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Conducta de la Industria

Seis medicamentos de venta con receta que no son tan seguros como dice el gobierno (Six prescription drugs that aren’t as safe as the government claims)
Martha Rosenberg
Alternet, 23 de enero de 2016
http://www.alternet.org/personal-health/6-prescription-drugs-arent-safe-government-claims
Traducido por Salud y Fármacos

¿Qué se interpone entre el deseo de las grandes farmacéuticas de vender medicamentos con gran éxito y su seguridad? Además de la FDA, a menudo hay editores de revistas médicas que leen, evalúan y publican las primeras investigaciones. De hecho, los beneficios de los medicamentos en proceso de desarrollo, es decir todavía no aprobados, a veces aparecen en las revistas médicas para ir posicionando el medicamento y que se empiece a reconocer el nombre de marca del fármaco candidato. Por ejemplo, cinco años antes de la reciente aprobación del fármaco para el bajo deseo sexual femenino, la flibanserina, la revista británica Women’s Health publicó una investigación titulada “La flibanserina: un posible tratamiento para el trastorno del deseo sexual hipoactivo en las mujeres premenopáusicas”. Sólo para dar un empujoncito a las cosas.

Un vistazo rápido a los medicamentos o sus medicamentos que posteriormente resultaron ser arriesgados ofrece una imagen inquietante de como la ciencia “ha sido comprada” en las revistas médicas de gran prestigio – el “apoyo” de la compañía farmacéutica que produce el medicamento no se divulga.

Vioxx

El cocimiento sobre cómo se puede comprar la ciencia se cristalizó después del caso Vioxx, un analgésico anunciado por Dorothy Hamill, Bruce Jenner y otras celebridades, y que se asoció a más de 27.000 ataques cardíacos y muertes súbitas por problema cardiaco. El fármaco fue retirado del mercado en 2004. Gran parte de la percepción del Vioxx como fármaco seguro se debe a un artículo publicado en el New England Journal of Medicine en 2001 que minimizó sus riesgos cardíacos. Cuando la magnitud del engaño salió a la luz, Jeffrey Drazen, entonces editor de NEJM, dijo que los autores del artículo, que incluía a empleados de Merck, habían enterrado deliberadamente datos. ¿Por qué empleados contratados por una compañía farmacéutica con fines de lucro harían eso?

“Este fue un episodio donde estaba claro que la gente había recogido información y no la había reportado en su totalidad”, dijo Drazen. “He aprendido que tenemos que tener mucho más cuidado.”

Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS)

Poco después de que se conociera el caso Vioxx, la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA) comenzó a ser protagonista de sus propios escándalos. Los médicos que habían escrito un artículo en JAMA en 2006 defendiendo el uso de antidepresivos durante el embarazo tenían vínculos con los fabricantes de antidepresivos. Lee Cohen, autor principal del estudio de los antidepresivos, declaró en una carta de seguimiento a JAMA que, “Nosotros no consideramos que esas asociaciones fueran relevantes para este estudio”, y enumeró otros 76 conflictos financieros que los nueve médicos coautores tenían con Pharma.

Tres años más tarde se descubrió que otro autor de JAMA no había revelado sus vínculos financieros con los fabricantes de ISRS. Robert Robinson, que escribió acerca de Lexapro, no había informado sobre los honorarios que había recibido de su fabricante a cambio de conferencias.

El ISRS Paxil también se benefició del dinero de Pharma. Martin Keller, profesor emérito de psiquiatría en la Universidad Brown y autor principal de un estudio sobre Paxil que ha sido desacreditado, admitió que GSK le había dado decenas de miles de dólares durante y después del estudio.

Estatinas

AlterNet recientemente ha escrito sobre las estrategias que utilizaron las grandes empresas farmacéuticas para conseguir que las estatinas, especialmente Lipitor y Crestor, estuvieran en millones de botiquines de los Estados Unidos. Durante el mismo año JAMA no divulgó los conflictos financieros de los productores de antidepresivos, Paul Ridker de Harvard (cuya investigación catapultó la estatina Crestor) también pidió disculpas a JAMA por haber omitido sus conflictos financieros. Pensó que en su artículo sobre ensayos clínicos cardiovasculares sólo tenía que reportar los fondos que había recibido para ese estudio específico y no mencionó la financiación que había recibido de AstraZeneca, Bayer, Novartis, Roche, Sanofi-Aventis y otras cinco empresas farmacéuticas.

