uso inadecuado de medicamentos en este grupo etario, en EE UU se podrían prevenir alrededor de 25.000 muertes anuales de adultos mayores por esta causa.
Fuente Original
- Farley TA. Risky Prescribing and the Epidemic of Deaths From Falls. JAMA Health Forum. 2025;6(8):e253031. doi:10.1001/jamahealthforum.2025.3031. Acceso en inglés: https://jamanetwork.com/journals/jama-health-forum/fullarticle/2837039