Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

ECONOMÍA Y ACCESO

Precios

Cáncer: medicamentos impronunciables, precios incomprensibles (Cancer: Unpronounceable drugs, incomprehensible prices)
Peter Bach
Forbes, 13 de agosto de 2014
http://www.forbes.com/sites/matthewherper/2014/08/13/cancer-unpronounceable-drugs-incomprehensible-prices/
Traducido por Salud y Fármacos

Los precios de los medicamentos del cáncer siguen aumentando. La industria dice que esto refleja el aumento de los costos de desarrollo de fármacos y el riesgo inherente a la tarea de testar nuevos productos. Creo que cobran lo que piensan que pueden conseguir, y esta cifra aumenta cada año.

Consideremos los dos argumentos, y veamos cómo el último nuevo medicamento para el cáncer de pulmón es compatible con cada uno.

El medicamento es Zykadia, una píldora de Novartis para un subtipo de cáncer de pulmón causado por un defecto en el gen ALK, que fue aprobada por la FDA en abril de este año. La empresa cobra US$13.200 al mes. Su competidor es un fármaco más antiguo Xalkori, de Pfizer que usa el mismo mecanismo de acción y se dirige al mismo tipo de cáncer de pulmón. Xalkori fue aprobado en 2011 y cuesta US$11.500 al mes. En otras palabras, Zykadia cuesta casi US$2.000 más al mes.

La industria habla del riesgo de que un fármaco, en el que han invertido para su desarrollo, no funcione. Es cierto, hay grandes riesgos, pues la investigación clínica a menudo no da los resultados esperados. Novartis tomó ese riesgo con Zykadia. Pero Zykadia es un medicamentos “yo-también” (me-too). Xalkori, el fármaco al que imita, fue el primero de su tipo. Así que sea cual sea el riesgo de Novartis, para Pfizer fue mayor. Sin embargo Zykadia cuesta más.

La industria dice que la investigación clínica cuesta mucho dinero porque la FDA requiere grandes estudios en humanos. Verdadero. Novartis tuvo que hacer un ensayo con 163 pacientes para convencer a la FDA de que aprobase Zykadia. Pero Pfizer tuvo que hacer dos estudios con 255 pacientes en total. Más estudios con más pacientes significa que Pfizer gastó más que Novartis en la investigación clínica. La fijación de precios de los dos fármacos sugiere lo contrario.

La industria habla del desafío de traer nuevas clases de medicamentos al mercado. Las empresas tienen que educar a los médicos acerca de los mismos y del subtipo de enfermedad al que se dirigen. Aquí, de nuevo, Pfizer hizo el trabajo cuando pocos médicos sabían sobre el cáncer de pulmón asociado al ALK. Tres años más tarde Novartis entra en un mercado maduro y educado.

En el caso de estos dos fármacos, averiguar si un paciente de cáncer de pulmón debe obtener cualquiera de los medicamentos exige determinar si el paciente con cáncer de pulmón tiene el defecto en el gen ALK. Eso requiere una prueba genética especial que no existía en el mercado hace unos años. Así Pfizer (no Novartis) se asoció con Abbott Labs para desarrollar la prueba en tándem con Xalkori. La FDA aprobó Xalkori de Pfizer y la prueba, lo que los expertos llaman un compañero de diagnóstico, el mismo día. Novartis tampoco tuvo que asumir esa tarea.

En algunos casos, las diferencias en los resultados de los ensayos clínicos podrían explicar esta paradoja en la fijación de precios, pero estos dos fármacos no se han comparado directamente. De todos modos, la FDA dice que Xalkori, no Zykadia, es la primera opción para este subgrupo de pacientes con cáncer de pulmón. Zykadia es para lo que los expertos llaman “tratamiento de segunda línea”. Las tasas de respuesta, una medida de la eficacia del medicamento, parecen casi iguales. Los efectos secundarios son difíciles de comparar, pero algunos se producen con más frecuencia con Zykadia – tanto los de poca importancia como los que amenazan la vida.

Por lo tanto, parece que los datos solo confirman una de las explicaciones, y es la mía. La fijación de precios de Zykadia no tiene nada que ver con lo que hubo que hacer para sacar el producto al mercado, tiene que ver con cuando llegó al mercado. Hoy hay mayor tolerancia a los precios altos de los medicamentos que hace tres años y mucho mayor de lo que era hace una década, cuando el precio medio de los medicamentos contra el cáncer era alrededor de US$5.000 por mes (en dólares de hoy).

Este rápido aumento de los precios ha colocado a los medicamentos oncológicos entre las categorías que más contribuyen al aumento del gasto en salud. Casi US$30.000 millones en medicamentos contra el cáncer el año pasado, un aumento del 9% respecto al año anterior. Recientemente, este fenómeno también ha afectado a otras enfermedades. Un nuevo fármaco para la fibrosis quística llamado Kalydeco cuesta US$26.000 por mes. Hay que tomarlo toda la vida.

El fármaco de Gilead para la hepatitis C, Sovaldi, cuesta US$30,000 al mes y $84.000 por tratamiento. Un directivo de salud postuló que como hay mucha gente que tiene esta infección, el gasto anual en Sovaldi podría alcanzar los US$300.000 millones. Eso es más que todo el gasto en medicamentos en EE UU. Un número más realista podría estar entre US$7.000 y US$12.000 al año. Incluso esa cantidad es aproximadamente cinco veces lo que Gilead gasta anualmente en investigación.

Independientemente de la estimación, el precio de los nuevos medicamentos contra el cáncer y otras enfermedades frecuentes no sigue la lógica que la industria siempre ha propugnado. En su lugar, la fijación de precios se explica por un fenómeno de creciente descaro por parte de la industria en un contexto en que los reguladores y las aseguradoras que no tienen autoridad legal para dictar o incluso proponer modelos alternativos de precios.

Vamos a tener que tomar algunas medidas difíciles, y habrá que hacerlo en un momento en que el diálogo en salud está polarizado no sólo a través de la implementación de la reforma de Obama, sino en torno a si hay o no una diferencia entre la racionalidad y el racionamiento.

Una forma de solucionar el problema sería asegurar que cuando se comercializan medicamentos “yo también”, incluso los de precio elevado para las enfermedades que amenazan la vida, los productores tienen incentivos, y las aseguradoras tienen mecanismos de pago, para ofrecer sus medicamentos a precios inferiores a los de sus competidores con el fin de ganar cuota de mercado. En este momento nuestro sistema no hace eso, pero eso lo que sucedería en un mercado normal.

O podríamos seguir con el caro modelo actual, en cuyo caso hay que pedir a la industria farmacéutica que haga la conexión entre los objetivos sociales que quieren conseguir, los costes en los que incurren, así como los beneficios que razonablemente deberían estar ganando. Podrían empezar por explicar por qué Zykadia cuesta más que Xalkori.

creado el 12 de Septiembre de 2017