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EE UU y Canadá

Trazando el futuro de la biotecnología. Un plan de acción para la seguridad y la prosperidad de EE UU

(Charting the Future of Biotechnology. An action plan for American security and prosperity)
National Commission of Emergency Biotechnology, abril 2015
https://www.biotech.senate.gov/final-report/chapters/ (de libre acceso)
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Políticas 2025; 28 (3)

Tags: EE UU compite con China en el desarrollo de biotecnología, amenazas para EE UU si China acelera en desarrollo de la biotecnología, usos de la biotecnología, fortalecer el desarrollo de biotecnología en EE UU

Resumen Ejecutivo
Los estadounidenses ya están familiarizados con cómo el gobierno de China libra una guerra económica con tecnologías cruciales, como los semiconductores: acorralar la cadena de suministro y luego estrangularla para debilitar a EE UU. Pero esta no será la última vez que Pekín recurra a esta estrategia, y ni siquiera es su versión más peligrosa.

Imaginemos un futuro no muy lejano en el que unos investigadores de Shanghái desarrollan un fármaco revolucionario capaz de eliminar las células malignas, acabando así con el cáncer tal y como lo conocemos. Pero cuando las tensiones sobre Taiwán llegan a un punto crítico, el Partido Comunista Chino (PCCh) —el aparato estratégico del gobierno de China— acapara el tratamiento con el pretexto de garantizar la seguridad nacional, cortando el suministro a EE UU. Tras años de acceso, este medicamento vital repentinamente escasea, lo que obliga a los médicos a racionarlo, mientras las empresas biotecnológicas estadounidenses se apresuran a restablecer la producción en EE UU. Las calles y las redes sociales se llenan de gente que exige que EE UU abandone Taiwán. La Administración se enfrenta a una agonizante elección entre las prioridades geopolíticas y la salud pública.

Este escenario es ficción. Pero pronto podría suceder algo parecido, a medida que la biotecnología se coloca en el centro de la competencia estratégica que se está desarrollando entre EE UU y la República Popular China (China).

Este informe se basa en dos años de investigación y consultas con expertos públicos y privados, y llega a una conclusión inquietante, incluso aterradora: China está ascendiendo rápidamente hacia el dominio de la biotecnología, tras haberla convertido en una prioridad estratégica durante 20 años [1]. Para mantener su competitividad, EE UU debe tomar medidas rápidas en los próximos tres años. De lo contrario, corremos el riesgo de quedarnos atrás, un retroceso del que tal vez nunca nos recuperemos.

La biología es una disciplina científica que ha estado bien definida durante más de 200 años. Pero gracias a los avances en inteligencia artificial (IA), ingeniería y automatización, se está convirtiendo en algo más que un campo de descubrimiento; se está convirtiendo en un campo de diseño. La química dio este salto en la década de 1880, cuando la ingeniería química descubrió el hule, el plástico y las fibras sintéticas: materiales que transformaron la sociedad [2]. La física siguió sus pasos en la década de 1940, cuando la teoría académica condujo a la bomba atómica, los semiconductores y las computadoras. Ahora, por primera vez en la historia contemporánea, EE UU se encuentra compitiendo con un rival, por una nueva forma de ingeniería que generará una enorme riqueza, pero que, en manos equivocadas, podría utilizarse para desarrollar armas poderosas. Los países que ganan la carrera de la innovación suelen ganar también las guerras.

Estamos entrando en la era de la biotecnología, una época en que la biología es la base de la innovación. Desde la creación de semillas más productivas y terapias contra el cáncer más dirigidas, hasta la posibilidad de mejorar genéticamente a los soldados, el alcance de la biotecnología va mucho más allá del laboratorio. Todos los sectores estratégicos, incluyendo la defensa, la salud, la agricultura, la energía y la manufactura, pueden avanzar gracias a la biotecnología, pero también pueden verse afectados por ella. Estos no son solo asuntos relacionados con logros científicos; son cuestiones de seguridad nacional, poder económico e influencia global.

Quedarse aún más atrás significaría un cambio en el poder global a favor de China y generaría una serie de nuevos desafíos estratégicos para el gobierno de EE UU:

  • ¿Qué significaría para el orden mundial que China desarrollara medios biológicos para prolongar drásticamente la vida humana o mejorar las capacidades cognitivas?
  • ¿Quién controlará la propiedad intelectual (PI) biológica, desde la energía sostenible hasta la agricultura avanzada, que puede resultar tan vital en el siglo XXI como lo fueron los combustibles fósiles en el siglo XX?
  • ¿Cuáles serían las consecuencias para la seguridad mundial, si un adversario creara patógenos y los utilizara contra nosotros?

