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ECONOMÍA Y ACCESO

Entrevistas

Es difícil encontrar inversiones que den un retorno más alto que las que se hacen en salud. Entrevista con Gabriel Jaramillo Gerente General del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria
Cristina de Martos
El Mundo, 26 de marzo de 2012
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/03/23/hepatitissida/1332504943.html

Hace sólo siete semanas que Gabriel Jaramillo, antiguo director del Sovereign Bank, asumió el puesto de Gerente General del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, y la transformación de esta organización ya ha comenzado. El objetivo de Jaramillo, con más de 35 años de experiencia en el sector de las finanzas, es convertir al Fondo en una entidad más eficiente, que cumpla con las exigencias de control de los países donantes, alimentadas por la crisis y los casos de fraude detectados en 2011.

P. El Fondo está sufriendo una profunda transformación. ¿Cómo va a afectar a su funcionamiento?

R. El Fondo tiene una característica que lo distingue del resto de entidades multilaterales en el mundo de la salud y es que el impacto que ha tenido ha sido realmente diferenciado en términos de vidas que ha salvado, y esto lo coloca en una categoría especial. Cuando se habla de transformar el Fondo, no se habla de transformar una cosa que no funcionaba a una cosa que va a funcionar, se trata de responder a unos tiempos en que hay una crisis económica y, por lo tanto, tiene que hacer mejor lo que ya hacía bien. El enfoque de esta transformación se centra en gran parte en ese aspecto.

P. ¿En qué cosiste el cambio?

R. Se podría sacar la lista del nombre de las personas que se han salvado por el [trabajo del] Fondo y son millones. Y eso es lo más fascinante de esta entidad. La transformación que estamos haciendo responde a unos donantes más exigentes que tienen presión fiscal en sus países, como España, pero que ven esta maravilla de institución y quieren seguir aportando. Y para hacerlo, exigen que haya más cuidado aún del que había sobre el dinero, son más exigentes en el impacto que debe tener el aporte y nosotros estamos encantados con eso.

Es una transformación en la que nos especializamos en la gestión de los ‘grants’ (los programas). Nosotros somos una entidad financiera. Hacemos inversiones en los programas y en las estrategias de los países, que son los grandes héroes de esta guerra contra las tres enfermedades. Al hacer las inversiones, tenemos que ver que se consiguen unos retornos muy altos, y esos retornos se consiguen utilizando las intervenciones correctas, las medicinas que son, las más nuevas y efectivas, y los métodos también, que dan el mejor retorno de vidas salvadas por dinero invertido. Entonces, estamos incrementando los ejecutivos en el área de gestión de programas en un 40% porque queremos especializarnos en esa función principal del Fondo. De alguna manera estamos volviendo a nuestras raíces, a lo que hacemos mejor, que es salvar vidas.

P. Cuando el Fondo nació, la situación del sida, la tuberculosis y la malaria era de emergencia. Pero ahora, diez años después, es completamente diferente.

R. Sí, cuando el Fondo se fundó, se hizo con tres sentidos: emergencia, temor y generosidad. Hoy, queda el mejor de los sentidos, que es la generosidad. En el momento en el que había temor y urgencia, se invertía rápidamente y se preguntaba poco por los efectos, porque lo importante era que los países se comprometieran en la lucha contra las tres enfermedades, especialmente el sida. Los tratamientos eran escasos, su eficiencia era baja y el coste de cada intervención era enorme por paciente. Hoy en día, gracias al Fondo, los costes han bajado y la calidad de los tratamientos, los diagnósticos y los sistemas de prevención ha mejorado brutalmente. Hoy podemos hacer mucho más con el dinero, y los donantes, por la crisis, están exigiendo que el Fondo sea más eficiente también a la hora de responder preguntas como cuándo, quién, dónde, por qué. Nosotros estamos preparados para hacer eso y encantados de crear los procesos para responder a las preguntas.

P. La reforma tiene que ver con peticiones como la de Francia, que exige que un porcentaje de su donación se utilice para controlar qué se hace con ese dinero?

R. Y hemos visto que en muy pocas semanas hemos tenido anuncios muy positivos, como la donación de Bill Gates de US$750 millones, el Gobierno japonés, después de la tragedia que sufrieron el año pasado, ha anunciado una participación todavía superior que en el pasado… Son cosas que nos motivan muchísimo.

Tenemos programas de prioridad claramente establecidos y siempre estamos listos para reaccionar. Un aspecto importante del Fondo es que se dedica a crear y fortalecer los sistemas sanitarios de los países en los que invierte.

P. Con su llegada, el Fondo ha adquirido a ojos de la sociedad un perfil claramente financiero, aunque en realidad, ése es realmente su trabajo.

R. El Fondo es una institución financiera. Somos los banqueros de la guerra [contra el sida la tuberculosis y la malaria], damos el dinero para que se dé la guerra. Cuando no es suficiente, nos corresponde conseguir lo que hace falta. Somos una entidad privada y, como tal, no somos la organización multilateral, burocrática, pesada de las Naciones Unidas. Somos mucho más ágiles y la eficacia del Fondo se debe en gran parte a la sabiduría de los países fundadores, que decidieron tener un tipo de entidad diferente.

modificado el 28 de noviembre de 2013