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ECONOMÍA Y ACCESO

Compras

México. Empujones y sombrerazos por la megalicitación
Maribel R. Coronel
El Economista, 8 de octubre de 2014
http://eleconomista.com.mx/columnas/salud-negocios/2014/10/08/empujones-sombrerazos-megalicitacion

Estamos a escasos días de que arranque la mayor de todas las compras de medicamentos en México y el ambiente se calienta. Los sombrerazos entre postores por la mejor rebanada del pastel son cada vez más evidentes.

No es para menos. Están en juego alrededor de Pm50,000 millones (1US$=Pm13,5) en licitaciones públicas a partir de este mes. A ese monto ascenderá la inversión para el 2015 para compra de fármacos, dispositivos y material de curación para el IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena, Marina, hospitales federales y Seguro Popular.

Desde hace un mes arreciaron los golpes y cada día suben de tono.

Esta semana llegó a nuestras manos el expediente sobre la investigación que desde hace meses se inició contra la empresa Savi Distribuciones por haber falsificado un registro de la Cofepris. Gracias a dicho documento falso es que Savi, de la familia Salazar, pudo ganar para este 2014 la proveeduría del genérico doxorubicina, un fármaco cuyo original es de Janssen Cilag, y está indicado para sarcoma de Kaposi, un mal asociado al sida e indicado para cáncer de mama y metastásico.

Hay suficientes evidencias de que el proceso fue manipulado para que Savi y la farmacéutica mexicana Zurich Pharma ganaran dicha licitación que ascendió a más de Pm97 millones. El monto no pinta gran cosa dentro de las decenas de miles de millones de pesos a que ascienden las compras del IMSS. Pero es un hecho que el proceso fue manipulado, y hace pensar que el caso es sólo un pequeño indicio de todo lo que los participantes pueden lograr tras bambalinas dentro de los concursos del IMSS para adquirir medicamentos. El golpe ha sido contra Savi y Zurich Farma por sus competidores, pero inevitablemente queda en entredicho el IMSS, porque hace sospechar que no es un caso aislado.

Algo raro es que el registro falsificado de Savi se hizo alterando un registro válido de Laboratorios Best, de Víctor González Torres (vale aclarar que Dr. Simi no tiene nada que ver con el asunto -simplemente se usó un registro suyo para falsear otro-, pues su empresa ni siquiera le vende al gobierno).

Más raro aun es que ese registro aún no salía de la propia Cofepris, porque la licitación -para la cual Savi presentó el registro alterado- fue en noviembre y el registro a Laboratorios Best, en diciembre. Ello hace pensar que gente de la Cofepris estaría inmiscuida. ¿O quién podría acceder a un registro sanitario para alterarlo cuando ni siquiera había sido emitido oficialmente por la Cofepris?

La Cofepris ya levantó la denuncia AP/PGR/DF/SPE-X/2595/14-09. En el IMSS el asunto se investiga por el Órgano Interno de Control desde hace meses porque sucede que desde entonces hubo dos impugnaciones de empresas inconformes con el proceso, una de ellas es Asofarma, que luego se desistió.

El punto es que si todo hubiera sido conforme las reglas existentes, Savi no hubiera podido siquiera participar porque no tenía registro, y el IMSS hubiera debido abrirse a una licitación internacional abierta donde hubiera podido participar cualquier fabricante de la doxorubicina. No fue así, Savi manipuló presentando un registro apócrifo, pero ¿por qué hasta hoy se arma el escándalo? Justo a unos días de que sea la nueva megacompra. Lo más natural es que si el OIC ya tuviera resultado completo de la investigación, para la compra del 2015, ya habría inhabilitado a Savi y Zurich Farma, pero nos dicen que ello está difícil, pues es todo un proceso y “no dan los tiempos”.

La burocracia juega un papel importante: por los controles impuestos por la Secretaría de Salud para evitar el uso ilegal de morfina, ésta difícilmente llega a quien sí la necesita.

Las recetas necesarias para prescribir estos medicamentos requieren una autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y hay al menos tres estados, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, en donde no se recetan porque ni siquiera cuentan con las impresoras necesarias para este tipo de recetas.

Otra barrera es el desabasto total de morfina que el país vivió en 2014. Ningún paciente pudo acceder al fármaco más común para eliminar el dolor. Aquellos pacientes que se atienden en el sector privado pudieron pagar medicamentos alternativos, que son hasta tres veces más caros, pero en los hospitales públicos simplemente no hubo acceso, solo si había en almacén.

Si bien la situación que se sufrió este año fue extraordinaria, pues el abasto ya se regularizó, el Consejo de Salubridad General calcula que la cantidad de morfina que México importa cada año es de apenas 10 kilos en total, lo cual es insuficiente.

Human Rights Watch ha calificado la falta de acceso a tratamientos para el control del dolor como una violación a los derechos humanos.

creado el 12 de Septiembre de 2017