El reciente éxito de China en el desarrollo de capacidades biotecnológicas importantes, incluyendo las plataformas de descubrimiento de fármacos impulsadas por IA, y la biofabricación, indica que pronto podrían superarnos. Y si eso ocurre, es posible que EE UU nunca pueda alcanzarlos. En generaciones previas, quizá hubiéramos tenido décadas para mantener nuestra ventaja, pero ahora solo disponemos de unos años para actuar.

La IA nos está acelerando hacia este punto de inflexión. Los científicos, utilizando herramientas como AlphaFold de DeepMind de Google, han predicho cientos de millones de intrincadas estructuras proteicas en 3D, lo que proporciona una comprensión más profunda de la biología [3]. Lo que antes llevaba meses o incluso años, ahora se puede hacer en un fin de semana. Con la IA, junto con herramientas de edición genética como CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats o repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas), los científicos pronto podrán crear materiales desde cero, prevenir enfermedades a nivel del código genético y desarrollar cultivos y ganado más resistentes.

Aunque la ventaja que tenía EE UU se consideraba inexpugnable, China se ha convertido en una potencia en biotecnología basada en la IA. Por ejemplo, el director ejecutivo de la gran empresa tecnológica china, Baidu, también fundó BioMap, una empresa de ciencias de la vida e IA, con oficinas en Pekín, Suzhou, Hong Kong y Palo Alto [4]. BioMap anunció el primer modelo básico de IA para las ciencias de la vida con más de 100.000 millones de parámetros, al que califica como el mayor de su clase [5]. En 2024, BioMap firmó un acuerdo con Hong Kong Investment Corporation (Corporación de Inversiones de Hong Kong) —un fondo de propiedad estatal, para poner en marcha un programa acelerador de innovación en bioinformática en Hong Kong, con el fin de desarrollar el ecosistema biotecnológico en ese lugar [6]. Esta y otras empresas biotecnológicas utilizan la inteligencia artificial para diseñar productos biológicos. Empresas como estas colaboran con el principal fabricante biotecnológico de China, WuXi AppTec, para producir a gran escala a través de su red global de instalaciones. WuXi AppTec, que ha transferido propiedad intelectual estadounidense al gobierno de China, fabrica ingredientes esenciales para medicamentos que se utilizan ampliamente en el tratamiento de la leucemia, el linfoma, la obesidad y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) [7].

China lleva mucho tiempo siendo experta en adquirir propiedad intelectual del extranjero, tanto a través de canales legales (como fusiones y adquisiciones), como ilegales (como el robo). Ahora sabe cómo sacar partido a esa propiedad intelectual, a través de entidades con respaldo estatal. Una empresa multinacional inventa un medicamento clave, una empresa líder nacional como WuXi AppTec amplía la producción y, a continuación, el PCCh puede controlar la cadena de suministro global. China ha logrado esta hazaña mediante inversiones masivas en su sector biotecnológico nacional, incluyendo un aumento en el gasto en I+D biofarmacéutica de 400 veces durante la última década [8]. Las empresas líderes nacionales como WuXi AppTec se han beneficiado enormemente de ese apoyo gubernamental [9]. Ahora, con 38.000 empleados y casi US$6.000 millones en ingresos en 2023, WuXi AppTec se ha convertido en el equivalente de Huawei en biotecnología [10]. En 2024, un grupo comercial de la industria realizó una encuesta entre empresas biofarmacéuticas estadounidenses y descubrió que el 79% de ellas dependen de WuXi AppTec y otras empresas con sede en China para adquirir al menos algún componente de su fabricación [11]. A medida que avanza la medicina de precisión, es probable que esa dependencia no haga más que aumentar.

Esta situación es exactamente lo que desea el PCCh. La investigación de la Comisión indica que es probable que China siga el mismo patrón con la biotecnología que con otras tecnologías estratégicas. Primero, roban. Luego, amplían la producción. Una vez que han acaparado el mercado, acaban con la competencia.

