Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Ética y Derecho
Estados Unidos

Ejecutivos de compañías farmacéuticas ayudarán en la dirección de la Fundación Reagan-Udall ligada a la FDA
Traducido y editado por Boletín Fármacos de: Drug firm execs to help lead FDA foundation, The Associated Press, 20 de noviembre de 2007

FDA envía una advertencia a GlaxoSmithKline por publicidad engañosa de Tykerb
Editado por Boletín Fármacos de: La Food and Drug Administration critica a GlaxoSmithKline por minimizar riesgos de su oncológico Tykerb, Networkmedia, 27 de noviembre de 2007

Una práctica de la industria farmacéutica ante los tribunales
Boletín Fármacos, 9 de enero de 2008

Ensayos y tribulaciones ¿Cómo la FDA no consigue supervisar adecuadamente los experimentos en humanos?
Traducido por Boletín Fármacos de: Trials and tribulations: How the FDA Fails to Adequately Oversee Human Experiments, Worst Pills Best Pills Newsletter, noviembre de 2007

Ocultan que los antidepresivos no son tan eficaces
Editado por Boletín Fármacos de: La Nación (Argentina), 18 de enero de 2008, en base a la nota de Benedict Carey, The New York Times, 17 de enero de 2008

El Congreso estudia los resultados de un ensayo con medicamentos para el colesterol (ezetimibe)
Traducido por Boletín Fármacos de: Alex Berenson, Trial of colesterol drug get house scrutiny, The New York Times, 12 de diciembre de 2007

Hoodia: El último de una serie de fraudes dietéticos
Traducido por Boletín Fármacos de: Hoodia: The Latest in a String of Diet Pill Scams, Worst Pills Best Pills Newsletter, octubre de 2007

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Ejecutivos de compañías farmacéuticas ayudarán en la dirección de la Fundación Reagan-Udall ligada a la FDA
Traducido y editado por Boletín Fármacos de: Drug firm execs to help lead FDA foundation, The Associated Press, 20 de noviembre de 2007.

Se han nombrado ejecutivos de las farmacéuticas Johnson and Johnson y Genzyme para dirigir junto con otras personas la Fundación Reagan-Udall, una organización público-privada cuyo fin es la investigación de medicamentos y productos alimentarios para mejorar la supervisión de los productos regulados por la FDA. La nueva Fundación crea una extraña y estrecha relación entre el sector privado y la FDA.

La semana pasada la FDA dio a conocer los nombres de las personas que conforman la junta directiva de la Fundación Reagan-Udall. Además de J&J y Genzyme, otros representantes de la industria en la junta directiva incluyen ejecutivos de la General Electric, compañía que fabrica aparatos médicos, y la Asociación de Fabricantes de Comestibles (Grocery Manufacturers Association) cuyos miembros incluyen Hormel Foods Corp. y Kellogs. Por ley por lo menos cuatro miembros de la junta proceden de las industrias reguladas por la FDA.

El resto de los 14 integrantes de la junta directiva son académicos, profesionales de la salud, personas que pertenecen a asociaciones sin ánimo de lucro y de defensa de consumidores. Ningún miembro del gobierno tiene voto en la junta directiva de la Fundación que se creó como resultado de la reforma de la FDA que se llevó a cabo en septiembre del 2007.

Mark McClellan, quien fue comisionado de la FDA, será el presidente de la junta directiva. McClellan se fue de la FDA en 2004 para pasar a dirigir hasta el 2006 Medicare y Medicaid. Desde entonces ha sido investigador en el Brookings Institution y en el American Enterprise Institute [a], los dos en Washington.

Aunque la Fundación Reagan-Udall está afiliada a la FDA, sus fondos provendrán de donaciones y del sector privado. La responsabilidad de la junta directiva es decidir el uso de esos fondos a investigadores en el sector público, privado y académico. Una de las primeras actividades de la junta directiva será preparar el reglamento de funcionamiento de la Fundación, incluyendo la recaudación y distribución de fondos.

