Medicalización de la obesidad en adolescentes: una amenaza para la salud pública
Salud y Fármacos
Tags: tratamiento de la obesidad infantil, agonistas GLP-1, efectos adversos de los agonistas GLP-1 en adolescentes, alternativas a la medicalización de la obesidad infantil, aprobación de GLP-1 en Brasil, estrategias para la prevención y atención de la Obesidad Infantil, vigilancia alimentaria y nutricional en niños, niñas y adolescentes
La revista brasileña Informes en Salud Pública (Cadernos de Sáude Pública), ha publicado un escrito relacionado con el uso de medicamentos para tratar la obesidad en adolescentes [1], lo resumimos a continuación.
La aprobación de los agonistas GLP-1 para tratar la obesidad infantil ha generado debate sobre los siguientes puntos:
- la aprobación de su uso en adolescentes se basa en los resultados de ensayos clínicos aleatorios cuya integridad se ha visto afectada por conflictos de interés;
- la gravedad de los efectos adversos de dichos medicamentos;
- la falta de información sobre los efectos de los GLP-1 a largo plazo, por lo que se cuestiona si es ético recetar medicamentos presuntamente de por vida a adolescentes, sobre todo si se tiene en cuenta como los factores sociales, económicos y ambientales influyen en el sobrepeso y la obesidad;
- otras estrategias para abordar la obesidad, que alertan sobre la prescripción de GLP-1 sin abordar los determinantes socioeconómicos y los entornos obesogénicos;
- el marketing agresivo que ha hecho la industria farmacéutica que puede incentivar la demanda y el uso de agonistas GLP-1 para tratar la obesidad sin hacer un análisis crítico. Estas campañas pueden contribuir a estigmatizar a los adolescentes que no encajan en los estándares estéticos y biomédicos impuestos, con la consecuente afectación de su salud mental.
En Brasil, el uso de liraglutida para tratar la obesidad en los adolescentes (de 12 años en adelante), se aprobó en agosto de 2020, y la semaglutida en septiembre de 2023 [2, 3]. Las empresas productoras de los medicamentos patrocinaron los ensayos clínicos pivotales con estas sustancias– y las agencias reguladoras los aprobaron para tratar la obesidad en adolescentes, sin tener datos sobre la eficacia y seguridad de su uso a largo plazo.
Vale la pena resaltar que el ensayo clínico de la semaglutida en adolescentes se implementó siguiendo la metodología que se utiliza en la población adulta [4]. Esto es preocupante porque los estudios con niños y adolescentes tienen que abordar otros desafíos propios de la edad de los participantes, como son la diversidad metabólica y los intensos cambios en la biología y composición corporal, que afectan los resultados de la investigación. Entonces, antes de prescribir hay que responder a la pregunta: ¿cuáles serán los efectos a largo plazo de estos tratamientos en esta población?
Los efectos adversos más frecuentes que han reportado niños y adolescentes tras el uso a corto plazo de agonistas del receptor GLP-1 incluyen: vómitos, náuseas, diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, dolor abdominal, cefaleas, mareos, fatiga, dispepsia, eructos, hipoglucemia en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, gastroenteritis, flatulencia, enfermedad por reflujo gastroesofágico, tumores de células C en la tiroides, pancreatitis aguda, complicaciones súbitas de la vesícula biliar, insuficiencia renal aguda, retinopatía diabética en individuos con diabetes mellitus tipo 2, así como pensamientos y comportamientos suicidas [5].
Por otra parte, ha surgido preocupación por el posible impacto del uso de agonistas GLP-1 en el crecimiento y desarrollo infantil, en los pacientes con trastornos alimentarios o que se involucran en ciertas prácticas deportivas, así como por la posibilidad de que los médicos estén prescribiendo en exceso o de forma insuficiente a poblaciones con alta prevalencia de obesidad [6]. También se ha reportado que al suspender el medicamento los pacientes recuperaron dos tercios del peso perdido, lo que indica que el uso de este fármaco debe ser continuo y posiblemente de por vida.
Aunque hay revisiones sistemáticas que concluyen que el uso de agonistas de GLP-1 es efectivo y seguro para la pérdida de peso y el control de la glucosa en niños y adolescentes con obesidad, es prematuro realizar revisiones sistemáticas cuando no hay estudios clínicos libres de conflictos de interés.
