Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Noticias de la OMS

LA OMS PRESENTA LA NUEVA EDICIÓN DE LA FARMACOPEA INTERNACIONAL
20 de marzo de 2003

LA OMS REDUCE EL NÚMERO DE FÁRMACOS ESENCIALES EN LA ACTUALIZACIÓN DE SU LISTA
El Global (España), 7 de abril de 2003

CONTROL GLOBAL DE LA TUBERCULOSIS
OMS WHO/CDS/TB/2003.316, 2003


LA OMS PRESENTA LA NUEVA EDICIÓN DE LA FARMACOPEA INTERNACIONAL
20 de marzo de 2003

La OMS presenta hoy una nueva edición de la Farmacopea Internacional con miras a mejorar la calidad y eficacia de los medicamentos, facilitar el control de los fármacos de calidad insuficiente o falsificados y hacer frente a los problemas de resistencia medicamentosa. Esta farmacopea ofrece especificaciones sobre el contenido, la pureza y la calidad de los ingredientes activos y los productos farmacéuticos, de conformidad con lo establecido en las normas aprobadas internacionalmente. Aunque se trata de un instrumento práctico para todos los ámbitos, está destinado especialmente a los países cuyos organismos nacionales de reglamentación (órganos encargados de garantizar la calidad y seguridad de los medicamentos) no disponen del personal o de los recursos suficientes para funcionar de manera eficaz.

La Farmacopea Internacional será particularmente útil para detectar los medicamentos de calidad insuficiente o falsificados, que son motivo de creciente preocupación en todo el mundo, si bien afectan especialmente a los países en desarrollo.

Por ejemplo, un estudio reciente encontró que el 40% de los antipalúdicos basados en la artemisina eran falsificados y no contenían ingredientes activos. Aunque los países no siempre facilitan datos acerca de las insuficiencias de la calidad de sus medicamentos, los datos disponibles muestran que, en promedio, entre el 10% y el 20% de los medicamentos de los mercados de los países en desarrollo son de calidad inferior a la norma.

Los medicamentos de mala calidad pueden causar la muerte, afectar gravemente a la salud o, en el mejor de los casos, carecer de todo efecto terapéutico. Por ejemplo, los medicamentos antipalúdicos de mala calidad contribuyen también al aumento espectacular de la resistencia a los antipalúdicos, lo cual tiene repercusiones sanitarias y económicas graves.

La Directora General de la OMS, Dra. Gro Harlem Brundtland, afirma que “Las consecuencias que acarrean los medicamentos de calidad insuficiente o falsificados son extremadamente graves y van en detrimento de todos los esfuerzos desplegados para controlar las enfermedades y salvar vidas. Se trata de un aspecto crítico de la lucha por el acceso a los medicamentos, que constituye un elemento fundamental de la labor de la OMS en este ámbito”.

Habida cuenta de que el principal interés es incrementar el acceso a un tratamiento eficaz, en la Farmacopea Internacional se da prioridad a los medicamentos que combaten las enfermedades que afectan de manera desproporcionada a las poblaciones de los países en desarrollo, como son el VIH/SIDA, la tuberculosis, el paludismo y las enfermedades desatendidas por los mercados farmacéuticos tradicionales.

En el quinto volumen de la Farmacopea Internacional figuran todos los antipalúdicos basados en la artemisina que se conocen hasta la fecha. Actualmente se considera que éstos son los medicamentos más eficaces para el tratamiento del paludismo farmacorresistente, que afecta a alrededor del 40% de los 500 millones de personas que contraen cada año esta enfermedad.

Las monografías que constan en esta farmacopea pueden utilizarse en cualquier país o entorno. Con este propósito, se han concebido para que sirvan tanto para los métodos de prueba de alta tecnología como, en la ausencia de éstos, para métodos alternativos menos exigentes en términos técnicos.

