Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

Ensayos Clínicos
Ensayos Clínicos y Ética

EE.UU. Llevan a los tribunales a la Universidad de Pittsburgh y a un científico de la Universidad Johns Hopkins por falsificar datos de una investigación sobre cáncer de próstata
Brian Bowling
Pittsburgh Tribune-Review, 3 de septiembre de 2009 
Ver en Ética y Derecho sección Litigaciones

Investigación Clínica en Brasil II. Análisis crítico del sistema CEP-CONEP y propuestas de mejoría. (Pesquisa clínica no Brasil II. Análise crítica do sistema CEP-CONEP e propostas de aperfeiçoamento)
Octavio Luis Motta Ferraz e Sociedade Brasileira de Medicina Farmacêutica.
Relatório Independiente. Setembro 2008.
sbmf.org.br/pdf_temporarios/artigos/cep_conep.pdf

La sociedad demanda comités éticos especializados para regular los derechos de las personas que participan en las investigaciones biomédicas
Mónica de Haro
El Médico Interactivo, 13 de octubre 2009

La FDA avisa a Johnson & Johnson sobre antibiótico
The New York Times, 20 de agosto de 2009

Lo que cuesta la investigación clínica con fármacos: sólo una pequeña muestra
Enrique Gavilán
Salud y otras cosas de comer, 19 de octubre de 2009
saludyotrascosasdecomer.blogspot.com/2009_10_01_archive.html
Editado por Salud y Fármacos

Milnacipran (Savella) no alivia el dolor de la fibromialgia y tiene problemas de seguridad. (Milnacipran (Savella) fails to alleviate fibromialgia pain, has safety concerns)
Worst Pills, Best Pills News
, 2009:15(9):1, 3
Resumido por Salud y Fármacos


EE.UU. Llevan a los tribunales a la Universidad de Pittsburgh y a un científico de la Universidad Johns Hopkins por falsificar datos de una investigación sobre cáncer de próstata

Brian Bowling
Pittsburgh Tribune-Review, 3 de septiembre de 2009 
Ver en Ética y Derecho sección Litigaciones

 

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Investigación Clínica en Brasil II. Análisis crítico del sistema CEP-CONEP y propuestas de mejoría

. (Pesquisa clínica no Brasil II. Análise crítica do sistema CEP-CONEP e propostas de aperfeiçoamento)
Octavio Luis Motta Ferraz e Sociedade Brasileira de Medicina Farmacêutica.
Relatório Independiente. Setembro 2008.
sbmf.org.br/pdf_temporarios/artigos/cep_conep.pdf

Este documento complementa otro que el mismo grupo había publicado don anterioridad titulado Pesquisa Clínica no Brasil: Aperfeiçoando o Ambiente Regulatório (no hemos podido ubicar la referencia completa). Según los autores, el sistema CEP-CONEP tiene problemas estructurales y operacionales que le impiden alcanzar su objetivo principal: proteger a los voluntarios que participan en investigación y facilitar el desarrollo de investigaciones éticas, es decir que tengan valor científico y contribuyan al desarrollo sanitario y económico del país.

Lamentablemente los problemas que se identificaron en el documento anterior no se han solucionado, más bien han empeorado, sobre todo el tiempo de evaluación de los proyectos. El resultado es que Brasil no atrae tantos ensayos clínicos como pudiera. Los problemas regulatorios no son exclusivos de Brasil, en mayor o menor escala todos los países en los que se realiza investigación clínica tienen problemas de regulación; lo que distingue a unos países de otros es la forma como se enfrentan este tipo de situaciones y en Brasil muchos son renuentes a cambiar el sistema.

Una desventaja importante que tiene Brasil es que todos los proyectos internacionales tienen que ser aprobados por los comités de ética institucionales y después por el comité de ética nacional (CONEP). Sin embargo, mientras se elaboraba este documento hubo avances importantes al pasar de un proceso de evaluación secuencial a un proceso simultáneo (Ver Los ensayos clínicos en Brasil

En esta mismo número y sección del Boletín Fármacos). A continuación se mencionan algunas de las estrategias adicionales que según los autores de este documento podrían contribuir a mejorar el sistema:

1. Descentralización completa del sistema CEP-CONEP. Conviene delegar la los CEPs la responsabilidad de aprobar los proyectos, especialmente los estudios multicéntricos con participación extranjera. Transcurridos 12 años de la entrada en vigor de l a Res CNS 196/96, el sistema CEP-CONEP reúne las condiciones y la experiencia suficiente para avanzar en el proceso de descentralización que se inició con la Res CNS 251/97.
2. Adopción de un sistema por el que todos los cuestionamientos a un proyecto se realicen simultáneamente. Salvo en circunstancias extraordinarias, los cuestionamientos que se hagan a un proyecto determinado deberían hacerse simultáneamente, no de la forma fragmentada e ineficiente que se ha venido utilizando hasta el momento. Se debe obligar a que la entidad reguladora, o en su futuro los CEP, presenten sus preguntas en un solo momento, tal como se hace en la Unión Europea.
3. Implementación de un instituto de aprobación tácita. Si la entidad reguladora no manifiesta su opinión en un periodo de 60 días se debería entender que el proyecto está aprobado. Esta estrategia se utiliza en la Unión Europea.
4. Eliminación de la necesidad de presentar el documento de aprobación en el extranjero. Las entidades reguladoras nacionales tienen capacidad para evaluar los proyectos multicéntricos internacionales, y pueden decir aprobarlos o no independientemente de lo que hayan decidido otros organismos extranjeros.
5. Adopción de medidas que agilicen y hagan más transparente el proceso de aprobación de proyectos. Entre ellas:

a. Facilitar que el investigador pueda dar seguimiento al proyecto sometido a evaluación ética. La agencia reguladora debería divulgar la fecha de recepción del proyecto, la fecha de su distribución y la de la reunión del comité. Además se debe permitir que el investigador acuda a la reunión para poder aclarar personalmente cualquier duda.
b. Compartir con el investigador todas las opiniones del comité y del consultor at hoc, cuando exista.
c. Entregar al investigador una copia de la memoria de la reunión en la que se discutió su proyecto.

6. Auditoria independiente. Para asegurar la mejoría continua de estos procesos, es necesario que los sistemas CEP-CONEP se sometan periódicamente a auditorias independientes.
7. Inversión continua en la estructura y capacitación de los CEPs.

Nota del Editor: Hemos reproducido el resumen ejecutivo del documento porque nos parece importante divulgar opiniones contrastantes sobre un mismo tema. Salud y Fármacos no comparte muchas de estas recomendaciones.

 

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La sociedad demanda comités éticos especializados para regular los derechos de las personas que participan en las investigaciones biomédicas


Mónica de Haro
El Médico Interactivo, 13 de octubre 2009

Ante la proliferación y diversidad de Comités de Ética en Investigación Biomédica -con atribuciones muy dispares, funciones complejas y controvertidas, falta de recursos y, en algunos casos, de formación específica- el Instituto Roche presenta un documento que evalúa “Los Controles Éticos de la Actividad Biomédica. Análisis de situación y recomendaciones”, en el que han participado investigadores, clínicos, juristas y autoridades sanitarias

La Ley 14/2007, de 3 de julio de Investigación Biomédica (LIB), así como la creciente e imparable incorporación de progresos biomédicos que aumentan considerablemente el conocimiento de las diferencias interindividuales y las bases moleculares de cada enfermedad, vigoriza y modifica el papel que estaban desempeñando hasta el momento en nuestro país los diferentes Comités de Ética. Clarificar este panorama no es sólo un reto que necesita ser urgentemente solventado, sino una obligación sociosanitaria.

Desde el Instituto Roche y la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano, de la Universidad de Deusto (País Vasco), se ha tratado de afrontar este desafío con la creación del grupo de trabajo multidisciplinar CEAB (Control Ético de la Actividad Biomédica), con un documento que pretende ser tanto una radiografía de cómo están funcionando los comités éticos en nuestro país, como un punto de partida para la toma de decisiones y para la adopción de cambios en el modelo seguido hasta el momento.

“Este estudio que presentamos hoy es el resultado de dos años de trabajo. Vimos que había una nueva realidad y hacía falta un cambio en la actividad biomédica. Por eso formamos un pequeño grupo de trabajo con dos coordinadores y un pequeño pero selecto grupo de expertos”, explica el Dr. Jaime del Barrio, Director General del Instituto Roche. Es un documento exhausto y prolijo que no pretende sustituir ni suplantar otros trabajos sino apoyar la normativa existente y unificar criterios”.

En el texto se revisan los antecedentes de los controles éticos de la actividad biomédica en España (desde el Código Nüremberg hasta la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Asistencial), se efectúa un detallado análisis de la evolución normativa y el panorama actual de los controles éticos; también se fijan una serie de rutas o recomendaciones básicas sobre el control ético que se debe seguir en la actividad biomédica; igualmente, el documento revela los nuevos desafíos y las oportunidades para la evaluación de la investigación biomédica en España.

