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Revista de Revistas
 

Uso de las estatinas en pacientes después de un infarto del miocardio agudo: ¿La evidencia hace que se cambie la práctica? (Use of statins in patients after acute myocardial infarction: does evidence change practice?)

Jackevicius CA, Anderson G, Leiter L y Tu J.

Archives of Internal Medicine 2001;161: 183-188.

 
 

El estudio de las 4 S, "Scandinavian Simbastatin Survival Study", que se publicó en 1994, fue el primer ensayo clínico aleatorio con una muestra significativa de pacientes que demostró que la reducción de lípidos mediante el uso de simvastatina en pacientes con enfermedad coronaria (historia de angina o de infarto del miocardio) y niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL-colesterol) tenía efectos beneficiosos que se manifestaban en una disminución clara de la frecuencia de problemas cardíacos coronarios y de la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Estos hallazgos iniciales han sido confirmados por otros estudios.

La incorporación de los resultados de investigaciones en la práctica clínica es lenta. Los beneficios del consumo de la aspirina y de los beta bloqueadores en el período de sopervivencia de los pacientes con historia de infarto del miocardio agudo se conocen desde 1980; sin embargo, todavía no se ha incorporado esta estrategia preventiva en la práctica clínica habitual. La adopción de prácticas preventivas es un proceso complejo que depende de las características de la innovación y de lo que se haga para cambiar el comportamiento de los médicos. En el caso del uso de aspirinas y beta bloqueadores, ya que se trata de medicamentos baratos y de fácil manejo, es posible que el factor determinante sea el cambio en el comportamiento. Estudios aleatorios han demostrado que se puede incrementar la prescripción de beta bloqueadores y aspirina a través de su promoción. Sin embargo, tanto la aspirina como los beta-bloqueadores existen en forma genérica y los productores se benefician poco de que se haga mayor propaganda. También es posible que sea especialmente difícil introducir cambios al tratamiento de pacientes con infarto agudo de miocardio, aunque se trate de cambios sencillos y efectivos. El uso de las estatinas en el paciente infartado se ha considerado una innovación importante que ha contado con el apoyo de asociaciones profesionales y que ha sido agresivamente comercializada por sus productores. El análisis del uso de las estatinas podría ilustrar como se pueden inducir la conducta prescriptiva de los profesionales cuando se combinan los siguientes factores: que haya evidencia científica de los beneficios del producto; el que se incluya el producto en las guías prácticas de tratamiento; y el que haya una campaña agresiva comercialización del producto.

Objetivo de este estudio: comparar el uso de estatinas en pacientes de la tercera edad (mayores de 65 años) infartados, antes y después de la publicación del estudio 4S.

Material y métodos: se crearon modelos de regresión multivariados para estimar los cambios mensuales en la tasa de uso de estatinas en pacientes de la tercera edad (>=65 años) después de un infarto del miocardio agudo (IMA). Se identificaron los pacientes en la base de datos del Ontario Myocardial Infarction, que incluye a todos los residentes de Ontario de la tercera edad con ese diagnóstico, así como datos de prescripción de medicamentos después del alta hospitalaria y datos de los prescriptores. El estudio cubrió a un total de 42.628 pacientes infartados entre el 1ro de abril de 1992 y el 31 de marzo de 1997 a los que se les había dispensado estatina, al menos en una ocasión, en el período de 6 meses después del alta hospitalaria por IMA. Se definió como variable principal el uso de estatinas dentro de los 6 meses posteriores al IMA, antes y después de la publicación del estudio 4S.

Resultados: La tasa mensual de uso de estatinas (simbastatina y pravastatina) se incrementó 3,6 veces después de la publicación del 4S (P<.001). Antes de la publicación del 4S, la tasa de incremento del uso de estatinas en pacientes de 65-74 años fue 2,7 veces mayor que en pacientes mayores de 75 años (P=.02), mientras que después de la publicación, la tasa de incremento del uso de estatinas fué solo de 1,8 veces mayor en el grupo de pacientes mas jóvenes (P<.001). Después de la publicación la tasa de incremento del uso de estatinas en hombres fue 1,6 veces mayor que en mujeres (P=.006). También después de la publicación del 4S, los cardiólogos y los internistas, duplicaron la tasa de incremento del uso de estatinas con respecto a los médicos generales (P< .001).

Conclusión: es posible modificar la práctica clínica si se dispone de fuertes evidencias científicas sobre una determinada intervención, si la misma es fácil de implementar y si dicha intervención es comercializada de una forma agresiva.

Traducido y Editado por Miriam Ciries

 

modificado el 28 de noviembre de 2013