A finales de 2024, China cortó el acceso de EE UU al galio y al germanio, poniendo en peligro la producción de semiconductores en el país [12]. Según el Servicio Geológico de EE UU (USGS o U.S. Geological Survey), una restricción total de estos minerales por parte de China podría reducir el PIB de EE UU en US$3.400 millones [13]. Pero el peligro de perder la competencia en biotecnología, en términos económicos, es mucho mayor.

¿Qué significaría para EE UU y el mundo que el PCCh obtuviera el control de tecnologías fundamentales en sectores clave, desde la agricultura hasta la medicina, la energía y la defensa?

La Comisión tiene todas las razones para creer que el PCCh utilizará la biotecnología como arma. China ya utiliza la vigilancia genómica para identificar, rastrear y controlar a los musulmanes uigures, como parte de un amplio sistema de genocidio facilitado por la tecnología [14]. En 2018, un científico chino aparentemente rebelde creó bebés modificados genéticamente y, aunque fue encarcelado brevemente, ya está de vuelta en el laboratorio [15]. Ahora, con su estrategia de fusión militar-civil (MCF o Military-Civil Fusion), el PCCh pretende utilizar tropas potenciadas por la biotecnología (lo que denomina “guerra inteligente”, es decir, la colaboración entre humanos y máquinas), para convertir al Ejército Popular de Liberación (EPL) en un “ejército de primera categoría” para 2049 [16]. La guerra con drones nos parecerá pintoresca en comparación con la idea de enfrentarnos a supersoldados del EPL genéticamente mejorados, con inteligencia humana y artificial fusionadas.

Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, EE UU aún no apreciaba plenamente cómo los aviones cambiarían rápidamente la naturaleza de la guerra. Pero una vez que comprendimos la importancia de la aviación para proyectar fuerza, hacer el reconocimiento, para el apoyo logístico y muchas otras cosas, dominamos los cielos. Del mismo modo, el impacto total de la revolución biotecnológica no estará claro hasta que llegue. Pero una cosa es segura: está por llegar. Habrá un momento ChatGPT para la biotecnología, y si China llega primero, por muy rápido que corramos, nunca la alcanzaremos.

Nuestra ventana de oportunidad se está cerrando. Necesitamos una estrategia de dos vías: hacer que EE UU innove más rápido y frenar a China.

En el ámbito doméstico, la biotecnología tiene un inmenso potencial para mejorar la vida cotidiana de los estadounidenses. Tras dos años estudiando la situación, estimamos que para 2030 la mayoría de la población mundial habrá consumido, utilizado, vestido o recibido tratamiento con algún producto de biotecnología emergente. Para 2035, la biofabricación se utilizará para fabricar internamente los productos químicos esenciales, lo que garantizará las cadenas de suministro y generará nuevos puestos de trabajo. Para la década de 2040, dispondremos de biosensores de alta precisión que podrán monitorizar la salud, la condición física y la nutrición de las personas, y se podrán establecer planes de tratamiento personalizados para mejorar la salud de forma radical. Para 2045, menos personas morirán por enfermedades cardíacas, gracias a la terapia celular y la impresión 3D de órganos para trasplantes. Para la década de 2050, podremos recolectar minerales extraños de la Luna y Marte, utilizando misiones robóticas para la biominería en el espacio.

Un futuro de una biotecnología liderada por EE UU puede hacer realidad todo esto. Entonces, ¿cómo podemos hacer realidad este futuro?

EE UU no debe intentar superar a China; esa es una estrategia inútil. En su lugar, debemos apoyarnos en nuestras fortalezas inherentes. Nuestro ecosistema de innovación abierta atrae a las personas con más talento de todo el mundo, y los mercados de capital de EE UU siguen siendo cuatro veces más grandes que los de China. Sabemos que la innovación no tiene por qué ir en detrimento de la seguridad, protección y la responsabilidad. Somos sede de muchas de las instituciones públicas y privadas de investigación más importantes del mundo, con más patentes de biotecnología, empresas, y ganadores del Premio Nobel, que cualquier otro país [17]. La biotecnología moderna es una innovación estadounidense.

No se trata de nuestra capacidad para correr rápido, sino de que tropezamos con nuestros propios cordones. Aunque EE UU innova mejor que cualquier otro país del mundo, también hacemos que sea innecesariamente difícil comercializar y aumentar el alcance de nuestras mejores ideas. Necesitamos una asociación “público-privada” para la biotecnología, impulsada por la industria en colaboración con el gobierno. Al combinar los incentivos a la oferta para impulsar la I+D y el crecimiento inicial y dar señales específicas del lado de la demanda que reduzcan los riesgos de inversión, el gobierno federal puede liberar el capital del sector privado para impulsar una industria biotecnológica de primer nivel.

