En 2024, un estudio farmacoepidemiológico examinó la asociación entre las úlceras pépticas y la exposición simultánea a un inhibidor de la colinesterasa autorizado para tratar la enfermedad de Alzheimer y un antiinflamatorio no esteroide (AINE) [1]. Ambos medicamentos conllevan un riesgo de úlceras pépticas [2].
Este estudio se realizó usando bases de datos de servicios médicos suecos que cubrían el período de 2007 a 2020 [1]. Incluyó a 70.060 pacientes de 65 años o mayores en 2007, que habían recibido por primera vez una prescripción para un inhibidor de la colinesterasa o un AINE. De estos pacientes, 1500 fueron diagnosticados con una úlcera péptica por primera vez, con una mediana de edad de 80 años. Los inhibidores de la colinesterasa estudiados fueron donepezilo, rivastigmina y galantamina; de estos tres, el donepezilo fue el que se prescribió con más frecuencia. Los AINE más prescritos fueron diclofenaco, naproxeno e ibuprofeno [1].
Los pacientes actuaron como su propio control. Entre 2007 y 2020, por cada paciente se compararon los períodos de exposición simultánea a ambos tipos de medicamento y los períodos de exposición, con un período de referencia en el que los pacientes no se expusieron a ninguno de estos medicamentos. En comparación con el período sin exposición, el riesgo de úlceras pépticas fue nueve veces mayor al exponerse a la combinación de un inhibidor de la colinesterasa y a un AINE (diferencia estadísticamente significativa). El riesgo fue cinco veces mayor con el tratamiento con un AINE solo que sin un tratamiento, pero no hubo un aumento estadísticamente significativo del riesgo con un inhibidor de la colinesterasa solo en comparación con ningún tratamiento (tal vez en parte por la dificultad de los pacientes para comunicar sus síntomas y la negativa a someterse a una endoscopia) [1].
En la práctica, los AINE y los inhibidores de la colinesterasa conllevan un riesgo de úlceras pépticas. La exposición simultánea a ambos tipos de medicamento crea un riesgo que es mayor a simplemente la suma de los riesgos de cada medicamento por separado. Esta es otra razón para evitar el uso de inhibidores de la colinesterasa para tratar la enfermedad de Alzheimer, dado que sus efectos adversos son desproporcionados en relación con su eficacia, que es mínima y transitoria [3].
Referencias