Según la OMS [7], en 2022, 37 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso, así como más de 390 millones de niños y adolescentes entre los 5 y los 19 años (incluidos 160 millones con obesidad). Según las estadísticas, en Brasil [8-10], el sobrepeso infantil ha aumentado y se presenta a edades cada vez más tempranas; por lo tanto, se deben implementar estrategias efectivas para prevenir la ocurrencia de obesidad, especialmente durante la ventana de los primeros 1.000 días de vida [11].
Los programas que se han implementado en el Sur de Brasil para fomentar la alimentación saludable durante los primeros dos años de vida han demostrado que pueden reducir la adiposidad infantil a los 6 años. Sin embargo, en lugar de promover medidas preventivas, como los cambios en la alimentación y la actividad física, la Academia Americana de Pediatría ha emitido guías clínicas sobre el tratamiento de la obesidad infantil, enfatizando en el uso de medicamentos y cirugía bariátrica.
Ludwig y Holst [12] han afirmado que la pérdida de peso utilizando medicamentos no garantiza que la salud de los niños y adolescentes mejore. Además, de que el uso de medicamentos inyectables para tratar la obesidad en niños y adolescentes conlleva desventajas y riesgos, su costo es elevado. Actualmente, cada farmacia ofrece un precio distinto, sin exceder el Precio Máximo al Consumidor (PMC) establecido por Anvisa, pero el costo de una sola dosis puede equivaler a un salario mínimo mensual, lo que limita el acceso de las poblaciones más vulnerables.
Hay evidencia de que el consumo de agonistas del receptor GLP-1 como semaglutida, liraglutida o tirzepatida, se acompaña de efectos secundarios que afectan la calidad de vida durante y después del tratamiento; sin embargo, los efectos a largo plazo de estas terapias farmacológicas innovadoras sobre las condiciones fisiológicas y clínicas de esta población vulnerable son desconocidos.
En 2023, el Instituto De Salud Pública de Chile no recomendaba el uso de la semaglutida para tratar a niños y adolescentes, pues no se había demostrado su seguridad y eficacia [13].
En 2024, Cofepris divulgó un comunicado sobre los riesgos asociados al consumo de semaglutida y liraglutida por la población general, no necesariamente los niños y adolescentes. Este comunicado incluye información de la FDA, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la Agencia Española de Medicamentos y productos sanitarios (AEMPS) y Health Canadá [14] y advierte que dichos medicamentos están autorizados en México para controlar el peso corporal, pero que los deberá prescribir el médico especialista, tras haber evaluado al paciente y emitido el diagnóstico correspondiente. Estos prescriptores deberán monitorear de cerca la evolución de los pacientes.
El uso de fármacos para el manejo de la obesidad en individuos a partir de los 12 años se había sugerido previamente, incluyendo moléculas como el Orlistat (tetrahydrolipstatin), pero sólo se recomendaba para niños en circunstancias excepcionales, como aquellos con obesidad severa, problemas óseos o articulares y/o apnea del sueño. Cuando haya que prescribir medicamentos a niños, el médico tratante debería ser un especialista, quién debería ejercer un monitoreo cercano en colaboración con un grupo multidisciplinario [15].
Salud y Fármacos considera que la obesidad es un problema multifactorial y está en contra de utilizar los agonistas GLP-1 para abordar este complejo problema, sobre todo en niños y adolescentes. La evidencia existente sugiere que los riesgos de su consumo superan sus posibles beneficios, que además parecen ser temporales.
Tratar la obesidad infantil principalmente con medicamentos ignora el papel de la pobreza, el acceso limitado a alimentos saludables, la desinformación sobre estilos de vida recomendables, la publicidad inadecuada dirigida a menores y la falta de espacios seguros para la actividad física.
Medicalizar el sobrepeso en niños, niñas y adolescentes es una práctica inapropiada que puede desplazar intervenciones a nivel comunitario y cambios estructurales en las políticas públicas que podrían modificar los determinantes socioeconómicos de la obesidad. Además, puede poner en riesgo la salud física y mental de los menores, fomentar el estigma corporal y generar dependencia a tratamientos costosos sin garantizar resultados sostenibles en el tiempo.
