Resumen ejecutivo y conclusiones principales
La industria farmacéutica es una de las más poderosas del país, y, hasta hace poco —antes de que se aprobara la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés)—, había logrado detener casi todos los intentos de controlar los exorbitantes precios de los medicamentos. Sin duda, algunas de las razones principales por la que la industria pudo evitar esta reforma durante tanto tiempo incluyen el cabildeo, los aportes a las campañas electorales de los políticos y las campañas publicitarias en los medios de comunicación. Este informe analiza otro motivo que no se ha investigado tanto: los miles de millones que la industria ha entregado, en concepto de subvenciones, a las organizaciones de defensa del consumidor más poderosas del país.
Nos centramos en las subvenciones provenientes de un subconjunto de la industria farmacéutica: PhRMA (Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, Investigadores y Productores Farmacéuticos de América), el grupo comercial que agrupa a las empresas farmacéuticas más poderoso del país, y las empresas que lo conforman. Nos referimos a estos grupos, en conjunto, como la Red PhRMA.
Public Citizen recopiló y analizó cientos de documentos de la Red PhRMA que son accesibles al público, y elaboró una base de datos que incluyen las subvenciones que la Red PhRMA entregó a empresas y fundaciones entre 2010 y 2022. Nuestros datos representan una muestra grande de subvenciones, pero no a la totalidad de ellas. Descubrimos, entre otras cosas:
El dinero que estas organizaciones recibieron indica que hay muchos conflictos de interés. Cuando una organización de defensa de los pacientes permanece en silencio durante el debate sobre el precio de los medicamentos, publica un artículo de opinión que apoya la postura de la Red PhRMA o respalda un medicamento cuestionable, es razonable preguntarse si el dinero que reciben de la Red —que, en ocasiones, asciende a decenas de millones de dólares— es un factor importante en su toma de decisiones. Public Citizen descubrió, entre otras cosas, que:
Public Citizen analizó los registros de cabildeo de 2018 a 2022, tanto de la Red PhRMA como de los beneficiarios de sus subvenciones. Descubrió que las actividades de cabildeo de muchos beneficiarios de subvenciones se entrelazaban con las de la Red PhRMA:
Las empresas de la Red PhRMA no son organizaciones impulsadas por la caridad. Son algunas de las empresas más grandes y lucrativas del mundo, y están muy enfocadas en generar ganancias para sus accionistas. No es posible saber hasta qué grado el dinero afecta el proceso de toma de decisiones de quienes reciben subvenciones. Pero es difícil creer que US$6.000 millones no influyen para nada.
Conclusiones
Cuando PhRMA o alguno de sus miembros envía a un cabildero a Capitol Hill para afirmar que cualquier intento del gobierno de poner un freno a los precios excesivos de los medicamentos es el fin de la República como la conocemos, la mayoría de los miembros del Congreso pueden asumir que los motivos del cabildero no son completamente puros.
Pero si un grupo de defensa de los pacientes expresa sus dudas sobre un proyecto de ley para controlar los precios de los medicamentos, puede tener un mayor impacto. Si una organización local de defensa del consumidor publica un artículo de opinión en el periódico local de la ciudad en donde reside un legislador, sin duda llamará su atención. Si un controvertido medicamento nuevo para tratar una enfermedad recibe el apoyo rotundo de un grupo de pacientes que representa a los que padecen la enfermedad, podría tener aún más peso.
Para la Red PhRMA, el apoyo de los grupos de pacientes y otras organizaciones sin fines de lucro tiene un valor incalculable. Los US$6.000 millones en subvenciones que descubrimos, aunque solo son una parte de lo que se ha distribuido, podría ser dinero bien gastado.
El objetivo final de muchas de las organizaciones que reciben dinero de la Red PhRMA es encontrar una cura para la enfermedad específica que sufre ese grupo de pacientes. No hay razones para dudar de su compromiso con esa meta.
Pero también deberían tener el objetivo de garantizar que los pacientes que representan no vayan a la quiebra debido al costo de los medicamentos que necesitan para seguir con vida. Y nada obstruye más esa meta que aceptar millones de dólares cada año de las empresas responsables de los altísimos precios de los medicamentos.
Las organizaciones que reciben millones de la Red PhRMA ¿Han hecho lo suficiente para abogar por un mayor acceso a los medicamentos y por precios más bajos para los pacientes que representan?
Es difícil dar una respuesta que sea negativa, porque no lo han hecho.
Si hicieran lo suficiente para controlar los precios de los medicamentos, no estarían en buenas relaciones con la Red PhRMA ni recibirían su dinero, ya que el grupo no ve con buenos ojos a quienes no siguen sus reglas.