PARECOXIB: UN ANTIINFLAMATORIO NO ESTEROIDEO PARA EL DOLOR POSTOPERATORIO QUE NO ES MEJOR QUE OTROS PRODUCTOS SIMILARES
         Prescrire International
       Traducido por Núria Homedes
       Prescrire International 2004; 13(71): 83       
Los       dos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) del grupo de los coxib que       primero se comercializaron en Francia fueron el celecoxib y el rofecoxib.        Los dos productos demostraron no ser más efectivos que otros AINES       para el dolor osteoartrítico y no evitaron los efectos adversos severos en       el sistema gastrointestinal de los AINES [1].        
El       parecoxib (Dynastat de Pfizer) es el primer coxib comercializado en Francia       que se puede administrar por vía intramuscular o intravenosa, por un período       corto, para el control del dolor postquirúrgico.        En realidad el parecoxib no es más que un precursor metabólico       inactivo del valdecoxib, un coxib que se comercializa en el Reino Unido, en       EE.UU. y en otros países. 
En       Francia se comercializa otro AINE que se puede inyectar por vía       intramuscular o endovenosa: el ketoprofeno, y durante un período corto -en       los 1990s- se comercializó el Ketoralac, otro AINES inyectable, cuyo       dossier indicaba que era menos efectivo que la morfina y que no habían       ensayos clínicos comparándolo con otros AINES.        El Ketoralac fue retirado del mercado porque provocaba sangrados       intensos [2-4]. 
En       este artículo Prescrire explora       si el coeficiente riesgo-beneficio en el tratamiento del dolor postquirúrgico       es mejor para el parecoxib que para el ketoprofen y otros analgésicos       inyectables (morfina y paracetamol).
Ensayos       clínicos inadecuados
Antes       de hacer la evaluación clínica del dossier de parecoxib vale la pena       hacer los siguientes comentarios.
Identificar       los sesgos. Los       ensayos clínicos para estudiar la eficacia de los analgésicos en el período       postquirúrgico pueden verse afectados por muchos sesgos.        No todas las operaciones  ocasionan       el mismo dolor, y esto quiere decir que los ensayos clínicos deben       comparar grupos homogéneos de pacientes que hayan sufrido el mismo tipo de       intervención.  Además los       pacientes deben recibir analgésicos parecidos y en dosis comparables también       durante la intervención, porque su efecto persiste durante varias horas.  Por otra parte si los medicamentos que se administran según       el protocolo del estudio no son suficientes para paliar el dolor se tendrá       que modificar el tratamiento, y tanto la naturaleza como la dosis de estos       medicamentos se tienen que tener en cuenta al analizar los resultados de       los estudios.  
Es       por todas estas razones que en el estudio de Prescrire       solo se incluyeron los ensayos clínicos que contenían el detalle       suficiente para analizar la presencia de sesgos.        Esto no es lo que hizo La Agencia Europea del Medicamento (EMEA) al       escribir su informe público sobre el producto, ni lo que hizo la compañía       productora al escribir su documento sobre el medicamento [5, 6].
Pocas       comparaciones importantes.  Prescrire no encontró       ningún ensayo clínico comparando parecoxib con ketoprofen.        Los únicos ensayos clínicos que cumplieron los criterios de       calidad compararon el parecoxib con morfina o ketorolac; ninguno comparó       el parecoxib con paracetamol.
Cirugía       dental: no es mejor que el ketoralac.       Un ensayo clínico controlado de doble ciego incluyó a 304 pacientes a los       que se les habían extraído una o varias muelas del juicio [7].        Los pacientes recibieron varias dosis de parecoxib (20 mg  por vía intramuscular, 20 mg por vía endovenosa, 40 mg por       vía intramuscular o 40 mg por vía endovenosa), 60 mg de ketoralac por vía       intramuscular, o placebo.  Al       inscribirlos en el estudio el 55% de los pacientes tenían dolor moderado;       sin embargo 222 pacientes (73%) fueron eliminados del estudio       prematuramente porque el profesional que los estaba tratando consideró que       necesitaban otro analgésico menos de una hora después de haber       administrado el tratamiento incluido en el protocolo de estudio (no hubo       diferencias entre los grupos).
