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Prescripción, Farmacia y Utilización
Europa

La mayoría de pacientes con depresión realiza un bajo cumplimiento. El boticario debe insistir en la adherencia
Editado de: Jaume Riera, Correo Farmacéutico (España), 4 de diciembre de 2006

España: Conclusiones del II Congreso Nacional de Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Comunitaria
A Coruña, 17-19 noviembre 2006

España: 51º Congreso de la SEFH. Evitar los PRMs y minimizar sus efectos, actividad prioritaria de la AF hospitalaria
Editado de: María M. Gómez, Correo Farmacéutico (España), 25 de septiembre de 2006

España: Debate con respecto a la prescripción compartida
Editado de: José María López Agúndez, “La prescripción compartida es una necesidad para el paciente”, Correo Farmacéutico (España), 13 de noviembre de 2006; Miguel Ángel Delgado, Opinión: Prescripción de fármacos, Azprensa.com., 1 al 8 de septiembre de 2006

Reino Unido: El NICE involucra a los pacientes en la evaluación
Editado de: El Global Nº 316

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La mayoría de pacientes con depresión realiza un bajo cumplimiento. El boticario debe insistir en la adherencia
Editado de: Jaume Riera, Correo Farmacéutico (España), 4 de diciembre de 2006

Diferentes estudios elaborados recientemente concluyen que hasta un 60% de los pacientes con depresión realiza un bajo cumplimiento terapéutico, así como que en los ensayos clínicos el 30% de los pacientes no cumple bien su tratamiento, lo que supone una disminución de la eficacia de los antidepresivos.

Estos datos fueron presentados por el psiquiatra Antoni Serrano en el marco de la jornada “Atención farmacéutica en el paciente con depresión”, patrocinada por Esteve y organizada por la Fundación Pharmaceutical Care y Federaciò Farmacéutica en Valencia y Barcelona en dos sesiones en noviembre.

La tasa de incumplimiento, según se desprende de uno de los estudios, afecta a los seis meses de tratamiento a más del 60% de los pacientes que se ven en atención primaria (AP), los cuales representan a más del 70% del total de los enfermos con trastornos mentales y a más de la mitad de los que acuden al psiquiatra.

En cuanto al tratamiento de los pacientes con trastornos mentales, más de un 40% de los que acuden a AP no reciben medicamento alguno, tal y como se constata en un estudio encargado por la Dirección General de Planificación y Evaluación Sanitaria del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Asimismo, un 9% de pacientes sin ningún tipo de trastorno mental recibe antidepresivos, que en el caso de pacientes con un trastorno del ánimo, como la ansiedad, se eleva a más de un 46%.

Otro estudio presentado por Serrano apunta que la tasa de abandono del fármaco prescrito alcaza al 41% de los pacientes a los seis meses de tratamiento, y que en la mayoría de los casos se debe a la percepción por parte del propio paciente de una mejoría sustantiva. Concretamente, en cuanto a las principales causas de abandono, Serrano destacó los efectos secundarios, la falta de eficacia o el miedo a la dependencia en los abandonos tempranos (durante los tres primeros meses de tratamiento), y el sentirse mejor, las sensaciones raras o el convencimiento de que lo debo hacer yo solo en las discontinuaciones tardías (a partir de los tres meses).

Adherencia
El experto apuntó que "los datos revisados indican la necesidad de desarrollar estrategias específicas para mejorar la adherencia a los tratamientos antidepresivos", ante lo que propuso un conjunto de nueve estrategias de mejora. Entre ellas, Serrano destacó proveer de información al paciente sobre las causas de la depresión, su curso clínico previsible, los efectos deseados e indeseados y la duración de la terapéutica; mejorar la relación médico-paciente aumentando la comunicación, el consenso y el entendimiento mutuo; dar el mínimo de fármacos con el mínimo de comprimidos al día; anticiparse y revisar sistemáticamente los efectos secundarios; aconsejar cómo incorporar el tratamiento a la rutina diaria del paciente, o utilizar preferentemente antidepresivos del tipo ISRS en lugar de tricíclicos con el objetivo de minimizar abandonos por efectos secundarios.

En resumen, la mejora del cumplimiento terapéutico en el paciente con depresión indica la necesidad de estrategias que incluyan intervenciones en educación, conducta y entorno socio-sanitario.

Jordi Blanch, psiquiatra del Clínico de Barcelona, destacó en la jornada la importancia del boticario en lograr un mayor cumplimiento en los pacientes con depresión y señaló la necesidad de "insistir mucho en que hay que completar el tratamiento, aunque el paciente esté asintomático, para evitar recaídas".