Los defensores de los consumidores y algunos legisladores han criticado la Fundación. Según ellos, permitir que el sector privado financie la investigación que después utilizará el gobierno para tomar decisiones puede aumentar la influencia que el sector privado ejerce sobre la débil FDA.

A principios de noviembre, la representante de la Cámara Baja Rosa DeLauro escribió al comisionado de la FDA expresando su preocupación por “la posible presión que la investigación financiada por la Fundación puede tener en el personal de la FDA.” En particular, DeLauro preguntaba cómo podría la FDA juzgar objetivamente los productos que venían con un anexo de investigación de la Fundación. DeLauro no ha recibido todavía una respuesta.

Nota de los editores:
El American Enterprise Institute es un centro neo-liberal de investigaciones socio-económicas y políticas

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FDA envía una advertencia a GlaxoSmithKline por publicidad engañosa de Tykerb
Editado por Boletín Fármacos de: La Food and Drug Administration critica a GlaxoSmithKline por minimizar riesgos de su oncológico Tykerb, Networkmedia, 27 de noviembre de 2007.

El organismo regulador de los EE.UU. realizó una fuerte crítica a la farmacéutica británica GlaxoSmithKline por minimizar los riesgos de su droga oncológica para el tratamiento del cáncer de mama tipo HER2+, Tykerb (lapatinib), exagerando sus beneficios en material promocional enviado a médicos especialistas norteamericanos.

La FDA, a la vez, solicitó formalmente a la compañía que detenga la entrega de ese material y desarrolle un plan para corregir sus mensajes antes del 6 de diciembre. Según la agencia, GSK omitió información clave sobre la administración del producto en mujeres embarazadas, pacientes con patologías hepáticas y cardíacas.

Nota de los editores: La carta de advertencia de la FDA se encuentra disponible en inglés en: www.fda.gov/cder/warn/2007/Tykerb_wl.pdf

 

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Una práctica de la industria farmacéutica ante los tribunales
Boletín Fármacos, 9 de enero de 2008

Las compañías farmacéuticas usan los registros de las recetas de medicamentos para monitorear las conductas prescriptivas de los médicos. En base a la información que obtienen, las compañías deciden cuidadosamente como recompensar a los médicos con regalos, invitaciones para dar conferencias y otros atractivos premios que sirven para reforzar las prácticas prescriptivas de los mismos.

En 2007, un tribunal de distrito en el estado de New Hampshire invalidó una ley que prohíbe obtener datos de los registros de las recetas para efectos de marketing. Ahora el abogado Sean Flynn, subdirector del programa de Justicia, Información y Propiedad Intelectual de la Facultad de Derecho de American University en Washington, apelará la decisión ante un tribunal distrital de apelación en Boston alegando que la afirmación hecha por la industria farmacéutica de su derecho basado en la primera enmienda constitucional de acceder a los registros corte no es correcta [a].

Nota de los editores:
La primera enmienda a la Constitución de EE.UU. afirma, entre otras cosas, que el Congreso no puede limitar la libertad de palabra o de la prensa

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Ensayos y tribulaciones ¿Cómo la FDA no consigue supervisar adecuadamente los experimentos en humanos?
Traducido por Boletín Fármacos de: Trials and tribulations: How the FDA Fails to Adequately Oversee Human Experiments, Worst Pills Best Pills Newsletter, noviembre de 2007.

En las últimas décadas, la medicina moderna ha pasado de la terapia basada en la experiencia anecdótica de médicos individuales respetados a la recogida sistemática de datos en experimentos llamados ensayos clínicos. En general, ésta es una tendencia positiva. Las observaciones personales pueden verse afectadas por el sesgo personal y pueden omitirse fácilmente pequeños beneficios o efectos secundarios raros. Pero, ¿qué pasa si se produjo una supervisón inadecuada de estos ensayos con el posible detrimento de los pacientes en estos estudios? Un informe de septiembre de 2007 del Inspector General (IG) del Departamento de Salud y Servicios Humanos (disponible online en la dirección www.oig.hhs.gov/oei/reports/oei-01-06-00160.pdf ) sugiere que ésta no es una mera cuestión retórica; es la realidad actual, incluso cuando docenas de miles de estadounidenses contribuyen anualmente con sus organismos a la ciencia. Recientemente, The Washington Post habló de una mujer de 36 años, por lo demás sana, que falleció en una prueba de fase inicial de un virus modificado genéticamente para su artritis.