Además de las monografías, la OMS publica pruebas básicas de confirmación de la identidad de los ingredientes activos, que son especialmente útiles cuando no se dispone de laboratorios bien equipados ni de personal especializado y se necesita un control rápido.

La publicación de la Farmacopea Internacional forma parte de un programa integral de la OMS encaminado a prestar ayuda a los organismos de reglamentación, los servicios de salud y los fabricantes con el fin de garantizar la calidad de los medicamentos y eliminar los productos de calidad insuficiente. Entre los demás elementos del programa figuran el respaldo activo a los organismos reglamentarios para combatir los medicamentos falsificados; la capacitación en materia de prácticas adecuadas de fabricación; y la evaluación de la calidad de los fabricantes de los medicamentos, inclusive contra el VIH/SIDA, el paludismo y la tuberculosis.

La Farmacopea Internacional está disponible en la página web siguiente: http://www.who.int/medicines/library/pharmacopoeia/pharmacopoeia_content.shtml

Para más información, póngase en contacto con: Ms Daniela Bagozzi, OMS Teléfono: +41 22 791 4544 Teléfono móvil: +41 79 4755490 Email: bagozzid@who.int

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LA OMS REDUCE EL NÚMERO DE FÁRMACOS ESENCIALES EN LA ACTUALIZACIÓN DE SU LISTA
El Global (España), 7 de abril de 2003

Es la primera vez que se reúne el Comité de Expertos y que el número de fármacos presentes en la lista disminuye", destacó Joan Ramón Laporte, presidente del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el Uso de Medicamentos Esenciales, el cual se ha reunido para revisar el listado de este tipo de productos. De hecho, se ha pasado de 325 medicamentos que se incluían hasta la fecha a 310, lo que configura una nueva lista modelo que actúa como recomendación.

La causa de esta reducción "es que la revisión se ha realizado con un mayor rigor científico, lo que ha conducido a la retirada de bastantes medicamentos del listado". De hecho, en el Comité se han incluido representantes de instituciones como la Cochrane Collaboration, una red mundial que analiza los estudios clínicos que se hacen sobre medicamentos en todo el mundo, y otras como el British National Formulary, que tiene experiencia en la distribución de información sobre medicamentos en el Reino Unido.

Esta revisión, en la que participan también miembros de la industria farmacéutica, ONGs y otros colectivos políticos y científicos, se realiza por grupos terapéuticos reevaluando los medicamentos que están en la lista y considerando nuevas peticiones de inclusión que, a diferencia de años anteriores, ahora son públicas, "lo que asegura una mayor participación de las instituciones".

Metodología

Esta reducción en el listado se debe en buena parte al cambio que se ha producido en la metodología de evaluación. De los 325 medicamentos que había en la lista, 119 estaban acompañados por un cuadrado en el se especifica "este es un ejemplo, se puede escoger cualquiera del grupo". De acuerdo con Laporte, que también ocupa el cargo de jefe de servicio de Farmacología Clínica del Hospital Vall D’Hebrón de Barcelona, esto daba entrada al concepto de medicamentos esenciales a muchos productos "que en realidad no tienen muy buena documentación clínica ni se consideran de primera elección". Según este experto, en cada grupo de fármacos se puede identificar uno claramente superior a los demás, "de modo que se han quitado muchas referencias de este tipo para precisar cuál es el medicamento que se elige en cada caso".

La baja de medicamentos, por otro lado, se ha realizado mediante el procedimiento denominado de retirada rápida (Fast Track Delation). En una primera instancia, los medicamentos en principio considerados por el Comité como susceptibles de ser sometidos a este procedimiento se hicieron disponibles en la web de la OMS desde junio de 2002 para su discusión en Internet, de modo que los grupos interesados pudiesen incluir su opinión. Una vez recogidas estas opiniones, tras la reunión del Comité se han retirado 16 medicamentos de la lista.