Órgano de control
El control de la investigación biomédica, en general, corresponde a las autoridades sanitarias, si bien éstas atribuyen a los comités de ética un papel fundamental en dicho control. Caracterizados por su interdisciplinariedad y su independencia, y compuestos por personas expertas, los comités aportan al sistema de control un dictamen en el que se evalúan los aspectos éticos, metodológicos y jurídicos de una actividad de investigación biomédica. Dicho dictamen informa generalmente con carácter vinculante a las autoridades correspondientes.

Los controles éticos no sólo son cada vez más demandados tanto por investigadores como por pacientes y donantes de muestras, sino que además, a partir de la promulgación de la Ley de Investigación Biomédica (LIB), son jurídicamente obligatorios. La LIB contempla previsiones específicas sobre los comités de ética de la investigación que pueden ser muy importantes, dado que el panorama investigador en nuestro país está experimentando profundos cambios, a la vez que un crecimiento cualitativo y cuantitativo exige respuestas diversificadas (entre ellas, las de naturaleza normativa).

“Los comités de ética de la investigación van a tener que asumir nuevos retos, entre ellos evaluar proyectos de investigación que con anterioridad no tenían atribuidos legalmente (investigaciones con muestras biológicas humanas, análisis genéticos, etc.)”, resalta el Director General del Instituto Roche, Jaime del Barrio.

Según se recoge en el documento, además resulta prioritario detectar déficits y aportar soluciones, así como identificar qué clases de comités hay, qué normativa deben seguir, qué competencias específicas les corresponden, cómo funcionan, cómo se relacionan entre sí y qué disfunciones presentan. “Una investigación biomédica de calidad sólo puede ser aquella que acredite el respeto a los principios éticos y jurídicos que ha consensuado la sociedad en la que se desarrolla. Por eso es necesario supervisar la actividad biomédica de los distintos comités aunque se entorpezca la investigación porque la sociedad está demandando estos controles”, afirma Carlos María Romeo, que dirige la Cátedra Interuniversitaria Fundación BBVA-Diputación Foral de Bizkaia de Derecho y Genoma Humano.

“Sólo un estricto y adecuado sistema de control ético puede ordenar, priorizar y validar los hallazgos que se van acumulando en cada vez menos intervalos de tiempo, y pueden ayudar a discernir entre los progresos biomédicos que son útiles y aconsejables para la humanidad y aquellos que pueden suponer un riesgo para el ser humano”, añade del Barrio. Así lo defiende también Carlos María Romero, “los controles éticos en la actividad biomédica son imprescindibles”. Tal y como resalta, “no debemos olvidar que los primeros beneficiarios de estos controles son los pacientes, su salud e integridad, su intimidad… lo que entronca con derechos fundamentales proclamados por nuestra Constitución”. Pero, además, estos controles promueven la mejora de los estándares de investigación del país, elevando su calidad; de hecho, este tipo de controles se extiende a la propia metodología del ensayo o proyecto de investigación.

Aprender de los errores
Por su parte, los Comités de Ética de la Investigación Clínica (CEICs) plantean otros problemas adicionales: dificultades añadidas a las que se enfrentan los miembros por ejercer esta actividad complementaria a su trabajo, mayor necesidad de formación de los miembros de los CEICs para su actividad evaluadora, dificultades para realizar un adecuado seguimiento, falta de recursos, sobrecarga de trabajo en algunos CEICs, falta de organización, comunicación y coordinación entre los comités en los diversos niveles en los que les corresponde actuar, falta de regulación explícita sobre el tratamiento legal de las modificaciones relevantes introducidas por el promotor o el investigador una vez autorizado el proyecto, discrepancias en la evaluación e incertidumbre sobre cómo van a afectar a su trabajo las previsiones.

En este sentido, el Dr. Manual Arias, catedrático de Derecho Penal, investigador y coordinador del libro, explica que “Los comités actúan con independencia de criterios, son multidisciplinares y profesionalizados. Sus miembros son voluntarios, deben sacar tiempo de donde no lo tienen y afrontar problemas como velar por la confidencialidad del paciente y lograr que este firme la hoja de consentimiento informado”.

Finalidad práctica


Partiendo de esta realidad, los firmantes de este documento subrayan la necesidad de evitar que los problemas detectados se repitan en la actividad de los futuros CEIs. Para ello, se aconseja un buen desarrollo de la LIB y de la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en lo que se refiere a los criterios de acreditación y funcionamiento de estos CEIs. Se recomienda la acción conjunta de todos los agentes implicados: investigadores, promotores, CEICs y Administración (en particular, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y el centro coordinador del Comité de Ética de la Investigación).

