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Políticas

Estados Unidos y Canadá

EE UU. Una propuesta ejecutiva pone los intereses de las grandes farmacéuticas por encima de la vida de los ciudadanos (Proposed Executive Order Puts Pharma Interests Over People’s Lives)
Comunicado de Prensa
Médicos sin Fronteras, 27 de junio de 2017
http://www.doctorswithoutborders.org/article/proposed-executive-order-puts-pharma-interests-over-peoples-lives
Traducido por Salud y Fármacos

Un borrador filtrado de la orden ejecutiva del presidente Trump sobre precios de los medicamentos revela que la Casa Blanca perpetuará las políticas que han llevado a un sistema de investigación y desarrollo biomédico (R & D) que no es funcional y que pone en el mercado mundial medicamentos a precios inasequibles, dijo la organización médica internacional humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).

La orden ejecutiva filtrada, titulada “Cómo Reducir el Costo de Productos Médicos y Mejorar la Innovación Biomédica Estadounidense”, propone intervenciones del gobierno de EE UU que no reducirán significativamente los precios de los medicamentos en EE UU y proporcionarán a las corporaciones farmacéuticas una mayor libertad para aumentar los precios en el extranjero.

“Todos los días, en todo el mundo, MSF es testigo del sufrimiento humano causado por los tratamientos que se racionan o de pacientes a quienes se niega asistencia médica esencial debido a los altos precios de los medicamentos y las vacunas”, dijo Jason Cone, director ejecutivo de MSF-USA. “En lugar de responder a la crisis global de los altos precios de los medicamentos para asegurar que la mayor cantidad posible de personas puede pagar sus medicinas, el gobierno de EE UU se está replegando sobre las contraproducentes políticas respaldadas por las farmacéuticas que solo empeorarán esta crisis”.

La orden ejecutiva del presidente se basa en dos falsas premisas: hay que subir más los precios en el extranjero para que bajen en EE UU; y el sistema actual de recompensar a las empresas farmacéuticas con precios altos y monopolios a largo plazo ha promovido la innovación que urgentemente necesita el paciente. La industria farmacéutica ha promovido durante mucho tiempo estos mitos para extender las leyes de propiedad intelectual que limitan la competencia y aumentan los precios, dijo MSF.

De hecho, la Asociación Transpacífica (TPP), un acuerdo comercial al que el presidente Trump se oponía rotundamente y que MSF calificó como el acuerdo comercial más peligroso para la salud, contenía muchas de las mismas disposiciones pro-farmacéuticas que ahora está avanzando unilateralmente a través de la orden ejecutiva propuesta.

La orden ordena al representante comercial de EE UU que revise los acuerdos comerciales para garantizar que “promuevan una mayor protección de la propiedad intelectual y de la competencia en el mercado global”. Además, el borrador muestra que la Administración de Trump planea revisar los acuerdos comerciales y los mecanismos que EE UU podría utilizar para limitar la competencia en otros países. El objetivo de la orden es alargar los monopolios de los medicamentos en países extranjeros para “garantizar que los ciudadanos estadounidenses no subsidien desproporcionadamente la innovación de productos médicos para el resto del mundo, ni permitir que los gobiernos extranjeros devalúen injustamente la innovación estadounidense”.

“La idea de que los altos precios de los medicamentos en EE UU se pueden reducir aumentando los precios en otros países es cruel y no está basada en la realidad”, dijo Cone. “La realidad es que las compañías farmacéuticas cobran precios altos por los medicamentos en todo el mundo simplemente porque pueden, y elevar los precios de los medicamentos en el extranjero no beneficiara a los estadounidenses, pero sí perjudicara a las personas que dependen de estos medicamentos. Defender el sistema actual de I + D en medicina es una tontería. Cuando los médicos no tienen ningún medicamento para responder al Zika, y cuando los medicamentos contra la hepatitis C se racionan a los pacientes más enfermos debido a su exorbitante precio, ¿podemos realmente decir que este sistema actual garantiza que los pacientes tengan acceso a los medicamentos que necesitan?”

La verdad es que los altos precios están impidiendo el acceso a los medicamentos, no promueven la innovación para las prioridades de salud pública y tienen consecuencias mortales en todas partes. Por ejemplo, el precio de vacunar a un niño en los países más pobres del mundo aumentó 68 veces en poco más de una década. Las vacunas nuevas y costosas, como la vacuna de la enfermedad neumocócica, que mata a aproximadamente un millón de niños cada año, son inasequibles en muchas partes del mundo.

Además, la orden ejecutiva no hará nada para promover el desarrollo urgente de nuevos antibióticos, y estamos en medio de un alarmante aumento mundial de la resistencia a los antibióticos.

“En MSF, a menudo tratamos personas con infecciones resistentes a los antibióticos disponibles, por lo que nos vemos obligados a tomar decisiones difíciles”, dijo la Dra. Carrie Teicher, médica y epidemióloga de MSF. “¿Cómo le dices a una madre con tuberculosis resistente a los medicamentos, a un niño en Haití que se quemó en un incendio o a un padre herido de guerra en Jordania que nos hemos quedado sin opciones de antibióticos porque las empresas farmacéuticas han optado por no desarrollar nuevas líneas de antibióticos que salven vidas porque sus ganancias potenciales no son atractivas? Y esto no es exclusivo de los lugares donde trabaja MSF; la creciente prevalencia de infecciones resistentes a los medicamentos es una preocupación mundial reconocida: en EE. UU los pacientes también se están quedando sin opciones”.

Las compañías farmacéuticas a menudo afirman que deben cobrar precios altos para compensar los riesgos y las inversiones que realizan al desarrollar medicamentos. Sin embargo, una cantidad significativa de I + D se financia con dinero de los contribuyentes. En muchos casos, las personas efectivamente están pagando dos veces: a través de sus impuestos y en la farmacia, donde los medicamentos tienen un precio alto. Al menos el 30% de los más de US$200.000 millones invertidos anualmente en I + D en salud se financia con subvenciones públicas, y los gobiernos suelen proporcionar a las empresas subsidios, incentivos y créditos fiscales adicionales sin exigir garantías de que los productos terminados ayuden a las personas que financiaron la I + D.

En el caso de Zika, por ejemplo, el Departamento de Defensa ha desarrollado una potencial vacuna y está dispuesto a proporcionar una licencia para su desarrollo exclusivo a la compañía farmacéutica Sanofi. La licencia no incluye garantías de que el producto final de Sanofi sea asequible o esté disponible en EE UU o en cualquier otro lugar del mundo, donde se requieren urgentemente nuevos y asequible medicamentos y vacunas.

creado el 4 de Diciembre de 2020