224       pacientes a los que se les iba a extraer las muelas del juicio recibieron       20 mg de parecoxib, 40 mg de parecoxib o 80 mg de parecoxib por vía       endovenosa, o placebo. El indicador de impacto más importante era la media       del tiempo que tardaban los pacientes antes de pedir más analgésicos.        Este intervalo fue bastante más largo en los grupos que recibieron       parecoxib (cualquiera que fuera la dosis) que en el grupo placebo [8].        Sin embargo, la media del nivel de dolor 24 horas después de la       intervención, medido por una escala análoga visual (0-100 mm) fue 30 para       el grupo que recibió 80 mg de parecoxib,        50 en el grupo que recibió 20 mg, y 60 en el grupo placebo. 
Cirugía       ortopédica: un ensayo sesgado por utilizar dosis bajas.        Dos       ensayos clínicos a doble ciego controlados con placebo       compararon la administración endovenosa de 20 mg o 40 mg de parecoxib       cada 12 horas [9,10].  Además       todos los pacientes podían auto administrarse morfina por vía endovenosa.  La medida de impacto fue la cantidad de morfina consumida.        Uno de lo ensayos incluyó 195 pacientes a los que se les reemplazó       la rodilla y el otro a 201 pacientes a los que se les reemplazó la cadera.
En       los dos estudios se confirmó que los pacientes tratados con parecoxib       redujeron el consumo de morfina durante las primeras 24 horas: en uno de       los ensayos las dosis de morfina fueron de 31,4 mg en pacientes que       recibieron 40 mg de parecoxib y 43,5 mg en el grupo placebo [9], mientras       que las cantidades respectivas en el otro ensayo fueron 35,2 mg y 57,5 mg       [10]. En uno de los ensayos la reducción en la dosis de morfina no influyó       en la incidencia de efectos adversos (náusea, vómitos, retención       urinaria) [9].  En el otro ensayo, disminuyó el vómito (pero no la náusea)       en el grupo tratado con 40 mg de parecoxib (4,7%) que en el grupo placebo       (15,7%) y que en el grupo tratado con 20 mg de parecoxib (19,4%) [10].
En       otro ensayo,  208 pacientes a       los que se les había practicado una artroplastia de cadera utilizaron       analgésicos a demanda durante las primeras 24 horas [11].        Al retirarles los analgésicos el dolor reapareció en un período       inferior a seis horas (>45 mm en una escala análoga visual, y los       pacientes recibieron, en un ensayo a doble ciego, una dosis endovenosa de       20 mg de parecoxib, 40 mg de parecoxib, 30 mg de ketorolac, 4 mg de       morfina, o placebo.  No se       detectó ninguna diferencia entre la efectividad de los 40 mg de parecoxib       y los 30 mg de ketorolac.  La       morfina no fue más efectiva que el placebo, quizás porque la dosis era       inadecuada, tal y como reconocieron los autores del estudio.
Cirugía       ginecológica: no se redujeron los efectos secundarios de la morfina.  En dos ensayos clínicos       con un número bajo de pacientes (60 y 48 mujeres), la administración       endovenosa de parecoxib (20 o 40 mg en el primer ensayo, y 40 mg en el       segundo) redujo la dosis de morfina que se auto administraron los pacientes       pero no se redujo la frecuencia de administración ni los efectos       secundarios [12,13]. 
Un       ensayo clínico a doble ciego incluyó a 202 mujeres que, inmediatamente       después de su cirugía ginecológica, recibieron por vía endovenosa 20 mg       de parecoxib, 40 mg de parecoxib, 30 mg de ketorolac, 4 mg de morfina, o       placebo [14].  Ketorolac y las       dos dosis de parecoxib tuvieron una eficacia similar, mientras que la       morfina (en dosis inadecuada) no fue más efectiva que el placebo.
