Las empresas que cotizan en bolsa, como las empresas farmacéuticas y las aseguradoras, distribuyen capital a los accionistas a través del pago de dividendos y recompras de acciones (las empresas compran sus propias acciones para aumentar el valor de las restantes). Un artículo publicado en JAMA [1], que resumimos a continuación, afirma que estos pagos contribuyen al aumento del gasto en salud, tanto por parte de los pacientes como de los empresarios y los gobiernos estatales y federal.
En 2020, el gasto en salud financiado con impuestos representó aproximadamente el 70 % del gasto nacional en salud, y el aumento de las primas y los gastos de bolsillo suponen una carga cada vez mayor para los hogares.
Los autores del estudio documentaron que entre 2001 y 2022, el número de empresas del sector salud que cotizaban en el S&P 500 aumentó de 30 a aproximadamente 60 en un año determinado. En total, 92 empresas distintas ejecutaron pagos totales a los accionistas por un valor de US$2,60 billones, lo que representa un aumento del 315%, de US$54.000 millones en 2001 a US$170.200 millones en 2022. Diecinueve de las 92 empresas (20,7 %) hicieron el 80,4 % de los pagos. La subindustria farmacéutica fue responsable de los mayores pagos (US$1,2 billones [45,7 % del total]), seguida de la biotecnológica (US$394.400 millones [15,2 %]), la atención médica administrada (US$376.700 millones [14,5 %]) y los equipos y suministros para la atención médica (US$341.900 millones [13,2 %]).
El aumento de las distribuciones de capital a los accionistas por parte de las empresas que cotizan en bolsa podría estar asociado con precios más altos, que no se reinvierten en mejorar el acceso, la prestación de servicios o la investigación y el desarrollo. Esta dinámica cuestiona la eficacia, la eficiencia y la equidad del gasto en atención médica en EE UU.
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