Nada nuevo
La eficacia clínica del somapacitán en adultos es tan incierta como la de la somatropina. Los efectos adversos a corto plazo de estos dos principios activos son similares. Se deben investigar más los daños a largo plazo del somapacitán. Todo esto significa que, a mediados de 2025, no se ha demostrado que el somapacitán represente un avance terapéutico para los adultos con deficiencia de la hormona del crecimiento, a pesar de que las inyecciones semanales representan una ventaja sobre las inyecciones diarias de somatropina.
SOGROYA – somapacitán solución para inyección subcutánea
Novo Nordisk
La deficiencia de la hormona del crecimiento es un trastorno que afecta tanto a niños como a adultos [1-3]. La aparición de la deficiencia de la hormona del crecimiento durante la adultez es casi siempre consecuencia de un tumor hipotalámico o pituitario (por lo general, un adenoma), o del tratamiento de tales tumores (cirugía o radioterapia). En tales casos, se suele asociar a otras deficiencias hormonales. Otras causas posibles son los traumatismos craneales, la hemorragia subaracnoidea, una infección en el sistema nervioso central o una anomalía genética. En ocasiones, se desconoce el origen [1-3].
En adultos, las manifestaciones clínicas de la deficiencia de la hormona del crecimiento incluyen: disminución de la masa magra corporal y aumento de la masa adiposa, que suele provocar obesidad; pérdida de la fuerza muscular y de la densidad mineral ósea, que aumenta el riesgo de fracturas; y trastornos cardíacos [1-4]. Afecta la calidad de vida, sobre todo debido a la fatiga. Al parecer, reduce la expectativa de vida, principalmente debido a las complicaciones cardiovasculares [1-4].
El objetivo del tratamiento de los adultos con deficiencia de la hormona del crecimiento es aliviar las consecuencias clínicas de sus trastornos metabólicos y mejorar la calidad de vida [1-3]. En ocasiones, se ofrecen las inyecciones diarias de somatropina, la hormona humana del crecimiento sintética [1-3]. En general, a mediados de 2025 no se ha confirmado claramente su beneficio: tiene una eficacia incierta para mejorar los desenlaces clínicos, como la tasa de fracturas o la mortalidad [2,4].
El somapacitán es un análogo de la hormona del crecimiento humana [1,5]. Su secuencia de aminoácidos es casi idéntica a la hormona natural: se diferencian únicamente en la sustitución de un aminoácido donde se ha añadido una molécula que se une con la albúmina. Al unirse a la albúmina sérica, el somapacitán tiene una semivida plasmática de eliminación de aproximadamente dos a tres días, lo que permite que la administración subcutánea sea semanal. En la Unión Europea, se ha autorizado al somapacitán para tratar a adultos con deficiencia de la hormona del crecimiento [1, 5].
Un ensayo clínico aleatorizado con 300 adultos versus placebo y versus somatropina. Este permiso de comercialización se basa principalmente en un ensayo clínico aleatorizado en 300 pacientes de entre 23 y 77 años (mediana de la edad: 45 años) que nunca habían recibido hormona del crecimiento o que no habían recibido tal tratamiento durante al menos los seis meses previos al inicio del ensayo clínico [1, 3, 5]. Se aleatorizó a los pacientes para que recibieran inyecciones subcutáneas de somapacitán una vez por semana, un placebo una vez por semana o somatropina una vez al día [1, 3, 5].
En este ensayo clínico, se consideró que la comparación principal era la comparación de doble ciego del somapacitán versus placebo [1, 3, 5]. También se comparó al somapacitán con la somatropina (una comparación “exploratoria”), pero no hubo enmascaramiento en el grupo somatropina, lo que reduce la calidad de la evidencia que aportan los resultados. Aproximadamente un 70% de los pacientes habían sido diagnosticados con deficiencia de la hormona del crecimiento durante la adultez: los otros habían padecido este trastorno desde la niñez. Los criterios de valoración no cubrieron las complicaciones clínicas de la enfermedad, como trastornos óseos o cardiovasculares [1, 3, 5].
Tras 34 semanas, el cambio respecto al inicio en la proporción de tejido adiposo en el tronco (“porcentaje de grasa troncal”, el criterio principal de valoración), determinado con datos de imágenes, fue de -1,06% en el grupo somapacitán, versus +0,47% en el grupo placebo (p=0,009) [1, 5]. Si bien esta diferencia es estadísticamente significativa, su relevancia clínica es incierta. En el grupo somatropina, el cambio en el porcentaje de grasa troncal fue de 2,23% (p<0,05 para la comparación con el grupo somapacitán). En general, no se demostró que el somapacitán aporte un beneficio clínico, ni para la calidad de vida ni para el peso corporal [1,5].
Perfil de efectos adversos a corto plazo similar al de la somatropina. En el ensayo clínico descrito arriba, los efectos adversos a corto plazo del somapacitán parecieron similares a los de la somatropina, a saber: dorsalgia, artralgia, mialgia, edema, aumento de peso, reacciones en el lugar de la inyección, lipodistrofia, reacciones alérgicas, parestesia, hiperglucemia e hipotiroidismo [1,5]. Desde que se empezó a comercializar en EE UU, se han reportado reacciones alérgicas graves asociadas al somapacitán, incluyendo anafilaxia [6].
En parte, la hormona del crecimiento actúa estimulando la secreción del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-I) [1,5]. Se reportaron concentraciones excesivamente altas de IGF-1 en al menos dos muestras de sangre de algunos pacientes tratados con somapacitán. Se ha sugerido que existe un vínculo entre las concentraciones sanguíneas altas de IGF-1 y un aumento del riesgo de cáncer. No se dispone de datos sobre los efectos adversos a largo plazo del somapacitán. Además, la media de la dosis semanal del somapacitán que se usó en el ensayo clínico (2,5 mg) es mucho menor a la dosis máxima autorizada de 8 mg por semana, lo que aumenta la incertidumbre sobre sus efectos adversos [1, 5].
Embarazo: precaución. No se detectó toxicidad embriofetal en los estudios del somapacitán con animales [1, 7]. Sin embargo, debido a la falta de datos a largo plazo, es mejor evitar el somapacitán durante el embarazo y en mujeres que podrían quedar embarazadas y no están usando anticonceptivos [5, 7].
Cuidado con las sobredosis provocadas por las inyecciones diarias. Las inyecciones de somapacitán se administran una vez por semana, mientras que la somatropina se administra todos los días. Al cambiar de la somatropina al somapacitán, es importante escribir en la prescripción y en la caja el día de la semana elegido para la inyección, para prevenir las sobredosis provocadas por las inyecciones diarias de somapacitán.
Revisión de la literatura hasta el 17 de enero de 2025
En respuesta a nuestra solicitud de información, Novo Nordisk nos proveyó documentos administrativos.