El informe del IG sólo se centra en un número limitado de experimentos en humanos: ensayos clínicos dentro del ámbito de la FDA. La FDA tiene jurisdicción sobre cualquier ensayo que pueda respaldar una solicitud de comercialización de un producto.

Aquí las preguntas importantes son “¿qué sabe la FDA? y ¿cuándo lo sabe?” Las respuestas son muy claras: no mucho y muy tarde.

Lo que el informe dice es que la FDA no sabe: “es incapaz de identificar todos los ensayos clínicos en curso”, “es incapaz de identificar todos [los comités éticos]” y sus bases de datos “no realizan un seguimiento continuo de la información que se recopila durante las inspecciones”.

Mucho de lo poco que la agencia sabe se basa en las inspecciones in situ. Pero el informe del IG estimó que la FDA sólo inspeccionó el 1% de los centros donde se llevaron a cabo ensayos clínicos en los años fiscales 2000 a 2005, e incluso estos no se dedicaron principalmente a la protección de los sujetos humanos. Como podría esperarse de una agencia cuya principal misión es la evaluación del producto, el énfasis de las inspecciones se dirige a la calidad de los datos, no a la ética. Por si esto no fuera poco, la mayoría de las inspecciones se producen después de que finalice el estudio, demasiado tarde para realizar algún cambio que pueda aumentar la protección de los voluntarios.

¿Y qué pasa si estas inspecciones detectan infracciones? Las violaciones que detectan los inspectores en los centros donde se hacen los ensayos, las minimizan los directivos de alto rango en Washington. En el centro de fármacos de la FDA, por ejemplo, un asombroso 68% de las infracciones más graves fueron minimizadas, mientras que sólo el 26% de las infracciones menos graves fueron exageradas.

Incluso entonces, la FDA hace poco para imponer el cumplimiento de las sanciones. Su instrumento principal es la Carta de Advertencia, pero el cumplimiento es voluntario. Por supuesto, la FDA no puede determinar consistentemente si la infracción ha sido corregida porque la agencia no puede realizar un seguimiento de las inspecciones de forma adecuada. Es un círculo vicioso.

Las personas que están dispuestas a asumir riesgos para beneficiar la ciencia y la sociedad merecen respeto, incluso honor y, desde luego, protección. Estas personas tienen derecho a un sistema que pueda supervisar los ensayos clínicos y que pueda corregir las deficiencias antes de que sea demasiado tarde. Lo que tienen en su lugar es un sistema que está más interesado en los datos que se generan que en su bienestar.

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Ocultan que los antidepresivos no son tan eficaces
Editado por Boletín Fármacos de: La Nación (Argentina), 18 de enero de 2008, en base a la nota de Benedict Carey, The New York Times, 17 de enero de 2008.

Los laboratorios fabricantes de antidepresivos, como el Prozac (fluoxetina) y Paxil (paroxetina), jamás publicaron los resultados de cerca de un tercio de los ensayos clínicos que hicieron para obtener la aprobación de esos medicamentos, por lo que engañaron así, deliberadamente, a médicos y consumidores sobre su verdadera efectividad. Así lo reveló un estudio publicado ayer en la revista The New England Journal of Medicine.

En los estudios clínicos publicados sobre antidepresivos, cerca del 60% de las personas que los tomaban reportó obtener un alivio significativo de la depresión, en comparación con alrededor del 40% de aquellas que tomaron píldoras de placebo. Pero si se incluyen los estudios clínicos menos positivos, no publicados, las ventajas se desvanecen: los antidepresivos son mejores que los placebos solo por un modesto margen, concluyó el citado informe.