 

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España: Conclusiones del II Congreso Nacional de Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Comunitaria
A Coruña, 17-19 noviembre 2006

Abriendo puertas: Relación interprofesional en el equipo de salud

Conclusiones
1. La receta electrónica, aunque constituye un avance indudable, debería convertirse en una oportunidad para mejorar la comunicación con los profesionales sanitarios y para la obtención de datos del paciente. Los farmacéuticos no consideran que con los modelos actuales se hayan conseguido estos objetivos.

2. Aunque la formación conjunta está siendo difícil, médicos y farmacéuticos estamos destinados a trabajar juntos ya que tenemos un objetivo común que es la salud del paciente.

3. El estudio de otros modelos de Servicio Farmacéutico como el británico puede ayudarnos a aportar mejoras en la integración del farmacéutico en el equipo de salud.

4. Para la organización del equipo de la farmacia el farmacéutico titular debe tomar el papel de director – líder, establecer objetivos medibles, evaluarlos y aplicar acciones de mejora.

5. Para realizar seguimiento farmacoterapéutico en una farmacia comunitaria debemos profundizar en la gestión del servicio, conseguir una metodología y planificar.

6. Los protocolos de actuación consensuados con el equipo de salud facilitan la implicación de médicos y farmacéuticos.

7. El farmacéutico aporta método y conocimiento para la mejora de la Atención, previniendo y resolviendo resultados negativos de la farmacoterapia trabajando con el resto del equipo de salud.

 

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España: 51º Congreso de la SEFH. Evitar los PRMs y minimizar sus efectos, actividad prioritaria de la AF hospitalaria
Editado de: María M. Gómez, Correo Farmacéutico (España), 25 de septiembre de 2006

Prevenir, detectar y resolver problemas relacionados con los medicamentos (PRM) debe ser la prioridad en la actividad asistencial del farmacéutico hospitalario. Así se desprende de las nuevas Bases de la Atención Farmacéutica en Farmacia Hospitalaria [a], aprobadas por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), que celebró su 51º Congreso entre el 26 y el 29 de septiembre de 2006 en Málaga.

En este documento, en el que se establecen los parámetros que, a juicio de esta sociedad, deben dirigir la actuación de estos farmacéuticos y su integración en los equipos asistenciales se incluye una clasificación de los PRMs por categorías, tipos y causas creada por la SEFH y distinta a la que hasta la fecha se utiliza más en España (Segundo Consenso de Granada).

El primer borrador del documento ya se presentó en la Asamblea del congreso anterior de la SEFH, celebrado en Oviedo en 2005, y nació con la intención de servir a esta organización a “adoptar en el futuro una postura institucional en el aspecto conceptual y metodológico”, según explicó entonces su Presidente, Manuel Alós.

El documento es fruto de la colaboración del grupo de AF que se constituyó en la SEFH en 2004 y “pretende definir la misión del farmacéutico a través de objetivos docentes, asistenciales y de gestión”.

Entre los propósitos que establece como prioritarios se contemplan, además del objetivo clínico general de garantizar “el uso seguro y eficiente de los medicamentos en cada paciente”, otros específicos como la mencionada prevención, detección y resolución de PRMs.

A este respecto, el texto, firmado por miembros los servicios de Farmacia de los hospitales de Salamanca, Castellón, Vigo y Elche y de la Clínica Universitaria de Navarra, recuerda que su función esencial es “asumir la responsabilidad en el diseño, monitorización y evaluación de la farmacoterapia y su resultado en el paciente”.

La colaboración con el resto de sanitarios, y el análisis pormenorizado de todos los aspectos que afectan al paciente para prevenir los PRMs deben definir la actividad de la AF, según la nueva hoja de ruta.

Seguimiento
Entre los objetivos asistenciales específicos que marca la SEFH en el documento están el de que ante cada paciente se diseñe un plan de seguimiento para evaluar los objetivos terapéuticos en colaboración con el resto del equipo sanitario; el de que se recoja y organice toda la información necesaria específica sobre la enfermedad, el paciente y el fármaco a fin de detectar la presencia de PRMs, y el de se efectúen las recomendaciones necesarias para su resolución.

Además, el texto subraya la función del profesional de identificar la categoría y causa de cada PRM que detecte, la de abordarlo y la de evaluar los resultados intermedios y definitivos de su intervención en el estado de salud y calidad de vida de cada paciente.

Cabe mencionar que el posicionamiento de esta sociedad científica respecto a cómo debe ser la AF hospitalaria hace especial hincapié en la necesidad de la integración del farmacéutico en el equipo del hospital y en la de que asuma su responsabilidad como “miembro del equipo multidisciplinar responsable de la farmacoterapia”.