Para frenar el progreso de China hay que poner fin a nuestra propia ceguera voluntaria ante sus ambiciones en materia de biotecnología. Debemos defender nuestra propiedad intelectual y nuestros datos en biotecnología, frente al espionaje empresarial patrocinado por el estado chino, aunque ello suponga rechazar una inversión atractiva. No debemos tratar a las empresas estatales chinas como competidores habituales en nuestro mercado, aunque ello suponga recurrir a alternativas más costosas. China no tiene derecho a acceder a la investigación estadounidense, y punto.

La elección es clara: no hacer nada y aceptar la derrota, o actuar con rapidez y dar a EE UU una oportunidad de luchar.

La principal recomendación de la Comisión es la siguiente: el gobierno de EE UU debería destinar un mínimo de US$15.000 millones, durante los próximos cinco años, para inyectar más capital privado a nuestro sector biotecnológico nacional. Cualquier cantidad inferior podría frenar la innovación y el desarrollo de productos en EE UU. El avance de la biotecnología estadounidense requiere una estrategia equilibrada que fomente la competencia, sin elegir ganadores, a la vez que nivele el terreno de juego, contrarrestando las acciones no comerciales de China. Si bien la ingenuidad prospera en el libre comercio, la presión de conseguir ganancias trimestrales puede hacer que las empresas sean renuentes a dar pasos tecnológicos audaces. El papel del gobierno no es establecer una burocracia lenta, sino liberar el capital privado y simplificar la regulación, empoderando a los ingenieros y emprendedores estadounidenses para que hagan lo que mejor saben hacer: ganar.

Principios para la acción

  • Promover la innovación biotecnológica en EE UU. A lo largo de nuestra historia, EE UU ha tenido un impacto desmesurado en el mundo gracias a nuestro ecosistema de innovación, desde los medicamentos, hasta el motor de combustión interna y el espacio. Si queremos que la humanidad se beneficie del progreso en biotecnología, queremos que nuestros valores democráticos marquen el camino.
  • Ser el socio biotecnológico preferido en todo el mundo. Aunque hemos sido líderes en el pasado, no lo hemos hecho solos. Tenemos que trabajar con nuestros socios y aliados para hacer realidad los beneficios de la biotecnología y evitar su uso indebido.
  • Usar herramientas de seguridad nacional para proteger nuestra innovación y base industrial en biotecnología. Esto significa evitar perder nuestro liderazgo tecnológico y prevenir dependencias riesgosas en las cadenas de suministro.
  • Colaborar con la comunidad internacional, incluyendo a China cuando sea prudente, para desarrollar las mejores prácticas y normas en materia de bioseguridad y bioprotección, con el fin de prevenir el uso indebido, ya sea deliberado o accidental. Los avances en biotecnología emergente plantean riesgos. Actualizar los protocolos y fortalecer las normas internacionales en materia de bioseguridad y bioprotección, junto con el desarrollo de la biotecnología, podría ayudar a prevenir o mitigar futuras amenazas biológicas, independientemente de su origen.

Resumen de las recomendaciones
Tras un exhaustivo estudio, que incluyó más de 1.800 consultas con partes interesadas, una revisión integral de material clasificado y no clasificado, visitas a centros de investigación en todo EE UU y reuniones con líderes gubernamentales y de tecnología extranjeros, la Comisión ha elaborado un conjunto de recomendaciones prioritarias que, en conjunto, garantizarán que superemos y frenemos a Pekín en la carrera biotecnológica.

Pilar 1: Dar prioridad a la biotecnología a nivel nacional. Hace veinte años, el PCCh decidió que la biotecnología era una prioridad estratégica. La estrategia del gobierno de EE UU ha sido fragmentaria y descoordinada, y seguimos careciendo del liderazgo de alto nivel que necesitamos en los departamentos y agencias para ejecutar una estrategia nacional en materia de biotecnología. EE UU debe remediar esta debilidad estratégica adoptando una postura más proactiva.