Estudios previos habían hallado una tendencia similar al reportar los resultados positivos en una amplia variedad de medicamentos, y muchos investigadores han cuestionado la supuesta efectividad de los antidepresivos. Pero este nuevo análisis, que revisó datos de 74 estudios clínicos con 12 medicamentos distintos, es el más profundo realizado hasta la fecha. Y documenta una gran diferencia: mientras que el 94% de los estudios con resultados positivos llegó a ser publicado, solo el 14% de aquellos que obtuvieron resultados decepcionantes o inciertos lo logró.

Los hallazgos seguramente avivarán el continuo debate sobre como la información que se reporta de los estudios clínicos. En 2004, después de revelaciones de que no se publicaban los resultados negativos de estudios clínicos con antidepresivos, un grupo de revistas líderes acordó dejar de publicar los ensayos clínicos que no se registraran en una base pública de datos.

Los grupos comerciales que representan a las principales farmacéuticas del mundo anunciaron que sus compañías miembros comenzarían a difundir más información sobre sus estudios más rápidamente, en su propia base de datos: www.clinicalstudyresults.org. Y el año pasado, el Congreso estadounidense aprobó una ley que expande el tipo de ensayos clínicos y la cantidad y detalles de la información que se debe reportar en www.clinicaltrials.gov, una base pública de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de ese país. La página web de la FDA, ofrece un acceso limitado a recientes revisiones de ensayos clínicos, pero los críticos dicen que es muy difícil de “navegar”.

“Este es un estudio muy importante por dos razones,” afirmó el Dr. Jeffrey M. Drazen, editor de The New England Journal of Medicine. “La primera es que cuando uno prescribe un medicamento, uno quiere estar seguro de que cuenta con la mejor información posible; uno no lo haría si solo conociera un tercio de la verdad sobre un medicamento.” La segunda, continuó el Dr. Drazen, es que “debemos ser respetuosos con las personas que participan de un estudio clínico”. “Ellos asumen algún riesgo al ingresar en el estudio ¿Y luego la compañía farmacéutica esconde la información?”, se preguntó. “Este tipo de cosas hace nos enfrentemos con determinación a estos hechos.”

Alan Goldhammer, vicepresidente adjunto de asuntos reguladores de Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, dijo que el nuevo estudio no menciona que la industria y el gobierno ya han dado pasos para que la información de los estudios clínicos sea más transparente. “Todo esto se basa en información previa a 2004, y desde entonces hemos acabado con el mito de que las compañías tienen algo que esconder,” añadió Goldhammer.

En el estudio, un grupo de investigadores identificó todos los estudios clínicos sobre antidepresivos enviados a la FDA entre 1987 y 2004. Los ensayos involucraron a 12.564 pacientes para estudiar la eficacia y seguridad entre otros de Prozac (fluoxetina) de Eli Lilly; Zoloft (sertralina) de Pfizer, y Effexor (venlafaxina) de Wyeth.

Los investigadores obtuvieron datos no publicados de los medicamentos aprobados más recientemente a través de la página web de la FDA. Para medicamentos más viejos, consiguieron copias de estudios no publicados a través de colegas o valiéndose de la Ley de libertad de la información [a]. Luego contrastaron todos los estudios con los estudios que se encuentran en la base de datos de estudios publicados, y también escribieron a las farmacéuticas preguntando si determinado estudio había sido publicado.

Descubrieron que 37 de 38 estudios que la FDA consideró positivos fueron publicados en revistas médicas. Esa agencia consideró otros 36 estudios como negativos o no convincentes, y de esos solo 14 fueron publicados. Pero 11 de estos 14 “comunicaban resultados positivos” que no coinciden con los resultados de la revisión que había hecho la FDA de esos estudios, dijo el autor principal del artículo del New Journal of Medicine, el Dr. Erick H. Turner, psiquiatra y ex revisor de la FDA.

