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Regulación y Políticas
Estados Unidos y Canadá

EE.UU.: El Congreso bajo la influencia de la industria
Traducido y resumido por Enery Navarrete de: Alex Berenson y Andrew Pollack, Under The Influence, The New York Times, 1º de abril de 2007.

Canadá (Ontario): La ley de transparencia de medicamentos para los pacientes (TDSPA)

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EE.UU.: El Congreso bajo la influencia de la industria
Traducido y resumido por Enery Navarrete de: Alex Berenson y Andrew Pollack, Under The Influence, The New York Times, 1º de abril de 2007.

Si alguna vez te has preguntado a qué se debe que el precio de los medicamentos que requieren receta en EE.UU. sean los más altos del mundo o por qué es ilegal importar medicamentos más baratos de Canadá o México, lo único que hay que conocer es la enorme influencia que tiene el cabildeo de la industria farmacéutica en el Congreso.

De acuerdo a un informe reciente del Center for Public Integrity, por cada congresista hay dos cabilderos de una industria que gasta aproximadamente $100 millones anuales en contribuciones para campañas políticas y en cabildeo para proteger sus ganancias.

Una de las razones por las que estas ganancias han excedido las expectativas de Wall Street es la ley sobre medicamentos que requieren receta para el programa de Medicare, aprobada hace tres años y medio. Según comenta el corresponsal Steve Kroft del programa de TV “60 minutes”, las repercusiones aun suenan en los pasillos del Congreso de EE.UU., y permiten entender mejor el funcionamiento del cabildeo.

Los únicos testigos de cómo se preparó el proyecto de ley fueron los congresistas republicanos Dan Burton (Indiana) y Walter Jones (Carolina del Norte), el personal del Congreso y cientos de cabilderos. “Los cabilderos de las farmacéuticas escribieron el proyecto” dice Jones. El proyecto de ley tenía más de mil páginas, les llegó a los Representantes del Congreso una mañana y de forma no convencional se llamó a su votación a la medianoche del mismo día, mucho después de que la mayoría de la gente de Washington había apagado sus noticiarios y se había retirado a dormir. “Y votamos a eso de las tres de la madrugada. En mis 22 años como político jamás había visto una noche tan fea”, añade Jones. Burton opina que la votación tuvo lugar a esa hora para evitar que los televidentes pudieran observar los engaños y trucos que sucedieron esa noche.

El proyecto de ley era una piedra angular de la agenda doméstica republicana. El programa, conocido como Medicare Plan D, ofrecería una cobertura limitada para medicamentos que requieren receta a los beneficiarios de Medicare que se inscribieran aceptando ciertas condiciones. En este programa se han inscripto uno 41 millones de personas, incluyendo 13 millones que antes no habían tenido cobertura alguna. El costo estimado durante 10 años es de poco menos de US$400 mil millones y representa el programa más amplio de beneficios bajo un programa federal en los últimos 40 años.

El debate se dividió de acuerdo a las líneas partidistas. Pero cuando llegó el momento de votar, los líderes republicanos descubrieron que un grupo de sus correligionarios se había unido a los demócratas, argumentando que la ley era muy costosa y un regalo a las compañías farmacéuticas. Burton y Jones estaban entre ellos.

“Se suponía que dejarían abiertas las máquinas de votación por 15 minutos y estuvieron abiertas por casi tres horas”, explica Burton. “Durante 2 horas y 45 minutos hubo suficientes votos como para rechazar la ley, y en ese tiempo los líderes republicanos se reunían con los Representantes de su propio partido tratando de forzarles para cambiar sus votos”, relata Jones, quien indica que este proceso de extorsión fue horrible. “Amenzaron a Nick Smith de Michigan, diciéndole que impedirían que su hijo se presentase como candidato en las próximas elecciones. Vi también a una mujer Representante de la Cámara llorar cuando la rodeaban tratando de hacerla cambiar su voto. Fue muy desagradable”.

Un poco antes de amanecer se aprobó la ley. Fue el voto que ha llevado más tiempo en la historia de la Cámara. El Representante Billy Tauzin (republicano por Luisiana) fue el que más trabajó para conseguir la aprobación. Tauzin opinó que fue un proceso desordenado y poco agradable pero que recordaba el refrán “Si te gustan las salchichas y las leyes, no debes ver cuando se están haciendo”. Dijo también que Jones era un representante joven y si hubiera estado más de 25 años en el Congreso, habría visto muchas otras noches como aquella.

Ciertamente, no fue negativa para el cabildeo que había invertido más de $10 millones en la última campaña electoral y que ha sido una fuente de lucrativos empleos para congresistas que se retiran. Muchos ex-senadores se han registrado como cabilderos para la industria farmacéutica y han trabajado en el proyecto del Medicare Plan D.

El Representante John Dingell (demócrata por Michigan) ha estado en el congreso 52 años y es el nuevo presidente del Comité de la Cámara de Energía y Comercio, que comparte jurisdicción con el de Medicare. Asegura que el proyectote ley “no se habría aprobado si no hubiese sido por los esfuerzos de cabildeo. Es  probablemente una gran verdad asumir que el proyecto fue gestado en su beneficio y que fue probablemente escrito por los mismos cabilderos. Cuando se aprobó la ley, había más de 1.000 cabilderos trabajando en ello.”