1.1a El Congreso debe establecer una Oficina Nacional de Coordinación Biotecnológica (NBCO) dentro de la Oficina Ejecutiva del presidente, con un director, nombrado por el presidente, que coordine las acciones interinstitucionales en materia de competencia y regulación biotecnológica.

Pilar 2: Movilizar al sector privado para lograr ampliar la manufactura de los productos estadounidenses. Mientras que China proporciona a sus empresas líderes capital barato, a través de subvenciones e inversiones gubernamentales, los sólidos mercados privados de EE UU siguen siendo nuestra principal ventaja. Debemos aprovechar nuestros mercados de capital para potenciar las prioridades nacionales en materia de biotecnología. La complejidad de las regulaciones, la infrautilización del capital, la limitada capacidad de expansión a escala nacional, y las protecciones insuficientes, impiden que nuestro sector biotecnológico alcance su pleno potencial. Al permitir que nuestras empresas compitan en igualdad de condiciones, EE UU puede construir un ecosistema biotecnológico resiliente.

2.1a El Congreso debe ordenar a las agencias reguladoras federales que creen vías sencillas para comercializar productos y eximan a los productos conocidos de regulaciones innecesarias.

2.2a El Congreso debe crear y financiar un Fondo de Inversión para la Independencia, dirigido por un gestor no gubernamental, que invierta en empresas tecnológicas emergentes que fortalezcan la seguridad nacional y económica de EE UU.

2.3a El Congreso debe autorizar y financiar al Departamento de Energía y al Departamento de Comercio para que desarrollen una red de instalaciones de manufactura en todo el país, para ampliar la manufactura comercial de productos bioindustriales.

2.4a El Congreso debe ordenar al Departamento de Seguridad Nacional que garantice que la infraestructura y los datos en materia de biotecnología estén incluidos en la categoría de “infraestructura crítica”.

2.5a El Congreso debe exigir a las empresas públicas que revelen los puntos únicos de vulnerabilidad en la cadena de suministro, ubicados en países extranjeros que sean motivo de preocupación.

2.5b El Congreso debe prohibir que las empresas que trabajan con las agencias de seguridad nacional de EE UU y el Departamento de Salud y Servicios Humanos utilicen determinados proveedores chinos de biotecnología que se consideren una amenaza para la seguridad nacional.

Pilar 3: Maximizar los beneficios de la biotecnología para la defensa. Aunque la biología representa un cambio de paradigma en la guerra, el Departamento de Defensa (DOD) no está desplegando capacidades basadas en la biotecnología, lo que deja a nuestras fuerzas armadas en una situación vulnerable. Debemos desarrollar estas tecnologías de acuerdo con los valores estadounidenses, antes de que el PCCh las promueva sin restricciones éticas.

3.1a El Congreso debe ordenar al Departamento de Defensa que consulte con las partes interesadas para definir los principios del uso ético de la biotecnología por las fuerzas armadas estadounidenses.

3.2a El Congreso debe ordenar al Departamento de Defensa que colabore con empresas privadas para construir instalaciones comerciales en todo el país, con el fin de fabricar productos biológicos que sean fundamentales para las necesidades del Departamento de Defensa.

3.3a El Congreso debe exigir normas de inversión en el extranjero para garantizar que el capital estadounidense no financie el desarrollo de determinadas biotecnologías chinas que podrían suponer un riesgo para la seguridad nacional.

Pilar 4: Superar en innovación a nuestros competidores estratégicos. Aprovechar nuestra capacidad innovadora requerirá establecer prioridades. Debemos tratar los datos biológicos como algo importante desde el punto de vista geopolítico, tal y como ya lo está haciendo China. Debemos garantizar que los investigadores dispongan de las herramientas necesarias para seguir llevando a cabo la mejor investigación en EE UU. Y debemos hacer hincapié en la seguridad, la protección y la responsabilidad, de modo que las normas y estándares de innovación se ajusten a los valores e intereses de los estadounidenses.

4.1a El Congreso debe autorizar al Departamento de Energía para que cree una Red de Datos Biológicos (WOBD o Web of Biological Data), un punto único de acceso para que los investigadores puedan obtener datos de gran calidad.

4.2a El Congreso debe supervisar las políticas existentes, y añadir otras nuevas cuando sea necesario, con el fin de garantizar que China no pueda obtener gran parte de datos biológicos (algunos de ellos sensibles) procedentes de EE UU.