Para       decirlo brevemente, los ensayos clínicos que incluyeron a cientos de       pacientes demostraron que el parecoxib reduce la dosis total de morfina que       los pacientes necesitan después de la cirugía ortopédica pero no tiene       un impacto claro en los efectos adversos de los opiáceos.        El parecoxib no tiene ventajas sobre el ketorolac en la cirugía       ginecológica. 
Riesgo       de los efectos adversos de los AINES
El       estudio de la EMEA menciona un total de 2403 pacientes tratados con       parecoxib, 453 por vía intramuscular, y hace una lista de los efectos       adversos según el tipo de cirugía [5].
En       los ensayos clínicos que incluyen pacientes a los que se les ha practicado       cirugía ortopédica o ginecológica no se detectaron diferencias en la       incidencia de efectos adversos entre el grupo que recibió parecoxib y el       que recibió placebo, excepto que hubieron menos casos de fiebre en el       grupo tratado con parecoxib (tal como se había anticipado). Sin embargo,       esos ensayos no fueron diseñados para demostrar que no había diferencias       en los efectos secundarios. 
Alveolitis       después de la cirugía dental.  En los ensayos controlados con placebo de los pacientes sometidos a       cirugía dental, la incidencia de alveolitis fue superior entre los       pacientes que recibieron tratamiento con parecoxib, pero hubo grandes       variaciones entre los diferentes estudios (no hay datos numéricos).
Trastornos       gastrointestinales.  Un estudio a doble ciego en el que se practicaron endoscopias a 94       sujetos sanos de entre 65 y 75 años demostró que había muchas menos       erosiones o úlceras gastroduodenales en pacientes tratados con parecoxib       (40 mg dos veces al día durante 7 días), comparado con pacientes tratados       con Ketorolac (15 mg cuatro veces al día durante 7 días) o placebo.        Sin embargo, el resumen de las características del parecoxib       incluye el riesgo de úlcera gastroduodenal. 
Anomalías       en la coagulación.  El resumen del producto menciona casos raros de hematoma y       trombocitopenia en pacientes que utilizan parecoxib.  Dos estudios con pacientes voluntarios (62 de entre 65 y 95 años       y 48 de entre 18 y 55 años) compararon parecoxib 40 mg por vía endovenosa       dos veces al día con ketorolac 15 o 30 mg por vía endovenosa cuatro veces       al día [16]. A diferencia del ketorolac, parecoxib no afectó la agregación       plaquetaria in vitro y en presencia de ácido araquidónico o colágeno.        Parecoxib tampoco afectó al tiempo de sangrado. Por otra parte, en       pacientes adultos mayores, el parecoxib redujo en forma significativa el       nivel de tromboxane B2 en relación al placebo. 
Posibles       reacciones severas de hipersensibilidad.        Se ha       informado de reacciones de hipersensibilidad severas (anafilaxia,       angioedema, síndrome de Stevens-Johnson, síndrome de Lyell, eritema       polimorfo) en pacientes tratados con valdecoxib, el metabolito activo del       parecoxib [17].  Es muy posible       que estos mismos efectos secundarios ocurran con el parecoxib, tal como señala       la EMEA.
Misceláneo.       Encontramos       pocos datos sobre el riesgo de fallo renal y retraso en la curación de       heridas, dos efectos secundarios conocidos de los AINES (N.E.: ver la Sección       Advierten en este número del Boletín Fármacos para obtener       información actualizada).
En       la práctica: No se ha demostrado que sea ventajoso
Una       de las técnicas que se está utilizando cada vez con mayor frecuencia en       el postoperatorio es la auto administración de analgesia.        El parecoxib reduce la dosis total de morfina auto administrada pero       no reduce los efectos secundarios. 
No       hay evidencia de que el parecoxib sea más efectivo que el ketoprofen,       aunque no se ha comparado la eficacia de estos dos medicamentos.  El parecoxib es más efectivo que el ketorolac, y no sabemos       si este medicamento es tan efectivo como el ketoprofen. No hay evidencia de       que al recetar parecoxib se eliminan los efectos secundarios asociados a       los AINES.  Para finalizar, el       parecoxib puede provocar reacciones severas de hipersensibilidad. 
