Con el aumento de las tensiones geopolíticas, la globalización puede tener efectos secundarios amenazadores. Especialmente cuando se trata de bienes esenciales.
Imaginemos, por ejemplo, que la cadena de suministro de antibióticos se interrumpe en medio de una escalada del conflicto. No es una hipótesis descabellada. El 80-90% de los antibióticos del mundo se fabrican en Asia, sobre todo en China.
Sin estos medicamentos esenciales, las intervenciones quirúrgicas rutinarias se convierten en procedimientos de alto riesgo, y las infecciones fácilmente tratables podrían volverse mortales. Es fácil para los actores extranjeros convertir esta dependencia en una vulnerabilidad crítica, que podría socavar gravemente las capacidades de seguridad y Defensa de Europa. Sin antibióticos, nuestros sistemas sanitarios simplemente se colapsarían.
Europa, antaño líder en la producción de medicamentos, depende ahora de Asia para el 60-80% de su suministro farmacéutico. La presión de los precios de los genéricos baratos, junto con unos costes laborales y medioambientales más elevados, son los principales motores de este cambio.
Sin embargo, esta deslocalización ha dejado a Europa expuesta. La pandemia de covid-19 puso de manifiesto los riesgos, y los hospitales de toda Europa se enfrentaron a una escasez crítica de medicamentos esenciales, incluidos los relajantes musculares necesarios para la intubación de emergencia.
Incluso hoy en día, todos los países europeos luchan contra la escasez de medicamentos, en gran parte debido a la fragilidad de las cadenas de suministro que dependen de cadenas de valor largas y complejas y de entregas justo a tiempo.
¿Por qué es tan importante la Ley de Medicamentos Críticos?
En respuesta a la persistente escasez de medicamentos, los Estados miembros de la UE solicitaron una Ley de Medicamentos Críticos en mayo de 2023.
El objetivo de la ley es determinar las vulnerabilidades de las cadenas de suministro de medicamentos críticos, apoyar la producción europea y diversificar las cadenas de suministro. La ley también debería mejorar la sostenibilidad general del mercado de medicamentos (genéricos), con criterios de adquisición que recompensen la sostenibilidad de la producción y la seguridad del suministro.
La Ley de Medicamentos Críticos se publicará esta semana. Sin embargo, desde nuestro llamamiento en mayo de 2023, las realidades geopolíticas han cambiado rápidamente: la seguridad se ha convertido ahora en la principal prioridad de los líderes europeos.
Este paradigma de seguridad debe abarcar los sistemas sanitarios y farmacéuticos. Varios medicamentos, entre ellos antibióticos, anestésicos y trombolíticos, no sólo son vitales para la sanidad civil, sino también para escenarios militares y de emergencia.
Por tanto, es imperativo que la UE integre la ley en el marco de seguridad más amplio de Europa, de forma similar a como la Ley de Producción para la Defensa de Estados Unidos designa las cadenas de suministro farmacéutico como una cuestión de seguridad nacional.
La Ley de Producción de Defensa (en inglés DPA Defense Production Act) permite al Gobierno estadounidense cartografiar las cadenas críticas de suministro farmacéutico, identificar vulnerabilidades y dirigir inversiones para reforzar la producción nacional. También permite a las autoridades emitir contratos prioritarios, que obligan a los proveedores a dar prioridad a los pedidos gubernamentales, garantizando que los medicamentos esenciales se entreguen sin demora durante las crisis.
En una línea similar, la Comisión Europea debe acelerar los esfuerzos para mapear y evaluar las vulnerabilidades dentro de las cadenas de suministro de estos medicamentos críticos estratégicos. Si se detectan puntos débiles, Europa debe ser capaz de actuar con decisión y aumentar la producción nacional cuando sea posible.
La salud no puede tratarse como una cuestión secundaria
La Ley de Medicamentos Críticos debe actuar como un instrumento sólido. Parte de su financiación debe integrarse en planes más amplios de gasto en Defensa de la UE, incluidos los mecanismos financieros del nuevo paquete de defensa. Al fin y al cabo, sin medicamentos esenciales, las capacidades de Defensa de Europa se ven comprometidas.
Además, la Ley debe abordar el enfoque fragmentado de Europa respecto al almacenamiento de medicamentos esenciales. Se necesita un enfoque europeo coordinado, basado en la transparencia, la cooperación y la solidaridad, para garantizar que los medicamentos esenciales estén disponibles cuando y donde se necesiten.
Europa ya no puede permitirse tratar la seguridad de los medicamentos como una cuestión secundaria. La Ley de Medicamentos Críticos debe ampliarse hasta convertirse en un programa estratégico eficaz a gran escala, respaldado por fondos de Defensa de la UE, para garantizar la autonomía estratégica del continente.
Cualquier otra cosa sería un grave error de cálculo, que podría convertir nuestra dependencia de los medicamentos críticos en el talón de Aquiles de la seguridad europea.
Frank Vandenbroucke es viceprimer ministro y ministro de Sanidad y Asuntos Sociales de Bélgica; Vlastimil Valek es viceprimer ministro y ministro de Sanidad de Chequia; Spyridon-Adonis Georgiadis es ministro de Sanidad de Grecia; Hosam Abu Meri es ministro de Sanidad de Letonia; Mónica García Gómez es ministra de Sanidad de España; Karl Lauterbach es ministro de Sanidad de Alemania; Ana Paula Martins es ministra de Sanidad de Portugal; Riina Sikkut es ministra de Sanidad de Estonia; Marija Jakubauskienė es ministra de Sanidad de Lituania; Valentina Prevolnik Rupel es ministra de Sanidad de Eslovenia; y Michael Damianos es ministro de Sanidad de Chipre.
Nota de Salud y Fármacos. Tanto la EFPIA y Vaccines Europe, que representan a los laboratorios innovadores del continente, como Medicines for Europe, la patronal del sector de medicamentos genéricos, quieren hacer valer el peso estratégico del sector como fabricantes de bienes esenciales. “Los planes de gasto en defensa de la UE deberían respaldar la Ley sobre Medicamentos Esenciales para fortalecer el suministro de medicamentos críticos en Europa”, que debe ofrecer más autonomía estratégica a Europa. La inmunización de la población o las estrategias nacionales de prevención y salud pública son otras medidas que el sector considera importantes para aumentar “la seguridad y la resiliencia sanitarias”, añaden [1].
El Economista [2] ha publicado un mapa mundial con las plantas de fabricación de antibióticos que reproducimos a continuación
Referencias