Como medidas concretas se exponen soluciones relativas a la motivación y la formación de los miembros de los comités; organización, gestión y suministro de recursos necesarios para llevar a cabo su labor; homogeneización de su actuación; agilización y efectividad de la emisión del dictamen único; mejora en el proceso de seguimiento, participación social y de los pacientes; y reacreditación de los CEICs en cumplimiento de las exigencias de la LIB.

Para el jurista Carlos María Romeo, co-coordinador de CEAB, “esto va a exigir que se cuente con determinados perfiles de especialización en el seno de los comités, con el fin de asegurar su competencia para la evaluación; además, probablemente, tendrán que asumir más trabajo, sin perjuicio de que la nueva Ley deja abierta la posibilidad de crear comités especializados (allí donde las características y el volumen de proyectos lo requieran)”.

Por tal motivo el grupo de trabajo ha llegado ya a una conclusión unánime. Como lo detalla Carlos María Romeo, “es necesario y muy urgente que el Gobierno proceda sin más demoras al desarrollo reglamentario de la LIB; en concreto, en nuestro caso es prioritario el desarrollo reglamentario en lo relativo a los comités de ética de la investigación y al Comité de Garantías sobre la utilización de células y tejidos humanos”.

 

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La FDA avisa a Johnson & Johnson sobre antibiótico

The New York Times, 20 de agosto de 2009

La FDA ha advertido a Johnson & Johnson que el monitoreo de dos ensayos clínicos en humanos para testar su antibiótico ceftobiprole, que está en proceso de aprobación, no fue apropiado. El medicamento debe servir para tratar complicaciones infecciosas de la piel, tales como MRSA (methicillin-resistant Staphylococcus aureus).

La Agencia ha retrasado dos veces la aprobación de ceftobiprole por los mismos problemas. Dice que Johnson & Johnson ha violado los protocolos de su propio estudio. De acuerdo a la FDA, Johnson & ohnson no se aseguró que los pacientes guardaran apropiadamente el medicamento cuando lo tomaban en la casa. Además indicó que Johnson & Johnson no pudo documentar algunas dosis que había dado a pacientes, reclutó pacientes que no cumplían sus propios criterios de selectividad para el estudio y contrató investigadores que no tenían las calificaciones necesarias para llevar a cabo la investigación.

La carta de aviso, fechada el 10 de agosto, se publicó en la página web de la FDA al siguiente día. La Agencia dio 15 días hábiles para que Johnson&Johnson explicara las precauciones que iba a tomar para evitar semejantes problemas en el futuro y advirtió que puede aplicar una “acción reguladora” si la compañía no responde detalladamente.

La FDA envía cartas de advertencia cuando se dan violaciones que pudieran poner en peligro el valor de los datos que se están recopilando, o se pone en peligro los derechos, la seguridad o bienestar de los pacientes, dijo Pat El-Hinnawy, vocera de la FDA. Explicó que no podía dar detalles sobre las acciones que podría tomar la FDA contra la compañía ya que el caso se estaba analizando.

Ernie Knwitz, vocero de Johnson&Johnson Pharmaceutical Research and Development, no ofreció ningún comentario sobre los particulares de la carta de advertencia, pero dijo en una entrevista telefónica que la compañía estaba preparando una respuesta.

La Unión Europea retrasó una decisión sobre el producto en febrero de 2009.

 

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Lo que cuesta la investigación clínica con fármacos: sólo una pequeña muestra

Enrique Gavilán
Salud y otras cosas de comer, 19 de octubre de 2009
saludyotrascosasdecomer.blogspot.com/2009_10_01_archive.html
Editado por Salud y Fármacos

Hace unos días, nuestro amigo Javier Herrero nos recordaba la cantidad de dinero que la industria farmacéutica destina a la investigación con fármacos. Debe ser como una consigna: los que trabajan para la industria lo utilizan siempre para argumentar en contra de las políticas de uso racional del medicamento.

Y es cierto. Se gastan una pasta alucinante. Si nos centramos sólo en las fases de estudio de fármacos en humanos (la mayoría de las moléculas no pasan a este momento), el presupuesto debe repartirse entre muchas partidas: pago al Contract Research Organization (CRO), los monitores de los ensayos clínicos, los envíos de muestras por mensajería (generalmente un courier y vía urgente, se ve que Correos no les vale o no lo consideran fiable), los gastos directos (desplazamientos) e indirectos (cese de lucro) a los pacientes incluidos en los ensayos clínicos (ya que en nuestro país la legislación no permite la incentivación económica a los pacientes por participar en ensayos clínicos), los gastos de registro de ensayos clínicos y de productos sanitarios en las agencias de medicamentos, los gastos que generan la evaluación de los comités éticos de investigación clínica (unos €600 por ensayo clínico, teniendo en cuenta que cada comité ético de cada centro participante en el mismo tiene que revisar el protocolo), los gastos de los análisis y otras pruebas complementarias a realizar, el pago por el uso de cuestionarios protegidos por copyright, etc., etc., etc.