La       aparición del parecoxib no justifica un cambio en la estrategia para el       control del dolor postoperatorio. 
Notas
I.       La estrategia utilizada en la revisión de la literatura fue el revisar el       contenido de las revistas internacionales más reconocidas: Currnet       Contents-Clinical Medicine, y los boletines de los miembros de la       Internacional Society of Drug Bulletins (ISDB) que están disponibles en la       biblioteca Prescrire; la consulta de libros de texto (Martindale, the       Complete Drug Referente etc.) y de las páginas web de la EMEA y de la FDA.        
También       se consultaron las siguientes bases de datos: Cochrane (2003:4),       Embase/Excerpta Medica Drugs and Pharamacology (1980- al caurto semestre de       2003), Medline (1966-semana de 2 de noviembre 2003) y Reactions       (1983-octubre 2003); y las webs NICE y SIGN hasta el 15 de diciembre de       2003.
Solicitamos       a Pharmacia que nos mandase información que contradijese nuestras       conclusiones pero no lo hicieron.
II.       Otros boletines independientes evaluaron este medicamento  y sacaron las siguientes conclusiones:
Pharma-Selecta       (Holanda): “Dado el costo y la inseguridad que rodea a la aparición de       efectos indeseables, el parecoxib no debe utilizarse para tratar el dolor       postquirúrgico” (a)
Panorama       Actual del Medicamento (España): “La eficacia de este producto es la que       se espera de un AINE.” (b)
Información       Terapéutica del Sistema Nacional de Salud (España): “Su eficacia y       efectos adversos son parecidos a los de otros coxibs (rofecoxib y       celecoxib); la única diferencia es su administración parenteral y el uso       por un período de tiempo corto.” (c)
Gebu       (Holanda): “Hay poca experiencia en el uso de parecoxib durante más de       dos días… Se puede combinar el parecoxib con la morfina, lo que puede       llevar a una disminución del requerimiento de morfina.        Esto no se traduce en menos efectos secundarios por opiáceos.”       (d)
Australian       Prescriber (Australia): “Parecoxib solo se ha utilizado en dosis únicas       en el período postoperatorio y la mayor parte de los datos de seguridad se       deben a la administración de dosis únicas.        Separar los efectos secundarios de la intervención de los efectos       secundarios del medicamento puede ser difícil, pero algunos efectos       secundarios indeseables ocurrieron con mayor frecuencia en el grupo tratado       con parecoxib que en el grupo placebo.        Esto incluye casos de dispepsia, cambios en la presión arterial,       oliguria, edema y urticaria.” (e)
Institut       for rationel farmakoterapi (Dinamarca): “No hay datos que demuestren que       el parecoxib tiene menos efectos secundarios en pacientes en riesgo. (f) 
Canadian       Coordianting Office for Health Technology Assessment (Canada): “ Las dos       dosis de parecoxib (20 y 40 mg diarios por vía endovenosa) fueron       comparables al ketoralac para aliviar el dolor postquirúrgico.  Los dos tratamientos fueron mejores que la morfina, a pesar       de que la dosis de morfina era demasiado baja para poder ser clínicamente       efectiva (…).  Se necesitan       otros ensayos clínicos que comparen la parecoxib con dosis estándar de       opioides para poder establecer el lugar de los mismos en el tratamiento del       dolor postquirúrgico.” (g)
Arznei-Telegramm       (Alemania).  El inhibidor del       cox-2 parecoxib se comercializa para el tratamiento del dolor postquirúrgico.        En nuestra opinión esta indicación es una contraindicación: Los       AINES, incluyendo los inhibidores de cox-2, interfieren con el flujo normal       de la sangre en el riñón.  Esto       puede llevar a fallo renal agudo, especialmente en condiciones de stress y       en los días que siguen a la cirugía. (….) Los opiáceos que el riñón       tolera bien siguen siendo los medicamentos de elección en el tratamiento       del paciente postquirúrgico.” (h)
(a)          “parecoxib” Pharm Sel 2002; 18:133-137.
       (b)         “parecoxib-Dyanstat” Panorama Actual Med 2003; 260 (27):185-191.