4.3a El Congreso debe establecer Centros de Biotecnología dentro de la red de Laboratorios Nacionales existente, para apoyar los grandes retos de la investigación.

4.4a El Congreso debe ordenar al poder ejecutivo que promueva la seguridad, la protección y la responsabilidad en la investigación y la innovación biotecnológicas.

Pilar 5: Construir la mano de obra biotecnológica del futuro. La mayor fortaleza de EE UU siempre ha sido su gente, pero actualmente el país carece de mano de obra con conocimientos en biología. Los departamentos y agencias federales deben garantizar que sus empleados cuenten con las habilidades y la formación adecuadas para promover y proteger la biotecnología. También debemos fortalecer nuestra mano de obra nacional en el campo de la biotecnología, y mantener el flujo de talento, tanto nacional como extranjero.

5.1a El Congreso debe ordenar a la Oficina de Gestión de Personal que proporcione formación en biotecnología a los trabajadores de todas las agencias.

5.1b El Congreso debe garantizar que las agencias federales cuenten con los conocimientos necesarios en materia de seguridad nacional y cuestiones relacionadas con la biotecnología emergente.

5.2a El Congreso debe maximizar el impacto de los programas nacionales de formación de trabajadores en el sector de la biofabricación.

Pilar 6: Movilizar las fortalezas colectivas de nuestros aliados y socios. Nuestros aliados y socios ya están tratando de implementar sus propias políticas para promover y salvaguardar la biotecnología. EE UU debe coordinarse con países afines en materia de investigación, talento y comercialización, para aprovechar el poder de la biotecnología y resolver los problemas que tenemos en común.

6.1a El Congreso debe incluir a la biotecnología en el ámbito del Fondo Internacional para la Seguridad e Innovación Tecnológica del Departamento de Estado, para financiar adecuadamente la política internacional de biotecnología, la investigación y el desarrollo (I+D), y garantizar la seguridad de las cadenas de suministro.

Si EE UU aprovecha esta oportunidad, el futuro de la biotecnología tiene un potencial inmenso.

Defender
El ejército de EE UU produce lo que necesita, cuando lo necesita y donde lo necesita.

La base industrial de defensa de EE UU se está deteriorando, dejando al país y a nuestros aliados en posición vulnerable en el campo de batalla. Hoy en día, toma más de un mes producir la misma cantidad de proyectiles de artillería que Ucrania utiliza en tan solo tres días. Si estallara una guerra con China, el ejército estadounidense se quedaría sin sus municiones preferidas en cuestión de días. La biotecnología nos proporciona las herramientas para fortalecer la producción de sustancias químicas que se utilizan en municiones, aumentando la velocidad y la eficiencia de nuestro reabastecimiento.

Los operadores de vanguardia utilizarán la misma tecnología en el futuro. Gracias a la biotecnología, los pelotones podrán sintetizar alimentos, municiones y tratamientos directamente en el frente, utilizando tecnologías que puedan caber en una mochila, en lugar de depender de materiales producidos a miles de kilómetros de distancia, en su país de origen. La biotecnología salvará vidas en el campo de batalla y evitará la necesidad de recurrir a costosas o peligrosas misiones de reabastecimiento.

Construir
Los fabricantes estadounidenses impulsan nuestra economía con recursos producidos aquí, en nuestro país.

EE UU depende de forma preocupante de otros países, incluyendo nuestros adversarios, para el suministro de minerales críticos que se usan en productos de consumo esenciales, como computadoras portátiles y teléfonos celulares, así como en sistemas de defensa y armamento. EE UU y muchos de nuestros socios tienen cantidades considerables de metales de tierras raras, pero en muchos casos, están mezclados con grandes cantidades de residuos tóxicos y, por lo tanto, se consideran inutilizables.

La biotecnología permitirá que los mineros y fabricantes estadounidenses exploten estos yacimientos. La biotecnología, mediante el uso de proteínas diseñadas a medida, que actúan como robots microscópicos, nos permite separar los elementos de tierras raras de alta pureza, y otros minerales críticos, de los residuos tóxicos, con una selectividad y una rentabilidad sin precedentes. Las soluciones biotecnológicas como estas reducirán los costos, aumentarán la producción nacional de minerales críticos y reducirán nuestra dependencia de países como China.

Nutrir
Los agricultores cultivan más alimentos utilizando menos tierra, agua, fertilizantes y pesticidas.