Sin embargo, también se han hecho nuevas incorporaciones al listado. Este es el caso de amodiaquina DCI, un antipalúdico, con la recomendación que se utilice de manera combinada con otros medicamentos para tratar el paludismo, debido a que esta combinación resulta más eficaz para prevenir las cepas resistentes de plasmodium falciparum.

Otro de ellos es la azitromicina DCI, un antibiótico para el tratamiento de la uretritis por clamidias, una enfermedad de transmisión sexual que, junto con la gonorrea y el sida, es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes. De acuerdo con Laporte, esta decisión se ha tomado "por motivos de eficacia y porque se puede tratar la enfermedad con una dosis única".

Por otra parte, el que también es catedrático de Farmacología en la Universidad Autónoma de Barcelona destacó que hubo otras peticiones de inclusión en el listado de medicamentos considerados por la OMS como esenciales que fueron desechados, entre ellos se encuentran misoprostol DCI, miconazol DCI, y el antivírico valaciclovir DCI.

Los criterios a la hora de desechar o incluir un medicamento dentro de la lista son la eficacia, posibles efectos adversos, comodidad en su administración y precio. Según Laporte, "en la medida de lo posible se intenta evitar los protegidos por patentes aunque se incluyen algunos en cuanto que hay países no pertenecientes a la Organización Mundial de Comercio (OMC) que los fabrican, al igual que sucedió con los genéricos de antirretrovirales".

Enviado por Martín Cañás

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CONTROL GLOBAL DE LA TUBERCULOSIS
OMS WHO/CDS/TB/2003.316, 2003
http://www.who.int/gtb/publications/globrep/download.html 
Descargar Informe 2003 (en inglés)

Resumen

Antecedentes y objetivos: Este es el séptimo informe anual de la OMS sobre la lucha mundial contra la tuberculosis. En él se aportan datos de todos los programas nacionales de control que han informado a la OMS sobre los casos notificados y los resultados terapéuticos, así como un análisis de los planes, la financiación y los obstáculos a la expansión de la estrategia DOTS en 22 países con una alta carga de esa enfermedad. Actualmente se dispone de datos sobre ocho años consecutivos, que permiten evaluar los avances hacia las metas mundiales de 2005 de detección de casos (70%) y tratamiento satisfactorio (85%).

Métodos: En 2002 se envió a 210 países, por conducto de las oficinas regionales de la OMS, un formulario estándar para que consignaran los datos de vigilancia. En él se pedía información sobre la política y la práctica de la lucha contra la tuberculosis, el número y tipo de casos de tuberculosis notificados en 2001 y los resultados de los tratamientos y retratamientos de los casos con frotis positivo registrados en 2000.

Se pidió a los directores de los programas nacionales de los 22 países con alta carga que señalaran los principales obstáculos a la expansión de la estrategia DOTS y que presentaran planes para superarlos con miras a alcanzar los objetivos de detección de casos y de curación.

En 2002 se envió a los 22 países con alta carga de tuberculosis un nuevo formulario estándar de vigilancia de la financiación de los programas de lucha contra la tuberculosis. En el formulario se solicita información sobre los presupuestos nacionales de los programas antituberculosos, sobre los fondos disponibles y el origen de éstos, y sobre los recursos de la infraestructura general de salud empleados para combatir la tuberculosis.

Principales conclusiones:La incidencia mundial de tuberculosis aumenta aproximadamente un 0,4% al año, pero lo hace con mayor rapidez en el Africa subsahariana y en los países de la antigua Unión Soviética.

En 2001 han aplicado la estrategia DOTS siete países más, lo que totaliza 155 países (de 210). A finales de 2001, el 61% de la población mundial vivía en países que suministraban tratamiento DOTS. Los programas DOTS notificaron 2,4 millones de casos nuevos de tuberculosis, de los que 1,2 millones presentaban frotis positivo. Desde 1995 se diagnosticó y se trató a más de 10 millones de pacientes en los programas DOTS.

