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Innovación

Vacuna COVID cubana compite con BioNTech-Pfizer y Moderna

(Cuba’s COVID vaccine rivals BioNTech-Pfizer, Moderna)
DW, 27 de junio de 2021
https://www.dw.com/en/cubas-covid-vaccine-rivals-biontech-pfizer-moderna/a-58052365
Traducido por Salud y Fármacos

Tags: transparencia, agencias reguladoras, secretismo, comercialización, fraude, ensayos clínicos, Lancet, vacunas, integridad de la ciencia

Las autoridades de salud de Cuba dijeron esta semana que, en los ensayos clínicos, su vacuna Abdala ha mostrado tener una efectividad del 92% contra el coronavirus. DW lo estudia más de cerca.

Cuba, reflejando su ambicioso esfuerzo por ser autosuficiente en vacunas, ha puesto a su propia vacuna el nombre de Abdala, en honor a un famoso verso dramático del héroe de la independencia e ícono nacional José Martí. En el verso, el joven héroe, Abdala, se dirige a la guerra para defender a su patria, lleno de fervor patriótico por muy fuerte y poderoso que sea el enemigo.

Desde la perspectiva de muchos cubanos, es el nombre perfecto para la primera vacuna COVID-19 que se desarrollará en América Latina. Es también la imagen perfecta de la historia de una pequeña isla de 11 millones de habitantes ansiosos por demostrar que no se la puede destruir con un virus mortal y 60 años de bloqueo económico por parte de EE UU, y de un país que cuenta con varios científicos brillantes propios.

La nueva estrella de la ciencia cubana
Uno de ellos es Gerardo Enrique Guillén Nieto, director de investigación biomédica del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, donde se desarrolló Abdala.

El domingo pasado, el día del padre, la televisión cubana emitió un comercial protagonizado por Guillén Nieto, de 58 años. Acompañado de música melodramática, el comercial empezó con una imagen del científico en su clínica mientras su hijo hablaba fuera de cámara y explicaba cómo su padre trabaja incansablemente para su familia y la gente.

“Hemos trabajado a tiempo completo desde el comienzo de la pandemia, todos los sábados, todos los domingos, desde temprano en la mañana hasta altas horas de la noche, sin ni siquiera un momento de descanso”, dijo en el clip el muy respetado científico. “Y estamos muy eufóricos porque los resultados han superado todas nuestras expectativas. Sabíamos que la vacuna era muy buena, pero ni siquiera yo esperaba tal resultado”.

Trazando su propio camino
Según la corporación estatal de biotecnología, BioCubaFarma, en los ensayos clínicos, Abdala ha demostrado una efectividad del 92.28% contra COVID-19, lo que la colocaría en la misma liga que las vacunas más efectivas: BioNTech-Pfizer y Moderna. Enormes aplausos estallaron en el auditorio del CIGB cuando esta semana se anunciaron los impresionantes resultados.

Desde entonces, Guillén Nieto se ha visto inundado de solicitudes de entrevistas. El mundo entero quiere conocer la fórmula del éxito de Abdala. La vacuna cubana no es una vacuna vectorial ni funciona con tecnología de ARNm. Es una de las llamadas vacunas proteicas. Eso significa que lleva una parte de la proteína de pico que el virus usa para unirse a las células humanas. Se acopla a los receptores de la propia proteína de pico del virus, lo que desencadena una reacción inmunitaria. Los científicos están utilizando levadura como dominio de unión al receptor.

El programa de vacunación del gobierno se puso en marcha a mediados de mayo con Abdala y la segunda vacuna cubana, Soberana 2, incluso antes de que se terminaran los ensayos clínicos de fase 3. Estas son las primeras vacunas que están disponibles en la isla desde que Cuba se negó a importarlas desde Rusia o China. Cuba también ha decidido no unirse a la iniciativa COVAX respaldada por la ONU, un proyecto global destinado a distribuir vacunas COVID-19 a los países, independientemente de su riqueza.

“Sabemos que al final siempre tenemos que depender de nosotros mismos, de nuestras propias fortalezas y capacidades”, dijo Guillén Nieto, aludiendo al aislamiento político provocado por el embargo estadounidense. “El resultado es un sistema de salud que no solo es gratuito, sino que también se controla de forma centralizada, que ha perfeccionado su capacidad para responder rápidamente a los desastres, ya sea con ensayos clínicos, campañas de vacunación o incluso la producción de una vacuna”.

Vacunas para frenar el aumento de las infecciones por COVID
Según Guillén Nieto, 2,2 millones de cubanos ya recibieron su primera vacuna, 1,7 millones la segunda y 900.000 la tercera.

Abdala se administra en tres dosis, con dos semanas de intervalo entre cada dosis. Según los ambiciosos planes del gobierno, el 70% de la población del país debería recibir sus vacunas en agosto.

Es una carrera contra el tiempo, porque la cantidad de nuevas infecciones en la isla caribeña aumenta constantemente en más de 2.000 casos al día. Casi 1.200 personas han muerto por COVID-19 en Cuba. Guillén Nieto confía en que campaña de vacunación le otorgue una ventaja decisiva sobre el resto de los países del mundo en la lucha contra el virus.

“Aquí tenemos un nivel de confianza sin precedentes en el sistema de salud cubano”, dijo. “Por ejemplo, nunca tenemos problemas para encontrar voluntarios para los ensayos clínicos. En Cuba, la gente está extremadamente ansiosa por vacunarse. A nadie aquí se le ocurriría no vacunarse porque todos saben lo importantes que son las vacunas”.

Un panel independiente de expertos de La Habana analizará la vacuna Abdala y se espera su aprobación oficial para uso en emergencias en las próximas dos semanas. Después de eso, Cuba también podría solicitar la aprobación de Abdala a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para uso internacional. Bolivia, Jamaica, Venezuela, Argentina y México ya han mostrado interés.

La OMS comparte el optimismo
Pero ¿es Abdala realmente la vacuna milagrosa que prometen los números? Quizás José Moya sea el hombre mejor posicionado para evaluar esto. El médico peruano comenzó como epidemiólogo hace 30 años en su natal Ayacucho, y luego trabajó para Médicos Sin Fronteras en Guatemala, Mozambique y Nigeria.

Durante los últimos dos años, Moya ha sido el representante de la OPS en Cuba, una organización regional de la OMS con 27 oficinas en diversos países. Y él confía en las cifras cubanas.

“El Instituto de Investigación CIGB tiene 30 años de experiencia en investigación de vacunas. Confío en los resultados que se han publicado. Se trata de estudios serios, y han participado investigadores e instituciones comprometidas con la ciencia”, dijo Moya.

La mejor prueba es el hecho de que el 80% de todas las vacunas de Cuba se producen en el propio país, dijo Moya. No le sorprendió la alta eficacia de Abdala, y dijo que era simplemente la consecuencia lógica de un sistema de salud que había estado funcionado bien durante décadas. “Ya, los resultados publicados de antemano por los científicos mostraron una buena respuesta en términos de producción de anticuerpos”, dijo.

El presidente cubano Miguel Díaz-Canel, sin embargo, no quiere detenerse en las evaluaciones científicas de la nueva vacuna. Para él, el impulso del país por buscar soluciones locales en lugar de importar vacunas extranjeras es un triunfo de la industria biotecnológica de Cuba.

“Este éxito sólo se puede comparar con la grandeza de nuestros sacrificios. Es un ejemplo del orgullo con el que un país trata a su industria farmacéutica, que vive con el embargo económico de EE UU desde 1962”, dijo

creado el 6 de Septiembre de 2021