Turner dijo que la publicación selectiva de los estudios favorables predispone a decepcionar a los pacientes. “La conclusión es que las personas que estén considerando tomar un antidepresivo deberían ser más prudentes al tomarlos -aclaró-, “y no asombrarse si no funcionan la primera vez, y ni pensar que ellos tienen algún problema por el que el medicamento no produce los resultados esperados.” En cuanto a los médicos, concluyó, “terminan preguntándose: “¿Cómo puede ser que estos medicamentos funcionen tan bien en los estudios, pero yo no esté obteniendo esa respuesta?”.

El Dr. Thomas P. Laughren, director de la División de Productos Psiquiátricos de la FDA, dijo que desde hace tiempo la agencia conoce que se suelen publicar más frecuentemente los estudios favorables. En una entrevista dijo: “Es un problema contra el que hemos luchado durante varios años. No tengo ninguna objeción a que se permita un acceso completo a todos los datos de los ensayos clínicos; nuestro problema es cómo se puede publicar en un inserto toda la información que debe acompañar a muchos medicamentos.”

El Dr. Donald F. Klwin, profesor emérito de psiquiatría de la Universidad de Columbia, dijo que los fabricantes de medicamentos no son los únicos que no tienen interés en publicar resultados de estudios que no contienen resultados positivos. Las revistas y los autores de los estudios también suelen desechar esos estudios. “Si esos son tus datos y no fueron los que esperabas, bueno, entonces no nos debemos sorprender que algunos investigadores no los quieran publicar,” añadió.

Nota de los editores:
Esta ley hace posible que cualquier ciudadano pueda obtener cualquier documento que ha sido recogido por o entregado al gobierno, excepto aquellos que están clasificados por razones de seguridad nacional. En este caso, el documento se entrega eliminando aquella información que el gobierno considera que si se hace pública puede tener consecuencias negativas para la nación.

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El Congreso estudia los resultados de un ensayo con medicamentos para el colesterol (ezetimibe)
Traducido por Boletín Fármacos de: Alex Berenson, Trial of colesterol drug get house scrutiny, The New York Times, 12 de diciembre de 2007.

Un comité del Congreso está investigando a Merck y Shering-Plough por su manejo del ensayo clínico con Zetia (ezetemibe), su medicamento de grandes ventas contra el colesterol.

El martes, el Comité de energía y comercio del Congreso solicitó más información sobre el atraso en la publicación de los resultados del ensayo, que se completó en abril 2006 y cuyos resultados no se han hecho públicos.

Los dos miembros de mayor poder en el comité escribieron una carta a Merck y Schering solicitándoles que se comunicaran con los investigadores y diciendo que las dos compañías deberían guardar documentos importantes sobre el ensayo Enhance.

Científicos independientes piensan que Enhance es crucial porque es el primer ensayo que demostrará si la capacidad de Zetia para disminuir el colesterol tiene beneficios biológicos para los pacientes. Los resultados también pueden ayudar a responder preguntas sobre la seguridad de Zetia.

Zetia y Vytorin están entre los medicamentos de venta con receta más utilizados. Cada semana se venden un millón de recetas en el mundo por un valor de US$5.000 millones anuales. Pero, comparado con otros hipocolesterolemiantes, hay mucha menos evidencia de su seguridad y efectividad.

La carta firmada por dos demócratas del estado de Michigan, John D Dingell -presidente del Comité- y Bart Stupack -presidente del subcomité de monitoreo e investigaciones-, decía “nos preocupa el retraso en la publicación de los resultados del estudio”.

La carta solicitaba a las compañías que entregaran sus informes al comité antes del 25 de diciembre.

Lee Davies, vocero de Schering, dijo que las compañías no habían recibido oficialmente la carta y no podían ofrecer ningún comentario. Schering y Merck promueven conjuntamente Zetia y Vytorin, y se dividen las ganancias a partes iguales.

En ensayo Enhance incluyó a 720 pacientes con niveles de colesterol muy altos, y tenía como objetivo demostrar que la combinación de Zetia con otros medicamentos contra el colesterol más antiguos reduciría el crecimiento de placa en las arterias en mayor proporción que los medicamentos más antiguos cuando se utilizan solos.