Marco legal
En lo referente a la responsabilidad jurídica de sus actuaciones asistenciales, el texto apunta que todas sus actuaciones deben estar sujetas a la legislación vigente y a los procedimientos científicos adecuados y aprobados para “asegurar a los ciudadanos el derecho a la protección de la salud” y “garantizar la equidad, calidad y participación social”.

Con estas propuestas la SEFH está decidida a impulsar el desarrollo de programas concretos de AF y gestión de la calidad de la farmacoterapia a través de actividades de formación, de la promoción de proyectos de investigación de los resultados obtenidos tras el tratamiento, de la coordinación de grupos de trabajo en áreas terapéuticas específicas y de la introducción de nuevas tecnologías en todos los ámbitos de actuación del farmacéutico.

Una clasificación exhaustiva
Clasificación de categorías, tipos y causas de PRMs según la SEFH.

Indicación

1.- Necesidad de tratamiento adicional.
1.1.- Indicación no tratada.
1.2.- Continuación de tratamiento.
1.3.- Tratamiento combinado.
1.4.- Tratamiento profiláctico o premedicación.

2.-Medicamento innecesario.
2.1- No indicado.
2.2.- Alternativa más coste-efectiva.
2.3.- Duración inadecuada.
2.4.- Vía de administración alternativa.
2.5.- Adicción/ Ingesta accidental o intencionada.
2.6.- Alternativa no farmacológica.
2.7.- Duplicidad terapéutica.
2.8.- Tratamiento para reacción adversa prevenible.

Efectividad

3.- Medicamento inadecuado.
3.1.- No indicado para la situación.
3.2.- No efectivo para la indicación/ resistencia.
3.3.- Forma de dosificación inapropiada.
3.4.- Otro medicamento más efectivo.

4.- Infradosificación.
4.1.- Dosis/ Intervalo inadecuado.
4.2.- Duración inadecuada.
4.3.- Administración inadecuada.
4.4.- Interacciones (fármacos y/o alimentos).
4.5.- Conversión de vía o formulación incorrecta.

Seguridad

5.- Reacción adversa.
5.1.- Alergia.
5.2.- Administración inadecuada.
5.3.- Efecto adverso.
5.4.- Contraindicado por factores de riesgo.
5.5.- Interacciones (fármacos y/o alimentos).

6.-Sobredosificación.
6.1.- Dosis/ Intervalo inadecuado.
6.2.- Duración inadecuada.
6.3.- Administración inadecuada.
6.4.- Interacciones (fármacos y/o alimentos).
6.5.- Conversión de vía o formulación incorrecta.

Adherencia

7.- Incumplimiento.
7.1.-No adherencia a las recomendaciones.
7.2.- Dificultades de administración.
7.3.- Motivos económicos.
7.4.- Falta de comprensión.
7.5.- Otras

Nota del editor:
a. El documento titulado “Bases de la atención farmacéutica en Farmacia Hospitalaria”, firmado por MV Calvo Hernández, M Alós Almiñana, J Giráldez Deiro, MT Inaraja Bobo, A Navarro Ruiz, J Nicolás Picó, en representación del Grupo de Trabajo Atención Farmacéutica de la SEP, está publicado en la revista Farmacia Hospitalaria 2006;30(2):120-123, y se puede consultar en: www.sefh.es/01revista_farmacia_hospitalaria.php (entrar al volumen y número correspondiente, y allí buscar el título del documento

 

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(regresa a prescripción, farmacia y utilización)

 

 

España: Debate con respecto a la prescripción compartida
Editado de: José María López Agúndez, “La prescripción compartida es una necesidad para el paciente”, Correo Farmacéutico (España), 13 de noviembre de 2006; Miguel Ángel Delgado, Opinión: Prescripción de fármacos, Azprensa.com., 1 al 8 de septiembre de 2006.

Durante y después de la aprobación de la Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos se ha abierto un extenso debate sobre quién debe o puede prescribir medicamentos, y es de esperar que continúe puesto que la nueva Ley deja abierta la puerta a una cierta extensión de la prescripción por otros profesionales en la disposición adicional duodécima [a]. Presentamos aquí algunos puntos de vista que han aparecido en los periódicos de España.

El Dr. Miguel Ángel Delgado se preguntaba en una nota de opinión publicada por Azprensa: ¿por qué hay tanta polémica con este tema? ¿Por qué los enfermeros están tan empeñados en recetar? ¿Por qué los médicos, en general, nos enfrentamos a esa medida?