Las sequías, los incendios forestales, las inundaciones, las plagas y las enfermedades cuestan a los agricultores miles de millones cada año. Tan solo las plagas invasoras le han costado a la economía de EE UU más de US$1,2 billones en los últimos 60 años.

Gracias a la biotecnología, los agricultores ya están cultivando productos que requieren menos agua y son más resistentes a las plagas. Ya estamos en camino de desarrollar microbios productores de nitrógeno que reduzcan o eliminen la necesidad de utilizar fertilizantes costosos. Estas adaptaciones suponen un cambio radical: los agricultores estadounidenses que invierten en cultivos resistentes a las sequías y a las plagas obtienen aproximadamente tres veces más ingresos que los que invierten en cultivos convencionales.

Las biotecnologías del futuro generarán más ingresos para los agricultores estadounidenses, lo que fortalecerá y hará más sostenible nuestro sector agrícola, aumentando al mismo tiempo el suministro de alimentos asequibles y nutritivos para las familias de todo el país.

Curar
Los médicos tratan y vencen las enfermedades.

No sabemos tratar el problema que subyace a muchas enfermedades, solo sabemos cómo tratar sus síntomas. Por ejemplo, el tratamiento estándar para los pacientes con anemia de células falciforme (SCA o sickle cell anemia) consiste en recibir transfusiones de sangre con regularidad para controlar, pero no eliminar, la enfermedad. La anemia de células falciformes afecta a 100.000 estadounidenses, causando muerte prematura o discapacidades que ponen en peligro su vida.

Las terapias génicas para la anemia de células falciforme pueden sustituir las células sanguíneas enfermas por otras sanas, lo que supone una cura definitiva. Las primeras terapias génicas para la anemia de células falciforme se aprobaron en 2023 y, en los próximos años, se podrían desarrollar curas similares para una amplia gama de enfermedades, como la distrofia muscular, la fibrosis quística, la diabetes y el cáncer.

Pero si EE UU no actúa, el futuro de la biotecnología podría ser catastrófico.

Atacar
Los adversarios explotan los atributos humanos para superar y abrumar a los combatientes estadounidenses.

Las fuerzas militares están intrínsecamente limitadas por las capacidades del ser humano en cuanto a lo físico, la estrategia, el armamento y la logística. La biotecnología podría eliminar estas limitaciones.

Nuestros adversarios podrían crear “supersoldados” con capacidades físicas mejoradas genéticamente, como mayor inteligencia y resistencia, y la capacidad de tomar decisiones con mayor rapidez y precisión. En combinación con nuevas tecnologías, como interfaces cerebro-computador implantadas, que acceden directamente a la química cerebral de los soldados, estos supersoldados podrían atacar a nuestras fuerzas armadas, antes incluso de que nuestros líderes puedan actuar.

Destruir
Los enemigos atacan silenciosamente la infraestructura estadounidense, interrumpiendo el transporte y el comercio.

Es fácil imaginar un futuro en el que nuestros enemigos desplieguen sigilosamente microbios diseñados para degradar la madera y el concreto, con el fin de debilitar nuestras carreteras, edificios y puentes. Imaginemos el colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore, que le costó a la economía unos US$15 millones por cada día que estuvo cerrado y hasta US$4.000 millones en pérdidas totales, pero que se produjo en silencio, de modo que nuestros líderes no pudieron detectar ni prevenir tal catástrofe.

Las tecnologías convergentes —como la biotecnología potenciada por la inteligencia artificial— podrían dotar a los adversarios con las herramientas necesarias para crear un caos silencioso e imparable, obligándonos a luchar contra un enemigo invisible.

Morir de hambre
Las estanterías de los supermercados están vacías, las familias pasan hambre y los agricultores sufren cuando los adversarios atacan nuestro sector agrícola.

Las enfermedades del ganado cuestan a los agricultores de todo el mundo US$358.400 millones al año en pérdidas de producción, lo que encarece los alimentos para los estadounidenses. Si se modifica un patógeno vegetal para que ataque específicamente los cultivos de EE UU, esas enfermedades existentes se convertirán en epidemias que diezmarán el ganado, perjudicarán el sustento de los agricultores, elevarán los precios en los supermercados y harán que los estadounidenses pasen hambre.

Dañar
Los estadounidenses enferman y mueren porque no tienen acceso a los medicamentos que necesitan.