Medicamentos inmunosupresores

Semanas después de la divulgación de Ridker, otra carta de disculpa apareció en JAMA, esta vez en referencia a un documento que se había publicado el año anterior sobre el riesgo de cáncer en pacientes tratados con infliximab (Remicade) y adalimumab (Humira) para la artritis reumatoide. El autor, Eric L. Matteson, profesor de medicina en la Clínica Mayo y sus colegas no informaron a la revista de que habían recibido US$25,000 de Amgen, el fabricante de Enbrel. (“El estipendio no estaba relacionado con el estudio ni con la revisión sistemática de los anticuerpos TNF-alfa”) Los investigadores tampoco le dijeron a JAMA que habían dejado que Abbott Laboratories, el entonces fabricante de Humira (ahora producido por Abbvie) revisara el artículo antes de enviarlo a la revista.

AlterNet ha documentado los peligros de los inmunosupresores como Humira, que desde hace años se prescriben para la artritis reumatoide y otras afecciones. Estos medicamentos pueden ser beneficiosos para personas con enfermedades graves, pero para las personas con afecciones leves los efectos secundarios, incluyendo el cáncer, son difíciles de justificar. De hecho, algunos especulan que la neumonía y los problemas intestinales que causaron la muerte de Glenn Frey en enero fueron exacerbados por los medicamentos antirreumáticos que tomaba, pues estos pacientes tienen mayor riesgo de sufrir infecciones oportunistas.

Varios medicamentos contra los problemas cerebrovasculares

Hubo otras omisiones en las declaraciones de conflictos de interés de artículos publicados en JAMA. El mismo año que Ridker hizo su mea culpa, los médicos que habían escrito un artículo diciendo que los pacientes con migrañas con aura están en riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular también revelaron tener vínculos financieros con los fabricantes de medicamentos cardiovasculares.

Tobias Kurth, el autor principal, escribió en una carta de seguimiento a JAMA “Aunque creemos que no tenemos intereses financieros, relaciones o afiliaciones relevantes para el contenido del estudio, que dice que hay un vínculo biológico entre la migraña y la enfermedad cardiovascular, estamos divulgando las relaciones no federales de cada coautor”. Kurth incluyó una lista de 53 relaciones financieras entre los seis autores médicos y las compañías farmacéuticas.

Cinco años más tarde Kurth era uno de los autores que en la revista Circulation de la Sociedad Americana del Corazón seguía hablando sobre el riesgo de accidente cerebrovascular, esta vez mencionado sus vínculos con Pharma.

Risperdal y otros antipsicóticos pediátricos

Es los últimos años, Pharma ha sido el líder “científico” en proclamar que los niños pueden y sufren depresión y psicosis (además de sus problemas generalizados de déficit de atención). El líder en divulgar esta información fue Joan Luby, quién se vio obligado a escribir en la revista Archives of General Psychiatry que al escribir sobre el problema de la depresión infantil no había divulgado información sobre las conferencias que había dado en nombre de AstraZeneca y otros vínculos con la industria “porque no eran pertinentes al tema del artículo”.

Si alguien duda sobre el negocio de la venta de medicamentos psiquiátricos en pediatría que considere lo siguiente: el programa de “Trastornos del estado de ánimo en pediatría” fue fundado en la Universidad de Illinois de Chicago por un médico financiado por la industria para “intervenir” en este tipo de problemas de la infancia.

Cada vez más los tribunales defienden la “Voz”-el marketing de Pharma

Se podría pensar que los tribunales deberían estar del lado del público y en contra del deseo de las grandes farmacéuticas de ocultar los riesgos y exagerar los beneficios para vender más. Sin embargo, ocurre lo contrario. El año pasado un juez de distrito de Estados Unidos Paul A. Engelmayer dictaminó que la Primera Enmienda cubre los mensajes de Big Pharma, incluso cuando la industria menciona usos para los que sus medicamentos no han sido aprobados por la FDA, lo que se conoce como “propaganda fuera de etiqueta”. La FDA no puede bloquear este tipo de discurso, dijo el tribunal. La sentencia se refería a Amarin, el medicamento que bloquea los triglicéridos, sólo se aplica a la zona que cubre la 2ª Corte de Apelaciones (que incluye Nueva York, Connecticut y Vermont) y es probable que sea apelado.

