La crítica del artículo: ¨Las organizaciones médicas ignoran los daños asociados al uso de antidepresivos durante el embarazo: una conversación con Adam Urato y Joanna Moncrieff¨, aborda los riesgos asociados al uso de antidepresivos durante el embarazo y la falta de respuesta de las organizaciones médicas a la evidencia científica emergente.
El pasado mes de julio, la FDA convocó a un panel de expertos para evaluar la necesidad de incluir advertencias sobre el uso de Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) en mujeres embarazadas. Entre los panelistas, el Dr Adam Urato, jefe de Medicina Materno-Fetal en el Metro West Medical Center de Framingham, Massachusetts, y la Dra. Joanna Moncrieff, médica psiquiatra e investigadora en el Reino Unido y cofundadora de la Red de Psiquiatría Crítica, destacaron los riesgos potenciales de los ISRS para el desarrollo fetal, para la salud del recién nacido y para el desarrollo a largo plazo de niños expuestos a ISRS en el útero.
El panel revisó estudios que demuestran que los ISRS atraviesan la placenta y pueden alterar la química cerebral del feto, impactando procesos críticos del neurodesarrollo, como la arborización neuronal normal, la conectividad cerebral y la regulación de neurotransmisores como la serotonina.
En condiciones normales, las neuronas deben arborizar, es decir, extender prolongaciones llamadas neuritas que les permiten comunicarse entre sí, explicó el Dr Urato. El Dr Urato también mencionó el estudio realizado con citalopram (Celexa), que mostró que, al exponer las neuronas a dosis crecientes de este antidepresivo, su crecimiento se reduce: las prolongaciones que deberían formar una red compleja se vuelven más cortas y escasas, lo que indica atrofia y un desarrollo neuronal limitado.
Los estudios en animales y humanos muestran que la exposición prenatal a ISRS se puede asociar con alteraciones en el comportamiento, mayor riesgo de trastornos del desarrollo neurológico, problemas de lenguaje, ansiedad, depresión y, potencialmente, disfunciones sexuales y emocionales en etapas posteriores. Además, los recién nacidos expuestos a ISRS presentan con frecuencia el denominado síndrome de adaptación neonatal o de abstinencia, con síntomas de agitación, problemas de alimentación y un mayor riesgo de hospitalización en la unidad de cuidados intensivos neonatales.
A pesar de estas evidencias, asociaciones médicas como la American Psychiatric Association (APA) y el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) cuestionaron las conclusiones del panel, exaltando los riesgos de la depresión materna no tratada y minimizando los efectos de los fármacos, incluso sugiriendo que los ISRS previenen complicaciones como parto prematuro, preeclampsia o bajo peso al nacer, afirmaciones que carecen de respaldo científico directo.
Urato y Moncrieff criticaron estas posturas y señalaron que dichas organizaciones priorizan la defensa del uso fármacos y los intereses de la industria por encima de ofrecer información objetiva al público y deprotegerel desarrollo fetal. Los expertos subrayan la importancia del consentimiento informado, recomendando que las mujeres en edad fértil reciban orientación sobre los posibles riesgos antes de iniciar un tratamiento con antidepresivos.
Se destacó la necesidad de explorar alternativas no farmacológicas para tratar la depresión durante el embarazo, dado que la evidencia señala que la eficacia de los ISRS, incluso en adultos, es limitada y, es deconocida en las mujeres embarazadas, porque no se han hecho ensayos controlados.
Finalmente, este diálogo expone un conflicto ético y científico: la industria y las sociedades académicas profesionales, lejos de actuar como mediadores imparciales, pueden actuar como difusores de intereses comerciales, mientras que los riesgos de exposición fetal y neonatal a estos medicamentos se mantienen subestimados o silenciados.
Urato y Moncrieff enfatizan la necesidad de la transparencia científica y de la comunicación honesta sobre los efectos de los antidepresivos, especialmente en el contexto del embarazo, para salvaguardar la salud de las futuras madres y sus hijos, respetando el derecho a tomar decisiones con información completa y veraz.
Nota de SyF: Puede ampliar acá información sobre la hipótesis de la serotonina según Moncrieff en su libro ¨Chemically Imbalanced¨ y sobre la influencia del marketing de los ISRS en la práctica médica:
https://www.saludyfarmacos.org/boletin-farmacos/boletines/ago202505/61_in/
https://www.saludyfarmacos.org/boletin-farmacos/boletines/ago202504/41_co/
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