Se esperaba que la legislación federal de Pagos Abiertos de 2013, que requiere que las compañías farmacéuticas revelen sus pagos directos a los médicos, ayude a contrarrestar la influencia corruptora de dichos pagos. Si los pagos se hicieran públicos, se pensaba, los profesores de la facultad de medicina evitarían actuar como autores nombrados en artículos escritos por fantasmas que informan los resultados de ensayos clínicos, y se abstendrían de recibir pagos para dar charlas promocionales a medida que las empresas construyen mercados para sus medicamentos recientemente aprobados. .

Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid publicaron recientemente los pagos de 2020 y, por lo tanto, ahora hay un registro de pagos de siete años al que se puede acceder fácilmente. Una investigación de Mad in America de estos registros revela que, si bien la legislación ha reducido la participación de psiquiatras académicos en estas actividades, la influencia corruptora del dinero farmacéutico en todas las fases del proceso de desarrollo de fármacos: la prueba de fármacos, la presentación de informes de resultados en revistas, y la venta de medicamentos recientemente aprobados a la comunidad médica, está siempre presente. La corrupción hoy está más arraigada que nunca.

En psiquiatría, ahora existe lo que podría describirse como una industria de servicios de psicofarmacología, que se puede dividir en tres sectores. Hay un pequeño número de psiquiatras académicos que sirven como consultores y asesores de las empresas mientras llevan a cabo sus ensayos de fase II y fase III y, junto con los empleados de la empresa, actúan como autores de los informes publicados de esos estudios. Hay un segundo grupo, algo más grande, de psiquiatras que escriben revisiones adicionales de los resultados de las fases II y III y, al hacerlo, ayudan a promover una mayor conciencia de los nuevos fármacos. El tercer sector ayuda a comercializar los medicamentos a los prescriptores. Los psiquiatras de los dos primeros grupos hablan en conferencias y sirven como “profesores” para cursos de educación médica continua.

El resultado más notable de la legislación Open Payments es que las empresas farmacéuticas ya no intentan ocultar esta influencia financiera. La cara del comercio es visible en cada etapa del proceso: el diseño sesgado de los ensayos, el giro de los resultados y la posterior promoción de los medicamentos a los prescriptores. Gracias a la base de datos Open Payments, ahora se puede informar la cantidad de dinero que fluye a los psiquiatras en cada etapa.

Hay dos partes en esta investigación de MIA. La primera parte revisa la corrupción que llevó al Congreso a aprobar la legislación de Pagos Abiertos y luego detalla el flujo de dinero a los psiquiatras que se puede obtener de esta base de datos. La segunda parte analiza cómo este proceso comercial estuvo presente en las pruebas y la comercialización de siete nuevos medicamentos psicotrópicos que fueron aprobados por la FDA de 2013 a 2017, y cómo esta financiación convirtió regularmente en medicamentos que no proporcionaron un beneficio clínico significativo en los ensayos clínicos, en medicamentos “seguros y efectivos” que generaron miles de millones en ingresos para las compañías farmacéuticas.

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