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Ensayos Clínicos

Regulación, Registro y Diseminación de Resultados

Muchas políticas de transparencia farmacéutica son vagas, ambiguas y contradictorias (Many pharma transparency policies are vague, ambiguous, and contradictory)
Ed Silverman
STATnews, 26 de julio de 2017
Traducido por Salud y Fármacos

Después de varios años de estar presionando a los fabricantes de medicamentos para que divulguen los resultados de los ensayos clínicos, un nuevo análisis revela que la transparencia de muchas empresas sigue siendo incompleta o inconsistente.

En general, el 95% de las 42 compañías analizadas, incluyendo los 25 fabricantes más importantes de medicamentos por su volumen de ventas, habían publicado su política de transparencia. Sin embargo, los detalles a menudo variaban enormemente en términos de lo que se revela e incluso en la forma de interpretar algunas de las políticas.

Por ejemplo, el 71% de las empresas tenía políticas para registrar todos los futuros ensayos, solo el 50% de las políticas de estas empresas hicieron referencia a los ensayos concluidos, el 69% de las políticas incluyeron a los ensayos Fase IV o post comercialización, y solo el 5% realiza auditorías de cumplimiento. Y no todos los fabricantes de medicamentos se comprometieron a compartir los resultados dentro de los 12 meses posteriores a la finalización del ensayo.

Se descubrió que frecuentemente las políticas eran vagas, estaban redactadas de manera ambigua y tenían contradicciones internas.

Sanofi, por ejemplo, indicó su compromiso de publicar los resultados de los “ensayos clínicos de fase I a IV realizados en pacientes, [pero solo] para algunos ensayos de vacunas realizados en sujetos sanos”. AstraZeneca se comprometió a publicar información en el portal de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (International Federation of Pharmaceutical Manufacturers and Associations) que desde 2011 no existe (Puede leer más sobre compañías específicas http://policyaudit.alltrials.net/download/ ).

“Encontramos ejemplos en ambos extremos de buenas y malas prácticas”, dijo el Dr. Ben Goldacre, cofundador de la campaña AllTrials en el Reino Unido, que ha abogado por una mayor divulgación de datos, y es coautor del análisis que fue publicado en BMJ.

Curiosamente, los autores encontraron que al menos una empresa había cumplido con “cada uno de los elementos de las mejores prácticas en torno a la transparencia, [lo que] sugiere firmemente que todos son alcanzables, y que no existen barreras prácticas para que todas las empresas se comprometan a cumplir con todos los elementos de mejores prácticas”.

Los hallazgos son el resultado de años de forcejeos entre fabricantes de medicamentos, académicos y grupos de consumidores sobre el tema de la transparencia. Una preocupación central es la capacidad de los investigadores para verificar independientemente los resultados de los estudios y, en consecuencia, mejorar los tratamientos para los pacientes, lo que puede producir mejor salud y reducir los costos.

El impulso por una mayor transparencia se produjo después de que varios escándalos de seguridad revelaran que los datos de los ensayos de algunos medicamentos nunca se publicaron o divulgaron por completo. En 2012, por ejemplo, GlaxoSmithKline pagó una multa de US$3.000 millones, en parte, por no revelar datos sobre su antidepresivo Paxil.

En 2013, AbbVie demandó a la Agencia Europea de Medicamentos para evitar la divulgación de datos de ensayos que la compañía consideraba confidenciales. Para resolverlo, la EMA acordó redactar algunos datos, que el año pasado impulsaron al Defensor del Pueblo Europeo a instar a la EMA a tomar una postura más dura contra los fabricantes de medicamentos.

Desde entonces, varias compañías en diversos grados han tomado medidas para publicar datos. Glaxo intentó rehabilitar su imagen creando un sitio web donde se pueden solicitar datos a más de una docena de fabricantes de medicamentos diferentes, y Johnson & Johnson trabaja con la Universidad de Yale para proporcionar acceso a sus datos.

Sin embargo, el nuevo análisis es el primero en comparar las diferentes políticas de las compañías.

Además, los hallazgos serán incorporados por docenas de administradores de activos y de fondos de pensiones, que colectivamente administran aproximadamente US$4 billones, en las evaluaciones de la transparencia de las compañías en las que invierten, según Sile Lane, otro coautor que dirige la campaña Sense About Science, la organización sin fines de lucro del Reino Unido que lanzó AllTrials.

En el momento de revelarse el plan por primera vez hace dos años, un funcionario de BNP Paribas Investment Partners señaló que las multas pagadas por 21 fabricantes de medicamentos por marketing indebido entre 2007 y mediados de 2015 ascendían a US$40.000 millones, y el 43% estaba directamente relacionado con la minimización de efectos secundarios identificados durante los ensayos clínicos que no se informaron adecuadamente. También observó que un promedio del 30% de la valoración de las acciones de las compañías farmacéuticas que hacen los analistas está directamente relacionada con los resultados de los ensayos clínicos de Fase III.

Sin embargo, los fabricantes de medicamentos no son los únicos que han hecho alarde de la transparencia. Una investigación de STAT descubrió que muchas de las principales instituciones de investigación médica violaron flagrantemente una ley federal que requiere que se divulguen públicamente los resultados de los estudios. Las violaciones dejaron grandes huecos en una base de datos del gobierno de EE UU que utilizan millones de pacientes y profesionales médicos para comparar la efectividad y los efectos secundarios de los tratamientos.

creado el 4 de Diciembre de 2020