Y expresaba al respecto: “Siempre que se habla de este tema se pone a Reino Unido como ejemplo pero, ¿sabemos de verdad cómo se hace y por qué se implanto allí? La razón fundamental de la instauración de esta medida fue la escasez de médicos, a lo que se sumó la presión asistencial que motivó que distintos profesionales ejercieran lo que se llama “prescripción suplementaria”, en particular, enfermeros, farmacéuticos y dentistas. Y ¿qué es la prescripción suplementaria o “dependiente”? Pues es la que permite a algunos profesionales sanitarios, en particular a farmacéuticos, profesionales de la enfermería y dentistas, previa habilitación y formación, desarrollar la prescripción de fármacos dentro de un plan de prescripción diseñado por el médico” [b].

“En muchos casos, la prescripción se repite una y otra vez, situación en la que la labor del médico puede ser sustituida por otros profesionales. Esto tiene la ventaja de facilitar el acceso de los enfermeros a las recetas, mejorar el conocimiento de esos profesionales que sustituyen a los médicos y reducir la presión asistencial de algunos médicos. Para ello, debe haber una colaboración estable entre el prescriptor originario (médico) y el suplementario”, continúa la nota.

Y explica, que “en un primer momento, la propuesta británica restringía la capacidad de prescripción a pacientes que sufren asma, diabetes, enfermedades coronarias e hipertensión, pero ahora ya casi no hay exclusiones. En este país, esta metodología está siendo más aceptada por los médicos (reduce burocracia y la presión asistencial) que por los farmacéuticos (puede haber conflicto de intereses, ya que éstos podrían prescribir y dispensar a la vez,) o los enfermeros (más reacios, ya que, aunque les da más notoriedad, les obliga a formarse mejor y a trabajar más)”.

Además, sostienen que “los problemas teóricos apuntan a que es preciso formar a esos profesionales, lo que no es fácil ni barato; y que existe el peligro de que el paciente no vea lo suficiente a su médico, al ser sustituido por otro profesional en la prescripción”.

En España, en cambio, cree que la situación es “al revés. No hay tanta presión asistencial y a los farmacéuticos no se les ha oído reclamar la prescripción, mientras los enfermeros están deseosos de hacerlo, incluso ofendidos si no lo pueden hacer. Me gustaría saber la opinión real de los enfermeros de a pie. ¿Qué ventajas tiene para la enfermera de Atención Primaria poder firmar una receta? Que yo sepa, ninguna. Desde luego, para los de Especializada, no veo ninguna”.

Y concluye: “En España se hacen muchas cosas sin pensarlas objetivamente desde una perspectiva global, sino por la presión de diferentes colectivos. En esto, como en muchas otras cosas, el sentido común debería marcar la norma”.

Por otra parte, se dio a conocer un ensayo, titulado “La intervención de farmacéuticos y enfermeros en la prescripción: una aproximación ético-legal”, publicado en Derecho y Salud 2006;14(2):169-204. Sus autores, José López Guzmán (farmacéutico y director del Máster de Bioética de la Universidad de Navarra), y Angela Aparisi (profesora titular de Filosofía del Derecho del mismo centro), afirman que “la prescripción compartida entre profesionales no es una necesidad perentoria del farmacéutico pero sí del paciente”.

En el trabajo se analizan los diferentes sistemas de prescripción en los que intervienen profesionales diferentes del médico en varios países del mundo. La prescripción compartida (Australia, donde las enfermeras pueden prescribir y derivar pacientes, y Canadá, donde el farmacéutico interviene en el ámbito hospitalario), la utilización de protocolos (EE.UU., donde está prevista para ciertos medicamentos) o la prescripción suplementaria (Reino Unido, país en el que enfermeros y farmacéuticos necesitan un diagnóstico previo) son los principales modelos que analiza el trabajo.

“En el trabajo se aboga por los modelos de prescripción apoyados en un proceso de colaboración entre los miembros del equipo sanitario, en el que se aprovechen las competencias de cada uno de los profesionales y, a la vez, se ofrezca un claro beneficio al paciente”, apunta López Guzmán. En su opinión, “el farmacéutico en España no puede colaborar en la prescripción por la rigidez del sistema sanitario o por intereses de ciertos sectores, pero no por falta de preparación (en otros países se exigen ciertas condiciones complementarias de formación que, si se estima oportuno, también podrían ser exigidas en España)”.

López Guzmán y Aparisi explican que no puede achacarse al farmacéutico falta de preparación para intervenir en estos procesos porque, “ciertamente, para prescribir se requieren unas específicas competencias como, por ejemplo, el conocimiento de los efectos adversos de la medicación, la interacción con otra especialidad farmacéutica o con un alimento, la farmacocinética, etc., pero estos aspectos son propios y característicos de la formación académica del farmacéutico”.