Los cardiólogos consideran que el crecimiento de la placa es un marcador del riesgo de ataque cardiaco y tromboembolismo. Si el ensayo revelase que los pacientes tratados con Zetia no experimentan una reducción en el crecimiento de la placa, los resultados podrían cuestionar la efectividad de Zetia.

Se esperaba que Schering y Merck publicaran los resultados del estudio durante una conferencia en la primavera de 2007, pero lo pospusieron hasta el otoño. El mes pasado, después de recibir críticas de los cardiólogos, dijeron que revelarían los resultados en marzo 2008. Las compañías dijeron que todavía no sabían si el medicamento había dado buenos resultados o había fracasado.

Zetia, cuyo nombre genérico es ezetimibe, es un hipocolesterolemiante nuevo que actúa en forma diferente a otros medicamentos hipocolesterolemiantes como el Lipitor. Los medicamentos como el Lipitor, llamados estatinas, reducen la capacidad del hígado de producir colesterol, mientras que Zetia limita la absorción de colesterol.

Los médicos con frecuencia prescriben Zetia con estatinas en dosis bajas, como alternativa a dosis altas de estatinas. Algunos pacientes no quieren dosis elevadas de estatinas porque producen dolores musculares.

Algunos cardiólogos reconocidos, incluyendo el Dr. Steven Nissen, el jefe de medicina cardiovascular de Cleveland Clinic, están preocupados porque piensan que Zetia no da tan buenos resultados como las estatinas, que según él proporcionan beneficios adicionales.

Otros médicos no están tan intranquilos. Se ha comprobado que Zetia disminuye las LDL, o colesterol malo, en un 15-20%. Los medicamentos que reducen el colesterol también reducen la incidencia de ataques de corazón, y no hay razones para pensar que Zetia va a ser diferente, dijo el Dr. Michael Crawford, jefe interino de cardiología en la Universidad de California, San Francisco.

Nota de los editores:
Recomendamos ver “Ezetimibe: Cardiólogos cuestionan el atraso en la publicación de la información sobre hipocolesterolemiantes” en la esta misma Sección, apartado de noticias Generales y “Nuevos cuestionamientos entorno al tratamiento del colesterol” en la Sección Advierten de este número del Boletín Fármacos donde se comenta el reciente anuncio de Merck y Shering-Plough sobre el ensayo Enhance. Según dieron a conocer Vytorin (ezetimibe + simvastatina) no había reducido el crecimiento de la placa arterial; de hecho, los pacientes tratados con el medicamento tenían mayor crecimiento de la placa que los que solo recibieron tratamiento con Zocor (simvastatina). Además retoma el debate en torno a uno de los principios más importantes en cardiología: disminuir los niveles de colesterol siempre es beneficioso.

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Hoodia: El último de una serie de fraudes dietéticos
Traducido por Boletín Fármacos de: Hoodia: The Latest in a String of Diet Pill Scams, Worst Pills Best Pills Newsletter, octubre de 2007.

Tal y como Thomas Hardy dijo, algunas cosas nunca cambian. Cuando el suplemento dietético efedra fue retirado finalmente del mercado en el año 2003, los especialistas en salud pública suspiraron aliviados. El producto se asoció a más muertes que todos los demás suplementos dietéticos juntos.

Pero donde algunos vieron un éxito tardío, otros vieron la oportunidad de beneficiarse. Tan pronto como el producto se retiró de las estanterías de los supermercados, aparecieron nuevos suplementos “sin efedra”. El objetivo: el 33% de los estadounidenses que, según las encuestas nacionales, se estima que son obesos. De repente, la naranja amarga, el té verde y las algas verde-azules, anteriormente entre los últimos de la lista de los suplementos dietéticos más vendidos, se pusieron de moda. Ninguno ha demostrado su eficacia.

Si el colorido del producto no fuera suficiente para incitar la venta del producto, siempre hay un color local. Una marca de zumo de noni, otra panacea no demostrada para la obesidad, se comercializó como “un descubrimiento exótico para la salud procedente de la Polinesia Francesa”. Su etiqueta representa a un nativo con el pecho descubierto y un corte de pelo a lo mohicano comiendo la fruta.

