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ÉTICA Y DERECHO

Conducta de la industria

África. Farmacéuticas presionaron por ley contra falsificaciones
Suleiman Mbatiah
IPS, 15 de junio de 2010
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95669

Gran parte del impulso a favor de una polémica ley contra productos falsificados en Kenia vino de compañías farmacéuticas multinacionales que aprovecharon su membrecía en asociaciones empresariales locales. La Ley contra Productos Falsificados de 2008 despertó temores de que pudiera bloquear el acceso de la población a legítimos medicamentos genéricos, que son más baratos y salvan muchas vidas.

La aplicación de la norma a los fármacos fue suspendida en abril pasado tras una queja de activistas ante la justicia, que aún debe emitir su fallo final. Unos años atrás, compañías farmacéuticas internacionales llamaron a industriales locales reunidos en la Asociación de Fabricantes de Kenia (KAM, por sus siglas en inglés) a apoyar el proyecto contra las falsificaciones.

Las firmas multinacionales presentaron sus propias propuestas de ley a los otros miembros de la KAM, contó a IPS el jefe ejecutivo de la unidad de investigación de esa asociación, Joseph Wairiuko. La KAM congrega a más de 600 miembros de diferentes sectores industriales kenianos. En 2008, las farmacéuticas crearon un comité dentro la KAM contra la falsificación, que elaboró un documento para ser presentado ante el parlamento, explicó Wairiuko, quien formó parte de ese órgano. Las compañías hicieron gran presión entre los legisladores a favor del texto, señaló, a tal punto que se llegó a pensar que “nadie podría bloquearlo”.

Entre las empresas que participaron de esta campaña se destacan GlaxoSmithKline (GSK), AstraZeneca, Sanofi-aventis, Roche y Norvatis. Representantes de las firmas se reunieron con miembros del comité parlamentario que revisaba el proyecto de ley. La propuesta legislativa de la KAM se centraba en los vacíos dejados por las leyes existentes sobre aduanas y comercio, que permitían el ingreso de productos falsificados. Esto hizo que la aprobación de la ley fuera considerada urgente, según Wairiuko. La propuesta también cuestionó el problema de una “débil vigilancia en puntos de entrada” de Kenia.

En relación con los genéricos, Wairiuko dijo a IPS que no eran falsificaciones, pero sostuvo que “pueden ser fácilmente falsificados”, ya que los infractores buscan ese tipo de productos para adulterarlos, debido a que son baratos y circulan rápidamente en el mercado. Los genéricos presentan un “camino fácil” para los falsificadores que buscan potenciales mercados, dijo. Wairiuko explicó a IPS que el comercio de productos falsos afecta a todos los sectores de la economía, y por eso la propuesta de las farmacéuticas llamó la atención de los parlamentarios. Explicó que la rapidez con que se aprobó la ley se debió a la celeridad de la KAM, “pidiendo que el proceso parlamentario se apresurara”.

La asociación también logró convencer al gobierno de que, sin la ley, “la industria farmacéutica perdería mucho por el comercio de productos adulterados. Presionamos cuando el gobierno se mostraba renuente”, dijo Wairiuko. Sostuvo que la legislación estimulará la investigación y el desarrollo de productos, ya que los fabricantes reinvertirán sus ganancias en la industria. La ley “estimulará enormemente” la innovación y los derechos de propiedad intelectual, añadió.

El director ejecutivo de GSK, John Musunga, confirmó en una entrevista con IPS que su compañía, junto a otras farmacéuticas multinacionales, presionó a favor del proyecto de ley en cada etapa del proceso, proveyendo “experiencia clave”. Añadió que los productos falsificados no sólo han superado en el mercado a los legítimos sino que también les han impedido a las industrias legales invertir en medicamentos, ya que las ganancias son muy bajas. “Sin protección de los derechos de propiedad intelectual, todo el proceso (de producción de medicinas) se va a la basura”, sostuvo Musunga.

La experta en derechos de propiedad intelectual Sisule Musungu dijo a IPS que KAM tiene acceso al presidente de Kenia, Mwai Kibaki, y al primer ministro Raila Odinga. “Si KAM le cuenta a ellos el problema, es considerado (por el gobierno) un problema de todos los fabricantes, cuando no lo es. Lo mismo ocurre con el Consejo de Negocios de África Oriental, otra entidad que influye en las iniciativas contra los productos adulterados en la región”, indicó.

Estas asociaciones de empresarios “son vistas por los líderes de gobierno como entidades que representan a las industrias de África oriental, pero son grupos más amplios, que incluyen en su membresía a multinacionales”, explicó. Las compañías internacionales “usan estas entidades, que parecen representar intereses nacionales y regionales para presionar por una agenda contra las falsificaciones, en oposición directa al enfoque de los gobiernos”, añadió. Para Musungu, esta estrategia de las multinacionales “parece funcionar muy bien”.

La directora de programas de la organización Health Action International Africa (HAI Africa), Christa Cepuch, señaló que “claramente falta un enfoque de salud en estos esfuerzos contra las falsificaciones, más allá de los argumentos sanitarios que puedan haberse manejado”. HAI Africa es una red de individuos y organizaciones que promueven la salud como un derecho humano. La activista subrayó que está en juego el acceso, la calidad, la seguridad y la eficiencia de las medicinas. “Hacer cumplir los derechos de propiedad intelectual nunca garantizará la calidad de los medicamentos. La calidad y la propiedad intelectual son dos temas diferentes”, afirmó.

modificado el 28 de noviembre de 2013