EE UU depende de forma excesiva y alarmante de fuentes extranjeras para obtener sus medicamentos y tratamientos. Importamos hasta el 90% de los medicamentos más utilizados, como el ibuprofeno, la hidrocortisona y el paracetamol (o acetaminofén) de China.

En un conflicto global de gran magnitud, nuestros adversarios podrían utilizar esta dependencia como arma, cortándonos el acceso a medicamentos básicos o a tratamientos vitales, como las quimioterapias, ya sea como un castigo o como medida preventiva. EE UU se enfrentaría a la situación imposible de defender nuestra soberanía y seguridad, mientras intenta conseguir tratamientos para millones de estadounidenses.

Referencias

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  2. Ralph F. Wolf, “Eighty-Eight Years of Synthetic Rubber,” The Scientific Monthly 66, no. 3 (1948): 221–31.
  3. Ewen Callaway, “‘The Entire Protein Universe’: AI Predicts Shape of Nearly Every Known Protein,” Nature 608, no. 7921 (July 28, 2022): 15–16, https://doi.org/10.1038/d41586-022-02083-2.; “AlphaFold,” Google DeepMind, February 4, 2025, https://deepmind.google/technologies/alphafold/.
  4. “AI基础大模型解码生命科学 [AI-Based Big Model Decodes Life Sciences]: Decoding Life with AI Foundation Models,” BioMAP, accessed March 19, 2025, https://www-biomap-com.translate.goog/comany?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=en&_x_tr_hl=en-US&_x_tr_pto=wapp.
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  6. Themis Qi, “BioMap to Incubate 50 Projects over Five Years,” The Standard, June 25, 2024, https://www.thestandard.com.hk/section-news/section/47117681/263853/BioMap-to-incubate-50-projects-over-five-years.
  7. Michael Martina, Michael Erman, and Karen Freifeld, “Exclusive: China’s WuXi AppTec Shared US Client’s Data with Beijing, US Intelligence Officials Told Senators,” Reuters, March 28, 2024, sec. Healthcare & Pharmaceuticals, https://www.reuters.com/technology/chinas-wuxi-apptec-shared-us-clients-data-with-beijing-us-intelligence-officials-2024-03-28/.; “WuXi STA Forms Strategic Partnership with Insilico Medicine | WuXi STA,” September 1, 2022, https://sta.wuxiapptec.com/wuxi-sta-forms-strategic-partnership-with-insilico-medicine/.; Christina Jewett, “Chinese Company Under Congressional Scrutiny Makes Key U.S. Drugs,” The New York Times, April 15, 2024, sec. Health, https://www.nytimes.com/2024/04/15/health/wuxi-us-drugs-congress.html.
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  13. Jennifer L, “US-China Trade War: Can the US Beat China’s Critical Minerals Grip?,” Carbon Credits, December 16, 2024, https://carboncredits.com/us-china-trade-war-can-the-us-beat-chinas-critical-minerals-grip/.
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  15. Dennis Normile, “CRISPR Bombshell: Chinese Researcher Claims to Have Created Gene-Edited Twins,” Science, November 26, 2018, sec. ScienceInsider | Biology, https://www.science.org/content/article/crispr-bombshell-chinese-researcher-claims-have-created-gene-edited-twins.; John Ruwitch, “His Baby Gene Editing Shocked Ethicists. Now He’s in the Lab Again,” NPR, June 8, 2023, sec. World, https://www.npr.org/2023/06/08/1178695152/china-scientist-he-jiankui-crispr-baby-gene-editing.
  16. International Security Advisory Board, “Report on Biotechnology in the People’s Republic of China’s Military-Civil Fusion Strategy” (U.S. Department of State, November 12, 2024), https://www.state.gov/wp-content/uploads/2024/12/ISAB-Report-on-Biotechnology-in-the-PRC-MCF-Strategy_Final_Accessible.pdf.
  17. Joint Research Centre, “The Global Landscape of Biotech Innovation: State of Play,” European Commission, March 20, 2024, https://joint-research-centre.ec.europa.eu/jrc-news-and-updates/global-landscape-biotech-innovation-state-play-2024-03-20_en.; Marcia McNutt, “Winning a Noble Race,” Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 120, no. 52 (December 21, 2023): e2321322120, https://doi.org/10.1073/pnas.2321322120.
creado el 27 de Septiembre de 2025