El nuevo fenómeno dietético, hoodia gordonii, sigue el mismo cliché. Esta vez, el hombre con el torso desnudo blandiendo el producto que contiene hoodia Desert Burn es “Sean – un bosquimano sudafricano y nuestro amigo”. (Nota para los fabricantes de hoodia: El término etnográfico correcto es San, no bosquimano). La página web también representa un San atravesando el desierto con un taparrabos, una escena que recuerda a la película de 1984 Los dioses deben estar locos, la última vez que los san penetraron en la cultura americana. De hecho, la mayoría de los San visten al estilo de las películas del western y con frecuencia sólo llevan taparrabos cuando los turistas y los periodistas les visitan en sus pobres aldeas.

Otro enfoque para promocionar un producto: el aval de una firma impresionable. En un informe de 2004, Lesley Stahl de 60 Minutes declaró que hoodia le había quitado el apetito y que la suculenta fruta sudafricana “tenía la textura de un pepino, pero no estaba mala”. Tom Mangold de la cadena BBC estaba de acuerdo: “Ni siquiera pensábamos en la comida. Nuestros cerebros realmente nos decían que estábamos llenos. Fue un gran engaño”.

Un gran engaño, en verdad. No hay una pizca de evidencia en la literatura médica de que este producto funcione en humanos. Un estudio ha identificado algunos impactos mínimos sobre el cerebro de ratas de laboratorio, y otras 15 ratas de laboratorio a las que se les dio hoodia parecieron mantener el peso estable mientras un grupo control de seis ratas a las que no se les dio el suplemento ganaron miligramos, pero hay un largo camino hasta perder una talla.

Pero con la exigencia de los consumidores de hoy en día, la simple promoción exagerada de un comprimido con un suplemento dietético sin eficacia probada no es suficiente para aumentar la cuota de mercado. Por ello, sólo desde Desert Burn Industries, uno puede comprar zumo de hoodia (en un cuentagotas), batido de hoodia, café con hoodia y las siempre populares barritas de frutas con hoodia. El último producto en este mercado superpoblado son los parches de hoodia, que permiten la absorción del producto a través de la piel. Dudamos que el San se lo tomara de la misma forma.

Hablando del San, el grupo ha contratado un abogado que intenta asegurar al grupo una fracción de las ventas internacionales de los productos con hoodia. Ésta es una reacción contra la biopiratería en la cual los intereses corporativos explotan los productos utilizados por los indígenas durante siglos. “El San se desprenderá finalmente de cientos de años de opresión, pobreza, aislamiento social y discriminación”, manifestó el abogado. “Crearemos una fundación financiada con las beneficios de hoodia y los niños se unirán a la clase media sudafricana en nuestro tiempo”. El regreso de los nativos, podría haber sugerido Thomas Hardy.

Además de los miembros de la profesión legal, la fabricación de hoodia ha atraído la atención de los reguladores de la FDA estadounidense. Cinco fabricantes de hoodia han recibido cartas de la agencia en las que se les notifica que sus reclamos sobre la eficacia de sus productos han convertido sus suplementos dietéticos en nuevos fármacos comercializados ilegalmente. Otros han observado que la supuesta cantidad de hoodia que contiene el producto supera de largo la cantidad disponible en el sur de África; la planta se considera en peligro de extinción. El desequilibrio entre la oferta y la demanda parece haberse estirado de una forma predecible: hay informes de productos que muestran que no contienen hoodia.

La hoodia es una más de una larga serie de fraudes de suplementos dietéticos perpetrados últimamente contra el consumidor estadounidense. Desde que los suplementos dietéticos fueron desregulados por la Ley de Salud en Suplementos Dietéticos y Educación de 1994, el mercado ha estado repleto de productos milagrosos no probados, a la caza del cliente, y que explotan las legítimas inquietudes de salud de las personas con obesidad en particular. Como podría haber dicho Paul Simon, “¿sólo la hoodia piensa que te están engañando?”

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modificado el 28 de noviembre de 2013