       (c)          “parecoxib” Información Terapéutica del       Sistema Nacional de Salud 2003; 27 (2):73.
       (d)         “parecoxib       (Dynastat), geregistreed” Gebu 2003; 37:10-11.
       (e)          “parecoxib”Australian Prescriber 2002; 25 (4): 96-97.
       (f)           Institut for rationel       farmakoterapi “Dynastat” 23 decémbre 2002. Website       http://irf.dk       consultada el 17 de noviembre de 2003.
       (g)          “paracoxib sodium”       Canadian Coordinating Office for Health Technology Assessment 2001; (10). Website       www.ccohta.ca       consultado  el 4 de julio de       2003.
       (h)          “COX-2 Hemmer       Parecoxib (Dynastat): Indikation =Gegeanzeige?” Arznei-Telegramm       2002; 33(6): 62-63.
Referencias
1.       Prescrire Editorial Staff.  “Rofecoxib       in rheumatoid arthritis: no comparison available against ibuprofen or       diclofenac” Prescrire Int 2003; 12(65): 89-90
       2. Prescrire Editorial Staff. “Ketorolac tromethamine” Prescrire Int       1993; 2 (7): 104-106.
       3. Prescrire Rédaction.  “Kétorolac:       des effets indésirables de type AINS” Rev Prescrire 1993; 13 (133):515.
       4. Prescrire Editorial Staff.  “Market       withdrawal of ketorolac because of severe bleeding” Prescrire Int 1994; 3       (10): 46.
       5. The European Agency for the Evaluation of Medicinal Products –       Committee for Proprietary Medicinal Products “European Public Assessment       Report Dynastat” Rev. 2 11 November 2003: 112 pages.
       6. Pharmacia. “Dynastat. Monographie” undated: 62 pages.
       7. Daniels SE et al. “A double-blind, randomized comparison of       intramuscularly and intravenously administered parecoxib sodium versus       ketorolac and placebo in a post-oral surgery pain model” Clin Ther 2001;       23 (7):1018-1031.
       8.  Desjardins PJ et al. “The       injectable cyclooxygenase-2 specific inhibitor parecoxib sodium has       analgesic efficacy when administered preoperatively”        Anesth Analg 2001; 93:721-727.
       9.  Hubbard RC et al.        “Parecoxib sodium has opioid-sparing effects in patients       undergoing total knee arthroplasty under spinal anesthesia” Br J Anaesth       2003; 90 (2): 166-172.
       10. Malan TP et       al. “Parecoxib       sodium, a parenteral cyclooxygenase 2 selective inhibitor, improves       morphine analgesia and is opioid-sparing following total hip       arthroplasty” Anesthesiology 2003; 98:950-956.
       11. Rasmussen GL et al. “Intravenous parecoxib sodium for acute pain       after orthopedic knee surgery” Am J Orthop 2002; 96(6): 1305-1309.
       12. Tang J et al. “Effect of parecoxib, a novel intravenous       cyclooxygenase type-2 inhibitor, on the postoperative opioid requirement       and quality of pain control” Anesthesiology 2002; 96 (6): 1305-1309.
       13. Ng A et al. “Analgesic       effects of parecoxib following total abdominal hysterectomy” Br J Anaesth       2003; 90 (6): 746-749.
       14. Barton SF et al. “Efficacy and safety of intravenous parecoxib       sodium in relieving acute postoperative pain following gynecologic       laparotomy surgery” Anesthesiology 2002; 97:306-314.
       15. Stoltz RR et       al. “Upper       GI mucosal effects of parecoxib sodium in healthy elderly subjects” Am J       Gastroenterol 2002; 97 (1): 65-71.
       16. Noveck RJ et       al.  “Parecoxb       sodium does not impair platelet function in healthy elderly and non-elderly       individuals” Clin Drug Invest 2001; 21 (7):465-476.
       17. The       European Agency for the Evaluation of Medicinal Products “EMEA public       statement on parecoxib sodium (Dynastat, Raysun, Xapit) risk of serious       hypersensitivity and skin reactions” 22 October 2002: 2 pages.