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Noticias de la Industria

LAS FARMACÉUTICAS PIERDEN IMAGEN
The New York Times, Especial para Clarín (Argentina), Traducción de Claudia Gilman, 20 de noviembre de 2005

Los problemas de imagen de la industria farmacéutica están empezando a perjudicar a las empresas del sector donde más les duele: en los resultados.

Hace un año, Merck tuvo que retirar del mercado su antiartrítico Vioxx, lo que llevó a la industria a una crisis de credibilidad. La FDA está bloqueando la comercialización de nuevas drogas que antes habrían entrado al mercado sin problemas. Los médicos están recetando menos antidepresivos y otros remedios cuya seguridad ha sido cuestionada, como el reemplazo hormonal para las mujeres menopáusicas.

Seguros de salud y estados, a su vez, procuran que los pacientes recurran a remedios más viejos o genéricos, con el argumento de que son tan buenos como los nuevos y de marca. En general, las prescripciones siguen aumentando lentamente, pero una parte importante se consagra a los genéricos.

Los consumidores también parecen ser más inmunes al agresivo marketing farmacéutico. “La industria creó, durante años, muchísima demanda a través de las promociones y para que esas promociones sean efectivas, deben ser confiables”, dijo Richard Evans, un analista especializado de Sanford C. Bernstein. “Y esa confianza se perdió.”

Además, nuevos competidores están dando pelea. Firmas de biotecnología como Genentech están ganando la delantera en el descubrimiento de nuevos tratamientos contra el cáncer, un terreno promisorio y lucrativo.

Desconfiados
Ejecutivos de las grandes firmas del sector dicen que es esperable que el público se sensibilice, dados los problemas suscitados por Vioxx y otros fármacos. Pero les preocupa que la desconfianza derive en expectativas poco realistas sobre la seguridad que impidan el desarrollo de nuevos medicamentos. “Creo que hoy hay una expectativa poco razonable respecto de la posibilidad de un remedio libre de todo riesgo”, dijo Sidney Taurel, CEO de Eli Lilly & Company.

Los grandes laboratorios siguen siendo muy rentables. Pero en algunos casos (como Pfizer y Merck, primero y tercero en facturación en EE.UU.), las ventas están estancadas y las ganancias están disminuyendo, por lo que han despedido gente y, por primera vez en años, recortado el presupuesto para investigación.

En el tercer trimestre, en los EE.UU., las ventas de remedios recetados cayeron un 3% en Bristol-Myers Squibb, 4,5% en Johnson & Johnson y 15% en Pfizer.

Nadie espera que la situación se resuelva rápidamente porque varios remedios de gran venta perderán la protección de la patente a comienzos del 2007. Los remedios cuyas patentes expirarán, son, entre otros, Norvasc, un hipotensor de Pfizer, y Zocor y Pravachol, fármacos contra el colesterol de Merck y Bristol-Myers Squibb, respectivamente. En conjunto, los tres representan casi 10.000 millones de dólares anuales en ventas en los EE.UU.

La industria farmacéutica, dominada por empresas estadounidenses, dista de estar en crisis. Pfizer sola tendrá US$8.000 millones de ganancias este año, sobre ventas de US$51.000 millones, e invertirá más de US$7.000 millones en investigación y desarrollo.

Investigación en baja
Pero el gasto en investigación de la firma cayó 6% en el tercer trimestre (comparado con igual período del 2004) y Pfizer espera que se mantenga igual o tal vez caerá en los próximos años. En conjunto, la industria gasta más de US$30.000 millones por año en investigación y desarrollo. Pero para las empresas y para los pacientes que están esperando que la industria cree nuevos tratamientos para enfermedades como la artritis reumatoidea y la diabetes, son tiempos arduos.

Wall Street ya tomó nota. Un amplio espectro de acciones de farmacéuticas ha caído un 25% en cinco años. Por el contrario, las acciones de las biotecnológicas suben.

Sin nuevos remedios que promocionar justo cuando vencen las patentes, las empresas tradicionales están sacando de la galera novedades para proteger sus ventas, tales como reformular remedios existentes para una toma semanal en vez de una toma diaria. Han recurrido a la publicidad para seducir a los pacientes; pero esa estrategia parece estar perdiendo efectividad en la medida en que los consumidores son más escépticos y los prestadores de servicios de salud se rebelan contra los altos precios de medicamentos que no son grandes logros terapéuticos.

¿El público está más escéptico? “Sí”, admite el Dr. John LaMattina, Presidente de investigación de Pfizer. Desde hace años, a los consumidores los irritan los precios de los remedios en EE.UU., más altos que en otro países industrializados. Pero el enojo contra el sector llegó a un nuevo hito en el 2004 cuando se supo que varias empresas habían ocultado los resultados de estudios clínicos que demostraban un aumento de los riesgos de suicidio en los pacientes que consumen antidepresivos.

Después, Merck dejó de vender Vioxx luego de un estudio clínico que mostraba que el analgésico elevaba el riesgo de ataques cardíacos y cerebrales. Documentos internos revelaron que los ejecutivos y científicos de Merck ya estaban preocupados por los riesgos de Vioxx en 1997 pero se negaron a realizar un estudio sobre riesgos cardíacos. Merck sostuvo que actuó adecuadamente en su manejo de los estudios.

En una encuesta de octubre, sólo un 9% de los estadounidenses dijo que creía que las empresas farmacéuticas eran en general honestas, 14% menos que en el 2004. En cambio, un 34% dijo que confiaba en los bancos y un 39% que confiaba en los supermercados.

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modificado el 28 de noviembre de 2013