Pero es que, además, en los países donde funciona la prescripción compartida o la suplementaria “se han establecido mecanismos para obtener la acreditación como prescriptor”. En el Reino Unido, “la acreditación la verifica el colegio local de farmacéuticos, una vez obtenida la certificación correspondiente a la formación recibida y al cumplimiento de los requisitos legales. Incluso, hay requisitos para el acceso a los cursos acreditativos”.

De todos los modelos de prescripción los autores extraen conclusiones positivas, con la salvedad de que los estudios que acreditan lo apropiado de esta prescripción son programas piloto, y lo que proponen es “ponderar cuál es el más apropiado para cada sistema sanitario”. La clave está, explica López Guzmán, en tomar conciencia de que es preciso cubrir “una necesidad social, porque uno de los grandes problemas asistenciales de nuestra sociedad es el elevado porcentaje de ingresos por un incorrecto uso de los medicamentos (hasta un 12% de ingresos agudos en urgencias hospitalarias están relacionados con la prescripción)”.

Si se le pregunta a los farmacéuticos en el terreno si considera que podrían prescribir algunos fármacos y qué aportaría esta función, las respuestas son variadas. Por ejemplo Vicent Baixauli (farmacéutico de Mallorca) considera que “Con una pauta del médico podríamos prescribir” (…) “Lo que es la prescripción del tratamiento, sí, porque tenemos formación sobre posología y farmacología; tendrían que contemplarlo en los nuevos planes de enseñanza porque ahora le dan menos importancia a estas asignaturas. Una vez hecho el diagnóstico o con una pauta del médico nosotros podríamos prescribir, sustituir algún fármaco o cambiar la posología porque conocemos al paciente y tenemos más tiempo que el médico para poder indicar un tratamiento específico para cada persona”. Por su parte, Carolina Carretera (farmacéutica de Madrid) opina que le “Parecería lo normal” (…) “Sí, porque muchas veces cuando el paciente tiene una dolencia débil como anginas nosotros sabemos diagnosticarlo y tratarlo. Lo normal sería que el médico diagnosticara y el farmacéutico prescribiera ya que somos los profesionales del medicamento. Aportaría mucha agilidad al sistema de salud y así no se colapsarían los servicios de Urgencias”. Elisa Sánchez (farmacéutica de Jaén) cree que “la función del médico es del médico. Los farmacéuticos podemos orientar pero no recetar porque no tenemos las nociones que tienen ellos sobre enfermedades”.

Nota del editor:
a. Ver “España: Aprobada la nueva Ley del Medicamento” en la Sección Investigaciones del Boletín Fármacos 2006;9(5).
b. En Reino Unido los farmacéuticos con acreditación pueden prescribir, y en todos los países los dentistas pueden prescribir independientemente.

 

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Reino Unido: El NICE involucra a los pacientes en la evaluación
Editado de: El Global Nº 316

El NICE (National Institute for Health and Clinical Excellence) de Inglaterra y Gales quiere la participación de los pacientes y ciudadanía en general a la hora de desarrollar las guías de práctica clínica y de llevar a cabo evaluaciones de coste-efectividad. Para un mejor funcionanmiento del sistema de consulta, el NICE ha propuesto la creación de comités, en cada uno de los cuales al menos dos miembros líderes organicen, dirijan y transmitan las decisiones consensuadas al NICE.

Los comités pueden estar constituidos por individuos independientes, representantes de asociaciones de pacientes o colectivos profesionales. Estos comités deberán, de forma regular, recoger datos sobre la visión de los pacientes a través de entrevistas directas y encuestas. Este tipo de implicación resulta crucial ya que en los procesos de evaluación sobre medicamentos y tecnologías sanitarias el NICE emplea suposiciones y juicios de valor que pretender reflejar los valores y prioridades sociales en el National Health Service (NHS).
Asimismo, el NICE está fomentando una mayor implicación de los pacientes en la elaboración de las guías de actuación. Cualquier informe del NICE (evaluación de medicamentos y tecnologías, guías clínicas, intervenciones en salud pública, programas de salud pública) se elabora en diferentes fases, lo que da la oportunidad a los pacientes de ofrecer sus comentarios en los diferentes borradores antes de que se tome cualquier decisión sobre el contenido final. El Patient and Public Involvement Programme (PPIP, www.nice.org.uk/page.aspx?o=PPIP) busca identificar grupos que puedan ofrecer visiones alternativas.

 

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modificado el 28 de noviembre de 2013