La escasez de medicamentos para bajar de precio promovió el uso de fórmulas magistrales, en el mejor de los casos elaboradas en farmacias legítimas. Sin embargo, hay empresas que están promoviendo la compra de este tipo de productos a través de las páginas web o de proveedores de servicios de telesalud. El problema es que mucha de la publicidad que se difunde a través de estos medios escapa a las regulaciones de la FDA y tiende a exagerar los beneficios y eludir la información sobre los efectos adversos. Además, la mayoría de los consumidores desconocen que las fórmulas magistrales no están aprobadas por la FDA, por lo que se desconoce su seguridad y eficacia. Katie Palmer ha publicado dos artículos sobre este tema [1,2] que resumimos en los siguientes párrafos.
Un caso que ha causado bastante revuelo en EE UU es el anuncio que transmitió la empresa de telesalud Hims & Hers para los medicamentos para bajar de peso durante el Super Bowl (el partido anual que capta la atención de más televidentes). El narrador del anuncio argumenta que la industria dedicada a la pérdida de peso, incluidas las farmacéuticas, se está lucrando con los estadounidenses con sobrepeso y obesidad sin ayudarlos.
La publicidad de los medicamentos aprobados por la FDA debe incluir el nombre genérico, revelar para qué están indicados y sus riesgos más significativos, y no pueden exagerar los beneficios más allá de la evidencia ni anunciar usos fuera de indicación. El mensaje de la fórmula magistral de la semaglutida no tiene que adherirse a las normas de la FDA, por lo que no ofrece un equilibrio justo entre los beneficios y posibles riesgos de los medicamentos.
En el anuncio del Super Bowl, Hims & Hers se refiere de forma más general a sus productos, que incluyen GLP-1 y otros fármacos magistrales, como “medicamentos para bajar de peso que cambian la vida”, pero no tienen que mencionar los efectos secundarios de los GLP-1, ni alertar sobre las características de las fórmulas magistrales.
Un estudio reciente analizó los 79 sitios web que venden fórmulas magistrales de GLP-1 o las recetan, y descubrieron que casi la mitad no mencionaban los efectos adversos, advertencias y contraindicaciones; y el 37% insinuaban que estaban aprobados por la FDA. Además, el 41 % de los sitios web incluían afirmaciones de eficacia que superaban con creces la evidencia de los medicamentos aprobados por la FDA, incluyendo afirmaciones de reducción de la inflamación y el riesgo de cáncer. Por otra parte, hacían énfasis en su asequibilidad, pues son más baratos que los productos de marca. El anuncio del Super Bowl sí reconocía que no están aprobados por la FDA, pero en letra pequeña y era difícil de ver.
Pharma, el grupo de presión de la industria farmacéutica de marca, criticó duramente a los reguladores por permitir el anuncio, calificándolo de “clara violación” del requisito de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de que la publicidad de medicamentos de venta con receta no sea falsa ni engañosa.
La FDA prohibió a las farmacias anunciar medicamentos magistrales en 1997, pero fueron impugnadas con fundamento en la Primera Enmienda y revocadas por la Corte Suprema en 2002, legalizando la publicidad de los fabricantes de medicamentos magistrales.
Bibliografía