¿Por qué los cabilderos de la industria farmacéutica tenían tanto interés en la aprobación de la ley? ¿Qué beneficios traería la ley? Según Ron Pollack, Director Ejecutivo de Families USA (una organización no partidista que vigila el Congreso sobre temas de salud), la importancia de la ley para la industria es una cláusula que prohíbe a Medicare utilizar el poder que le da el inmenso volumen de compras para negociar con la industria farmacéutica los precios de los medicamentos como lo hacen otras agencias del gobierno federal, como por ejemplo el Departamento de Veteranos de Guerra. Esto permite a las compañías no solo fijar precios altos para Medicare, sino continuar incrementándolos, según Pollack.

La industria farmacéutica dice que la competencia entre los diferentes planes de seguro privados a los que pueden optar los beneficiarios de Medicare ayuda a mantener los precios bajos. Pero Families USA publicó en enero un estudio en el que documentaba que por los 20 medicamentos de uso más frecuente los pacientes de Medicare habían pagado casi 60% o más que lo que pagan los beneficiarios del programa del Departamento de Veteranos. Por ejemplo, Lipitor, un medicamento muy popular para el colesterol, a Medicare le cuesta como mínimo US$785 por tratamiento anual, esto es 50% más que el precio de $520 del Departamentos de Veteranos. Para Zocor, otro medicamento para el colesterol, el precio para Medicare es de $1.485 para un año de tratamiento, mientras a los veteranos sólo les cuesta US$127. Se puede acceder al Informe de Families USA en www/familiesusa.org/assets/pdfs/no-bargain-medicare-drug.pdf

Antes de la votación los Congresistas fueron informados que el costo total del programa durante los primeros 10 años sería de $395 mil millones, aun cuando los oficiales de Medicare sabían que su costo iba a ser muy superior a esa cantidad. Burton considera que fueron engañados y coincide con otros congresistas en que no hubiesen votado por el proyecto de haber conocido sus costos.

El principal Actuario para Medicare, Richard Foster, había estimado antes de la votación un costo de US$534 mil millones, pero después declaró ante el Congreso que se le había informado que si quería que no lo echaran no debería dar a conocer esa cifra. “Me chocó que la toma de decisiones estuviera tan politizada. Lo considero inapropiado y, de hecho, no ético.” La persona que impidió la difusión del costo estimado fue el Director de Medicare, Tom Scully.

Scully era el principal representante de la administración de Bush en la negociación del proyecto de ley, pero al mismo tiempo estaba negociando un futuro empleo con una importante firma de abogados de Washington, en donde terminó como cabildero para la industria farmacéutica. “Consiguió este empleo solo 10 días después de que el presidente firmara la ley”, dice Pollack.

Esto es solo un ejemplo de la relación incestuosa entre el Congreso y la industria, y solo una de las razones por las cuales el cabildeo farmacéutico nunca pierde una batalla política que afecte sus intereses. Así se explica el éxito de la industria durante los últimos ocho años. Durante este periodo ha habido más de 1.500 proyectos de ley relacionadas con asuntos farmacéuticos, e invariablemente las compañías farmacéuticas han conseguido todo lo que querían.

El ex congresista Tauzin, luego de lograr la aprobación de la ley sobre medicamentos de Medicare, recibió  una oferta de empleo como cabildero de la industria farmacéutica en Washington, pero en ese momento se le diagnosticó un cáncer intestinal que fue tratado con cirugía y una nueva medicina, Avastin, con mucho éxito. Por tal razón Tauzin sintió que le debía su vida a la industria farmacéutica y aceptó ocupar la posición de Presidente de PhRMA (Asociación para la Investigación y Manufactura Farmacéutica de América) con un sueldo de $2 millones anuales. Él y su esposa piensan que están trabajando en apoyo de los que luchan a diario para inventar medicinas que salvan vidas como la suya.

Debemos recordar que no solo Tauzin y Scully, sino alrededor de otros 15 congresistas y oficiales federales que fueron decisivos para la aprobación de Medicare Plan D, luego comenzaron a trabajar con la industria farmacéutica. Según Burton los recursos de esta industria son tan ilimitados que todo lo que se proponen aprobar en el Congreso, lo logran fácilmente.

En enero de 2007, una de las primeras cosas que hicieron los legisladores demócratas en la nueva Cámara de Representantes donde han conseguido la mayoría luego de las elecciones de noviembre, fue obligar a Medicare a negociar precios más bajos con las farmacéuticas. Una medida similar enfrenta una tenaz oposición en el Senado, donde la industria está invirtiendo en cabildeo millones de dólares para eliminarlo. El Presidente ya anunció que si dicho proyecto es aprobado lo vetará.

 

 

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Canadá (Ontario): La ley de transparencia de medicamentos para los pacientes (TDSPA)

Nota de los editores: Ver el contenido de esta noticia en la Sección Prescripción, Dispensación y Utilización de este número del Boletín Fármacos.

 

 

 

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modificado el 28 de noviembre de 2013