No obstante, los 1,2 millones de casos con frotis positivo notificados en 2001 en el marco de la estrategia DOTS representan únicamente el 32% de la incidencia estimada, y el ritmo de progresión en la detección de casos entre 2000 y 2001 no fue mucho mayor que la media observada desde 1995, con un incremento medio anual de 137 000 casos. En el ámbito mundial, los programas DOTS tendrían que tratar a 360 000 pacientes con frotis positivo adicionales al año para llegar a detectar el 70% de los casos a finales de 2005.

Dos tercios (67%) de los casos adicionales con frotis positivo notificados en el marco de la estrategia DOTS en 2001 (en comparación con 2000) corresponden sólo a la India. En Myanmar, Filipinas y Tailandia las mejoras en la detección de casos fueron menores pero igualmente marcadas. Otros países con alta carga hicieron parcos progresos en la detección de casos, aunque el Pakistán y el Brasil notificaron aumentos significativos de la cobertura geográfica de la estrategia DOTS.

A medida que los programas DOTS se han extendido geográficamente, la proporción de los casos estimados detectados en las áreas DOTS se ha mantenido constante en el 40%-50%. En general, los programas DOTS de los 22 países que presentan una alta carga no están aproximando la detección de casos a la meta del 70% en las áreas designadas para aplicar DOTS.

El porcentaje de tratamientos satisfactorios bajo DOTS en la cohorte 2000 fue en promedio 82%, y a medida que ha ido creciendo la población de pacientes la cifra se ha aproximado a la meta del 85%. La eficacia terapéutica fue notablemente inferior a la media en la Región de África (72%).

A finales de 2001 un total de 16 países habían alcanzado las metas de detección y curación de casos, pero entre ellos el único con carga alta era Vietnam.

Se sabe que 20 de los 22 países de más alta carga tienen planes adecuados de expansión de la estrategia DOTS; muchos de esos planes empezaron a aplicarse en 2001 o 2002 y sólo se intensificarán sensiblemente en 2003.

Los obstáculos más citados a la expansión de la estrategia DOTS son los siguientes: falta de personal cualificado; preparación insuficiente para la descentralización; incumplimiento de DOTS por el sector privado; infraestructura de salud inadecuada; y falta de voluntad política.

En 2002 se asignó un total de US$ 211 millones de nuevos fondos a los programas nacionales contra la tuberculosis, para cubrir el periodo de planificación quinquenal 2001-2005. Con ello el déficit de financiación previsto por esos programas para el periodo mencionado se reduce a sólo US$ 200 millones. Sin embargo hay también un déficit adicional de al menos US$ 900 millones, debido a que el personal y las infraestructuras son insuficientes.

Para 2003, las necesidades presupuestarias totales específicas de la lucha contra la tuberculosis en los 22 países con alta carga ascienden a US$ 481 millones, de los que aún faltan US$ 52 millones (11%). No obstante, el déficit de financiación previsto para 2003 es menor que el notificado para 2002.

Conclusiones: De mantenerse el ritmo actual de expansión de la estrategia DOTS, el objetivo de detectar el 70% de los casos no se habrá alcanzado en 2005. Si se desea alcanzarlo, los programas DOTS deben mejorar la localización de casos en las áreas designadas para aplicar la estrategia y deben extenderse a nuevas áreas. Para cumplir el objetivo de tratar satisfactoriamente el 85% de los casos será necesario que algunos países, especialmente los del África subsahariana, mejoren las tasas de curación logradas mediante el tratamiento DOTS.

Si bien en 2002 mejoraron tanto la financiación de los programas antituberculosos como la planificación de la expansión de DOTS, las deficiencias existentes en materia de personal e infraestructura sanitaria retrasarán el avance hacia los objetivos mundiales. Actualmente los programas nacionales contra la tuberculosis están subestimando considerablemente lo que costaría remediar esas deficiencias.

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modificado el 28 de noviembre de 2013