Dicho esto, habrá casos mórbidos excepcionales de niños y adolescentes obesos que se podrán beneficiar del uso de estos productos, pero solo tras una evaluación pormenorizada que tenga en cuenta los determinantes sociales de su problema. Estas intervenciones farmacológicas deberán ir acompañadas de cambios en el estilo de vida, que deberían ser acogidos tanto por los pacientes como por su núcleo familiar primario, adoptando un enfoque holístico que aporte mayores beneficios.
La protección de la salud de niños, niñas y adolescentes debe centrarse en estrategias integrales que promuevan una relación saludable con el cuerpo y la alimentación, y garanticen el acceso equitativo a los recursos que faciliten una vida activa y plena, sin recurrir precozmente a la farmacoterapia.
Referências
- Márcia Regina Vítolo, Paola Seffrin Baratto y Sophie Deram, Riesgos para la salud pública de la aprobación de medicamentos para el tratamiento de la obesidad infantil en Brasil, Cad. Saúde Pública 40 (9), 2024. https://doi.org/10.1590/0102-311XEN031624, https://www.scielo.br/j/csp/a/4j9qNS9mtnDzbjS7LmwVdwn/?lang=en
- Kelly AS, Auerbach P, Barrientos-Perez M, Gies I, Hale PM, Marcus C, et al. A randomized, controlled trial of liraglutide for adolescents with obesity. N Engl J Med 2020; 382:2117-28.
- Weghuber D, Barrett T, Barrientos-Pérez M, Gies I, Hesse D, Jeppesen OK, et al. Once-weekly semaglutide in adolescents with obesity. N Engl J Med 2022; 387:2245-57.
- Wilding JP, Batterham RL, Calanna S, Davies M, Van Gaal LF, Lingvay I, et al. Once-weekly semaglutide in adults with overweight or obesity. N Engl J Med 2021; 384:989-1002.
- Alorfi NM, Alshehri FS. Usage of glucagon-like peptide-1 for obesity in children; updated review of Clinicaltrials.gov. J Multidiscip Healthc 2023; 16:2179-87.
- Instituto de Salud Pública de Chile, https://www.ispch.cl/wp-content/uploads/2023/01/Scan09-01-2023-112008.pdf, Agencia Nacional De Medicamentos, 4 de enero de 2023.
- WHO. Obesity and overweight, march 2024. https://www.who.int/en/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight
- Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística. Pesquisa de Orçamentos Familiares 2008-2009. Antropometria e estado nutricional de crianças, adolescentes e adultos no Brasil. Rio de Janeiro: Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística; 2010.
- Universidade Federal do Rio de Janeiro. Estado nutricional antropométrico da criança e da mãe: prevalência de indicadores antropométrico de crianças brasileiras menores de 5 anos de idade e suas mães biológicas – ENANI 2019. https://enani.nutricao.ufrj.br/index.php/relatorios/ (accessed on 02/Feb/2024). https://enani.nutricao.ufrj.br/index.php/relatorios/
- Gonçalves H, Barros FC, Buffarini R, Horta BL, Menezes AM, Barros AJ, et al. Infant nutrition and growth: trends and inequalities in four population-based birth cohorts in Pelotas, Brazil, 1982-2015. Int J Epidemiol 2019; 48 Suppl 1:i80-8.
- Baidal JAW, Locks LM, Cheng ER, Blake-Lamb TL, Perkins ME, Taveras EM. Risk factors for childhood obesity in the first 1,000 days: a systematic review. Am J Prev Med 2016; 50:761-79.
- Ludwig DS, Holst JJ. Childhood obesity at the crossroads of science and social justice. JAMA 2023; 329:1909-10.
- Nota informativa Farmacovigilancia, Enero de 2023, Instituto de Salud de Chile, https://www.ispch.cl/wp-content/uploads/2023/01/Scan09-01-2023-112008.pdf.
- Cofepris, Secretaría de Salud, Sobre el uso indiscriminado de medicamentos Conocidos como agonistas del receptor glp-1 (semaglutida y Liraglutida), 28 de mayo de 2024, https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/918431/Comunicado_de_Riesgo_agonistas_del_receptor_GLP-1_28052024.pdf
- Londoño-Lemos, M. E. (2017). Aproximaciones farmacológicas para el tratamiento de la obesidad. Revista Colombiana de Ciencias Químico-Farmacéuticas, 46(1), 70–127. https://doi.org/10.15446/rcciquifa.v46n1.67293