Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

ECONOMÍA Y ACCESO

Entrevistas

“Se está exagerando maliciosamente el papel de la economía en algunas decisiones” Carlos Martínez entrevista a Joan Rovira
El Global, 7 de febrero de 2014
http://www.elglobal.net/noticias-medicamento/2014-02-07/politica-sanitaria/se-esta-exagerando-maliciosamente-el-papel-de-la-economia-en-algunas-decisiones/pagina.aspx?idart=813209

Joan Rovira, economista y miembro del Grupo de Trabajo sobre Salud, Medicamentos e Innovación (GTSMI). En su trabajo en el Banco Mundial, Joan Rovira se hizo consciente de los problemas de acceso a los fármacos y su relación con el régimen de incentivos a la innovación, basado en patentes. En su opinión, ni la industria ni los gobiernos muestran la iniciativa e imaginación necesarias para abordar el problema. Favorecer el cambio es el objetivo del Grupo de Trabajo sobre Salud, Medicamentos e Innovación, al que pertenece.

Pregunta. El problema del acceso a medicamentos era asunto de países empobrecidos. ¿También de España?

Respuesta. Sí, aunque la gravedad no es la misma que en países muy pobres.

P. ¿Por qué no hay estudios sobre el impacto de los recortes en la salud?

R. En el caso de la UE es comprensible hasta cierto punto, ya que las políticas de salud son responsabilidad de los estados.

P. ¿Y en el caso de las españolas?

R. El problema es que no existe una cultura de evaluación. Supongo que es más cómodo insistir sin ninguna evidencia en que los copagos no tienen efecto en el acceso que llevar a cabo una evaluación independiente y exponerse a que los resultados digan que sí afectan.

P. Si no hay estudios, ¿qué indicadores maneja el grupo de trabajo para denunciar el deterioro en el acceso?

R. Hay estudios parciales y evidencia sustancial de casos individuales que algunas ONG recopilan. Otros indicadores, como las cifras de parados (que en gran parte no reciben prestaciones) o el incremento de la pobreza, permiten suponer que mucha gente abandona tratamientos que necesita igual que deja de utilizar la calefacción pese al frío. Nos encantaría que estudios rigurosos demostrasen que estamos equivocados.

P. Entonces, ¿ha derivado la crisis económica en crisis sanitaria?

R. Sin duda, al menos para los grupos de población más vulnerables.

P. ¿Qué medidas son necesarias?

R. Hay que asegurarse de que los recortes, si son inevitables, afecten a los tratamientos innecesarios. Esto requeriría la aplicación sistemática de estudios de efectividad comparativa y de coste-efectividad en las decisiones de precios y financiación, una asignatura pendiente en España.

P. ¿Por qué los precios siguen sin estar vinculado a la efectividad?

R. ¿Incapacidad técnica? ¿Falta de convencimiento? ¿Poco interés en que aumente la transparencia y la consiguiente rendición de cuentas? ¿Presiones de una parte de la industria?

P. Sanidad ha dado marcha atrás a tres copagos, pero lo ha hecho apelando a una mejoría económica. ¿Es posible una política sanitaria al margen de los ministerios de Economía y la troika?

R. No creo que nunca haya sido posible, ni que deba ser así. Pero se está exagerando maliciosamente el papel de la economía en determinadas decisiones. La economía (es decir, los recursos disponibles) establece un límite a los bienes y servicios que la sociedad puede consumir, pero no permite establecer a qué bienes o servicios debemos o podemos aspirar, ni a recortar sin más el acceso a los servicios de salud.

P. ¿Qué opina sobre el proyecto de nueva Directiva de Transparencia?

R. No creo oportuno ni aceptable que se fuerce a los reguladores nacionales a cumplir unos plazos iguales para toda la UE. Tampoco creo que esta medida consiguiera los objetivos de la industria: si superado el plazo para pronunciarse las autoridades no tienen clara la decisión, lo lógico es que opten por no financiar el producto, fijar un precio más bajo u otra opción que posiblemente no satisfará a la empresa solicitante.

P. ¿Y qué espera del proyecto de RD de Precios y Financiación?

R. A estas alturas de la película, prefiero esperar antes de opinar.

P. El grupo de trabajo solicita otro modelo de I+D; transparencia en los aspectos económicos y decisiones de precio y financiación… ¿Lo ve viable?

R. Viable, sí; cuán probable es más difícil de adivinar. La aprobación de la Ley de Transparencia debería hacernos abrigar esperanzas; pero el mantenimiento del ‘principio’ del silencio administrativo negativo, el número y vaguedad de los supuestos que permiten ignorar la exigencia de principios de transparencia y el que los órganos que deben asegurar el cumplimiento de la Ley dependan del Gobierno hacen que la posibilidad de mejora de la transparencia en España se basen más en la fe que en una expectativa o previsión racional.

P. ¿Por qué el modelo de innovación biomédica no es sostenible, a su juicio?

R. La industria es quien toma la iniciativa respecto a las prioridades de innovación, el gasto en I+D y su distribución y los precios de los nuevos productos. Las autoridades van a remolque, controlando a posteriori, como pueden, los precios y el gasto. Los altos precios no revierten necesariamente en más I+D; una parte mayoritaria se dedica al marketing y a otras actividades de utilidad social cuestionable.

P. ¿Cuál es su alternativa?

R. Desligar el precio del producto de los incentivos y la financiación de la innovación, pagando por las innovaciones a cambio de que los precios de los productos estén sujetos a la competencia desde que entran en el mercado. En este modelo la sociedad establecería cuánto y en qué innovación quiere invertir y las empresas tendrían que ser eficientes para conseguir fondos y ajustar costes para competir. Entiendo que este cambio no sea atractivo para parte de la industria acostumbrada a un entorno de exclusividad, monopolio, diferenciación de producto o negociaciones poco transparente con los reguladores, pero dudo que los sistemas de salud puedan soportar mucho tiempo la entrada de tecnologías a un coste anual que frecuentemente va de los 20.000 a los 200.000 euros y cuya aportación terapéutica no siempre es sustancial.

creado el 25 de Junio de 2014