Pero en 2011, el Tribunal Supremo revocó una ley de Vermont que impedía que PhRMA explotase la información sobre las prescripciones médicas con fines de marketing, y también utilizo el término discurso (speech). Seis jueces del Tribunal Supremo dijeron que la ley limita la capacidad de PhRMA para hablar libremente, lo que previamente se conocía como “marketing”.

¿Sirve de algo revelar conflictos?

Las declaraciones de conflictos que aparecen en las revistas médicas revelan que los médicos tienen más vínculos financieros con PhRMA de lo que se pensaba, y que algunos médicos creen que tienen la capacidad y el derecho a decidir cuáles son “relevantes”. ¿Se acuerda de cuando los políticos o funcionarios renunciaban simplemente por la posible apariencia de conflictos de interés o delito?

Y hay otra ironía. Es posible que a la comunidad médica y al público ni siquiera les importe. Desde que hace cinco años se aprobaron las normas de declaración de conflictos de interés he estado en conferencias médicas en que los presentadores incluyen varias diapositivas con la lista de sus conflictos, lo que claramente afecta sus presentaciones pro-medicamento, sin embargo, al parecer, a los médicos de la audiencia no les importa. ¿Se trata de un caso de “Mira mamá, todos los chicos lo están haciendo”?

Más preocupante es el hecho de que el actual candidato comisionado de la FDA [Nota del Editor: ya ha sido confirmado], el investigador de la Universidad de Duke Robert Califf, ha recibido mucho dinero de PhRMA, y algunos han dicho que equivale a poner la organización que debe velar por la seguridad de medicamentos en manos de la industria farmacéutica. Una declaración de conflictos en la página web del Instituto de Investigación Clínica de Duke, donde Califf fue director de investigación, enumera 25 compañías farmacéuticas que financiaron a Califf, incluyendo los gigantes farmacéuticos: Johnson & Johnson, Lilly, Merck, Schering Plough y GSK. Duke estaba tan impregnada de escándalo por fraude que se interrumpieron becas de investigación, se retiraron artículos publicados y fue protagonista de un especial en el reconocido programa de periodismo investigativo, 60 Minutes.

Califf jugó un papel decisivo en el ensayo del anticoagulante Xarelto que se realizó en Duke, y fue uno de sus primeros promotores, a pesar de que expertos médicos se manifestaron en contra de su aprobación y hubo 379 muertes posteriores.

Califf defendió sus vínculos financieros con PhRMA en la radio pública nacional diciendo: “Muchos de nosotros consultamos con la industria farmacéutica, y creo que es muy bueno. Necesitan ideas y la decisión sobre lo que realmente hacen depende de la persona que está financiando el estudio”.

El senador Bernie Sanders se opone a la confirmación de Califf. “Es hora de que la FDA y el Congreso en lugar de escuchar las demandas de la industria farmacéutica y sus 1.400 grupos de presión empiecen a escuchar a la inmensa mayoría del pueblo estadounidense, que cree que el medicamento es demasiado caro”, dijo en una nota de prensa.

La senadora de Alaska, Lisa Murkowski, bloqueó el voto de confirmación de Califf en enero, irónicamente, no por las obligaciones de la FDA en el área de medicamentos sino por sus responsabilidades en la alimentación. Según el New York Times, la senadora dijo que iba a bloquear la candidatura de Califf porque la FDA, al aprobar el salmón genéticamente modificado en el 2015, puso en peligro la industria del salmón de su estado.

Aun así, pocos dudan de que Califf, el amigo de PhRMA, sea el próximo comisionado de la FDA, y algunos dicen que si ese es el caso, ¿para qué tener una FDA?

creado el 1 de Junio de 2016