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Farmacovigilancia

Reacciones adversas e interacciones

Trimetoprim-sulfametoxazol (Bactrim) y nitrofurantoína (Macrobid). Ciertos medicamentos para las infecciones urinarias pueden aumentar el riesgo de defectos de nacimiento, advierten los funcionarios
(Certain UTI medications may raise risk of birth defects, officials warn)
CBS News, 13 de enero de 2018
http://5newsonline.com/2018/01/13/certain-uti-medications-may-raise-risk-of-birth-defects-officials-warn/
Traducido por Salud y Fármacos

Las infecciones urinarias (ITU) pueden representar un problema para las mujeres embarazadas y sus bebés, pero funcionarios de salud de EE UU advierten que dos antibióticos que se usan para tratarlas también pueden serlo.

Los antibióticos – trimetoprim-sulfametoxazol (Bactrim) y nitrofurantoína (Macrobid) – administrados durante en el primer trimestre de embarazo se han asociado a un pequeño riesgo de defectos congénitos en mujeres embarazadas.

A pesar del riesgo, según un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC), muchas mujeres embarazadas siguen siendo tratadas con estos antibióticos.

“Entre los defectos de nacimiento (o defectos congénitos) que se asocian a estos medicamentos figuran los defectos del corazón, el cerebro y la cara”, dijo Elizabeth Ailes, científica de salud del CDC y autora principal del informe.

Todos los embarazos tienen un 3% de riesgo de defectos congénitos, dijo. “El aumento de los riesgos asociados con estos antibióticos es relativamente pequeño, pero significativo, aproximadamente el doble”, dijo.

Alrededor del 8% de las mujeres embarazadas desarrollan una infección urinaria.

“Es importante que las mujeres sepan, a pesar de que aumenta un poco el riesgo de defectos congénitos, que el tratamiento es realmente importante porque las infecciones urinarias no tratadas pueden tener graves consecuencias, tanto para la madre como para el bebé”, dijo Ailes.

Sin tratamiento, estas infecciones pueden ocasionar que los bebés nazcan con bajo peso al nacer, sean bebés prematuros o desarrollen infecciones sistémicas que podrían ser mortales, dijo.

Según Ailes, alrededor del 40% de las mujeres con seguro privado que desarrollan una infección urinaria reciben tratamiento con Bactrim o Macrobid.

Sin embargo, si la infección solo puede curarse con uno de estos medicamentos, debe utilizarse, independientemente del pequeño riesgo, dijo la Dra. Jill Rabin, jefa de atención ambulatoria, obstetricia y ginecología y jefa de uroginecología en Northwell Health en New Hyde. Park, NY

Rabin también dijo que estos antibióticos, como cualquier otro medicamento, deberían prescribirse a la dosis efectiva más baja posible.

Según el informe de los CDC, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recomendó en 2011 que esos medicamentos sólo se receten durante el primer trimestre del embarazo, cuando no sea apropiado utilizar otros medicamentos.

Sin embargo, Rabin dijo que un problema con el informe es que “no sabemos si estos medicamentos se prescribieron de manera apropiada en términos de dosis, tipo de antibiótico y de la bacteria específica que causa la infección”.

La recomendación de 2011, sobre no usar estos antibióticos para tratar las infecciones urinarias durante el primer trimestre podría no haber llegado a todos los médicos, señaló otro médico.

“Varios estudios previos han demostrado que las pautas de los expertos no siempre llegan a los que están tratando a los enfermos”, dijo el Dr. Michael Grosso, director médico del Hospital de Huntington en Huntington, N.Y.

Uno de los problemas es el creciente volumen de literatura médica, lo que significa que hay más información disponible que la que cualquier médico puede leer, dijo Grosso. Además, dijo que los médicos pueden estar en desacuerdo con una pauta.

“Aunque un médico puede evitar estos medicamentos cuando sabe que una paciente está embarazada, es posible que no ordene las pruebas de embarazo antes de cada receta, lo que posibilita que se utilicen de forma inadvertida durante el embarazo”, aseguró Grosso.

Las pacientes preocupadas deberían preguntar a su médico si los medicamentos recetados son seguros en caso de embarazo, aconsejó.

Para su investigación, Ailes y sus colegas analizaron los datos de casi 483.000 mujeres que estaban embarazadas en 2014 y están cubiertas por un seguro patrocinado por el empleador. Los datos provienen de la base de datos comercial de MarketScan.

Rabin cuestionó si los datos eran representativos de las prescripciones administradas a todas las mujeres embarazadas o si el hallazgo de que estos medicamentos se prescriben con frecuencia se aplica solo a aquellos que están en la base de datos.

“Creo que es prematuro sacar una conclusión definitiva con este estudio”, dijo Rabin.

creado el 4 de Diciembre de 2020