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Precios

Irlanda. Un gasto más inteligentes salvará vidas, y no el aumento de gasto en medicamentos
Kieran Harkin y Diarmaid McDonald
Irish Examiner, 20 de marzo de 2017
http://www.irishexaminer.com/viewpoints/analysis/wiser-not-more-spending-on-our-drug-bill-will-save-lives-445640.html
Traducido por Salud y Fármacos

Las historias son tristemente familiares: un niño, una madre, un abuelo desesperado por acceder a un medicamento que les traerá esperanza, pero que se les niega porque el precio que cobra la corporación farmacéutica es demasiado alto.

En Irlanda, lo hemos vivido más recientemente con Orkambi, un tratamiento para la fibrosis quística que anualmente cuesta €160.000 por paciente y con Respreeza, un tratamiento para ciertos tipos de enfisema que cuesta más de €100.000.

Nadie quiere negar un medicamento que podría salvar la vida de un niño – o de cualquier persona – pero en los últimos cinco años la presión que unos cuantos medicamentos han ejercido sobre el presupuesto de salud ha aumentado constantemente.

Gastar más en medicamentos significa menos dinero para pagar enfermeras, administrar servicios de diagnóstico, ofrecer programas de prevención o contratar ayuda domiciliaria. La tensión es real y algo tiene que cambiar.

Este problema no es exclusivo de Irlanda. En el Reino Unido, el debate está enardecido tras la divulgación de un borrador de proyecto por el que el NHS de Inglaterra dejaría de cubrir el medicamento para el cáncer de mama Kadcyla (trastuzumab emtansine), ya que se considera demasiado caro para ser rentable.

En todo el mundo, la historia es la misma – los precios de los medicamentos son inusualmente altos y paralizan los servicios de salud, hacen sufrir a los pacientes, y algunos incluso mueren por falta de acceso.

Entonces, ¿qué está pasando? En primer lugar, es importante señalar que no son los costos de fabricación los que ocasionan los altos precios.

El medicamento para la hepatitis, sofosbuvir, que se vende en EE UU por US$1.000 (€ 930) por píldora, se está fabricando y se vende en India por menos de US$5 por pastilla, precio que incluye un beneficio. Más bien, los precios son altos debido a los monopolios que generan las patentes, que impiden la competencia y permiten que el titular de la patente cobre cualquier precio para maximizar sus beneficios.

En 2016, Irlanda tenía un presupuesto anual de €35 millones para tratar a sus 40.000 pacientes que viven con hepatitis C. Con un costo de €55.000 por tratamiento curativo de 12 semanas, sólo 636 personas pueden recibir tratamiento anualmente, dejando a la mayoría de los pacientes con Hep C en una larga lista de espera, una espera que pone en riesgo su salud.

Sin embargo, si se pagara a precios genéricos los 40.000 pacientes podrían recibir tratamiento con sólo un año de presupuesto y además se ahorrarían más de €20 millones.

La industria farmacéutica argumenta que estos precios elevados son necesarios para estimular la innovación y el desarrollo de nuevos medicamentos. Pero este sistema impulsado por los beneficios significa que o bien hay innovación que muchos no pueden pagar, o no hay innovación.

Es imposible convencer a las familias de los 1,8 millones de personas que murieron a causa de la tuberculosis (TB) el año pasado de que el sistema funciona. La tuberculosis afecta principalmente a los pobres, lo que significa que hay pocas perspectivas de que las empresas obtengan grandes beneficios de los nuevos tratamientos contra la tuberculosis. Como resultado, las grandes farmacéuticas han ignorado esta enfermedad y en los últimos 50 años sólo se han desarrollado dos nuevos medicamentos contra la tuberculosis.

Hay mejores maneras de pagar el desarrollo de los medicamentos nuevos que a través de sus altos precios. A nivel mundial, ya gastamos US$1 billón al año en productos farmacéuticos, pero, a lo sumo, US$127.000 millones se destinan a investigación y desarrollo. No necesitamos encontrar más dinero, solo tenemos que gastarlo más sabiamente.

Pagando por adelantado la investigación médica – como lo hacemos hoy a través de subvenciones a las universidades e institutos, y otorgando premios a los grupos que resuelven problemas específicos de salud – podemos fomentar la innovación que necesitamos.

Y como se paga por adelantado, no hay necesidad de monopolios; podemos permitir que la competencia de genéricos de calidad garantizada haga que los precios se asemejen cada vez más al costo de producción.

Los €20 millones que Irlanda ahorraría al cambiar a tratamiento genérico contra la hepatitis C podrían asignarse a la investigación de nuevos tratamientos para las enfermedades que actualmente no se pueden tratar.

Estas ideas y muchas más han sido propuestas por organismos internacionales como la OMS, el panel de alto nivel del Secretario General de la ONU sobre acceso a los medicamentos y la Comisión de Lancet sobre Políticas de Medicamentos Esenciales.

Los irlandeses juegan un papel importante en el campo de los medicamentos. El país alberga la sede de nueve de las 10 principales corporaciones farmacéuticas. El Gobierno está bien posicionado para tener un impacto.

A menos que actuemos, seguiremos siendo rehenes de las compañías farmacéuticas que nos obligan a elegir entre pagar sus altos precios o ver morir a nuestros seres queridos demasiado pronto.

El Dr. Kieran Harkin es médico general en Safetynet para personas sin hogar, Merchants Quay Project (Dublín) y miembro fundador de Access to Medicines Ireland. También es profesor a tiempo parcial en el Departamento de Práctica General, Trinity College Dublin y RCSI.

La actividad profesional de Diarmaid McDonald se ha centrado en la respuesta mundial al sida y en el acceso equitativo a los medicamentos. Acaba de establecer una nueva campaña dirigida por pacientes, Just Treatment, que se centra en el acceso a los medicamentos en el Reino Unido.

creado el 4 de Diciembre de 2020