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Una vez más se demuestra que la vacuna no provoca autismo (Vaccine cleared again as autism culprit)
Gardiner Harris
New York Times, 25 de agosto 2011
http://www.nytimes.com/2011/08/26/health/26vaccine.html?emc=tnt&tntemail1=y
Traducido por Salud y Fármacos

Una vez más un panel de expertos no encuentra evidencia de que la vacuna cause autismo. Pero a pesar del esfuerzo de los científicos, es poco probable que su informe tenga un impacto en el frustrante debate sobre la seguridad de las vacunas.

La presidenta del panel nombrado por el Instituto de Medicina (IOM), Dra Ellen Wright Clayton, dijo en una entrevista “La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola no provoca autismo, la evidencia que tenemos lo demuestra en forma aplastante”.  Esta es la vacuna que durante años ha sido cuestionada por grupos de padres.

El panel concluyó que la vacuna de la varicela conlleva riesgos que pueden aparecer años después de haber aplicado la vacuna. Las personas que han sido vacunadas pueden desarrollar neumonía, meningitis o hepatitis años después, si el virus que se utilizó en la vacuna se reactiva a causa de una depresión del sistema inmunitario ocasionada por algún otro  problema de salud como el cáncer.

Estos problemas son más probables en pacientes que se infectan naturalmente con varicela, ya que el virus de la varicela-zoster puede permanecer adormecido en las células nerviosas durante décadas. El herpes zoster, una erupción cutánea dolorosa que suele afectar a la población mayor, se produce a través de este mecanismo del virus varicela-zoster.

El gobierno ha solicitado que el IOM revise la seguridad de las vacunas para poder orientar las decisiones sobre la compensación que deben recibir los que dicen que su salud se ha visto afectada por las vacunas. La legislación aprobada por el Congreso en 1986, en gran parte exoneró a los productores de vacunas del riesgo de ser llevados a juicio por los que dicen haber sufrido efectos indeseables a consecuencia de la vacuna, y estableció que esas personas solicitasen una compensación al gobierno.

Generalmente el gobierno se limita a compensar a los niños que han sufrido problemas que pueden estar vinculados a la vacuna como las convulsiones, inflamación, desmayos, reacciones alérgicas y dolor articular. Pero hace años que se discute la conveniencia de ampliar esta lista, sobre todo si se debe incluir el autismo.

Muchos de los niños que se ven afectados por las vacunas tienen un problema inmunológico o a metabólico que se manifiesta con las vacunas. Según el informe “Para los niños con problemas metabólicos, las vacunas pueden ser el detonante, en la mayoría de casos inespecífico, que provoca que se manifieste el problema subyacente”.

Por ejemplo, estudios recientes han mostrado que muchos de los niños que sufrieron convulsiones y problemas que los acompañaron durante el resto de su vida tras recibir la vacuna de células enteras de la tosferina, que ya no se utiliza pero solía provocar fiebre en los niños, tenían el síndrome de Dravet, una forma grave de epilepsia. Fue a raíz de la avalancha de juicios por el efecto de la vacuna de células enteras contra la tosferina que el Congreso decidió crear el programa nacional de compensación por las vacunas, y los niños que sufrieron convulsiones tras recibir esta vacuna están entre los que han sido mejor recompensados.

Retrospectivamente se puede afirmar que probablemente la vacuna no afectó el problema de salud subyacente en estos niños, aunque si pudo servir como detonante.

El IOM es el grupo asesor de mayor prestigio en temas relacionados con salud y medicina, y sus informes pueden cambiar el pensamiento médico alrededor del mundo. El gobierno ha solicitado que el IOM revise la seguridad de las vacunas unas 12 veces en los últimos 25 años, con la esperanza de que las recomendaciones del IOM terminasen con la preocupación de algunos padres sobre los problemas que ocasionan las vacunas, incluyendo el autismo. Esta estrategia no ha funcionado.

Sallie Bernard, presidenta de SafeMinds, un grupo que defiende que hay una asociación entre las vacunas y el autismo, dijo que el último informe del IOM excluyó investigaciones importantes y reveló que en muchos casos no se ha hecho suficiente investigación para responder preguntas importantes. La Sra. Bernard dijo “Creo que el informe dice que la ciencia es inadecuada, y cada día hay más vacunas para nuestros niños, y desconocemos su nivel de seguridad… creo que es alarmante”.

La Dra. Clayton dijo: “Revisamos más de mil artículos científicos revisados por pares, no encontramos muchos efectos secundarios causados por vacunas. Es bastante impresionante”.

modificado el 28 de noviembre de 2013