Pero nos centraremos en dos tipos de gastos que genera el estudio pre-registro de un fármaco nuevo: los gastos de los encuentros de investigadores y las compensaciones a los mismos por colaboración.

Pongamos un ejemplo real. Tan real como que lo viví en primera persona. Un ensayo clínico en Fase III con una estatina. Con un elenco de 224 investigadores principales de 15 países. Hubo una convención internacional en Munich. En dichas reuniones, los investigadores ponen en común y se resuelven dudas sobre las consideraciones del protocolo de investigación que son necesarias para ejecutar el ensayo: criterios de inclusión y exclusión, cómo se efectúa la aleatorización y el cegamiento, las pruebas complementarias a realizar, datos a recoger, procedimientos ante la sospecha de un efecto adverso, etc.

El alojamiento de los participantes en el encuentro fue en el Hotel Arabella Sheraton de Munich, de cinco estrellas… Una noche habitación individual en dicho hotel cuesta €196. Estaban invitados dos investigadores de cada centro, con lo cual asistirían, contando personal coordinador de la investigación y comerciales y directivos de la compañía farmacéutica correspondiente, unas 450-500 personas. Pongamos que cada desplazamiento en avión de los participantes costara de media unos €450 (la mayoría de los países eran europeos, pero es que los que no lo eran venían de tan lejos como Canadá o Australia). Sumen comidas en un hotel de lujo, alquiler de la sala, etc. Echen cuentas: sale por alrededor de €350.000… sólo en una reunión para un sólo ensayo clínico. Pero es que de esta estatina, sólo en estudios en Fase III, se han realizado más de sesenta ensayos… ¡toda una constelación sin fin! Multipliquen y hagan cuentas. Para no ser "malicioso", como se nos ha tachado, como el estudio del que hablo fue hace 8 años, quitemos un 10% aproximadamente por encarecimiento de los precios.

A esto sumen que los investigadores se llevan habitualmente para este tipo de estudios unos €600-1000 como media por paciente incluido en el ensayo clínico que haya completado el protocolo de investigación (si abandonan prematuramente, se paga la parte proporcional, habitualmente). De este dinero, algunos centros lo tienen estipulado de forma que parte de él revierte en formación de los profesionales involucrados en el estudio, aunque otra parte es para compensarles por el esfuerzo. La verdad es que no es poco: la mayoría de las veces se hace fuera del horario laboral (salvo privilegiados) y las jornadas de monitorización se hacen eternas (unas 12 horas e incluso a veces varios días). Pero aún así, en este apartado, ¿de cuánto estamos hablando? Si no fallo en mis cálculos (€600 x 6.800 pacientes) en este ensayo, y tirando por lo bajo, ¡cerca de €4 millones! Similares cifras se reembolsan al centro donde se realiza el ensayo, por el uso de las instalaciones y de los medios materiales, dinero que se invierte en nuevas investigaciones propias del centro, en la mayoría de los casos (en los demás, no sabemos). Y una cuantía inferior pero no despreciable va a parar a las Fundaciones que gestionan la investigación. Fundaciones públicas y privadas, sin ánimo de lucro y que es de entender que reinvierten parte del dinero en fomento de la investigación. Todos ganan, como veis… Ese es el secreto del éxito.

Lo que no remarcan tanto las industrias es que invierten el doble en marketing "www.plosmedicine.org/article/info:doi/10.1371/journal.pmed.0050001"  que en investigar    (por lo que es de pensar que les interesa el doble vender sus fármacos que crearlos). Tampoco hacen mucho énfasis en que la investigación sale mucho más barata, casualmente, para los fármacos que no les interesan fabricar por ser poco rentables. Dinero que luego la industria se cree lícitamente autorizada a ver no sólo compensado, sino multiplicado varias veces, hasta producir grandes dividendos a costa de lo que sea. Dinero que en definitiva termina pagando el contribuyente por los costes del gasto farmacéutico. ¿Que la sanidad pública no dedica fondos para investigar? Algo sí, poco, es cierto, pero que no lo haga no significa que no lo pague. Que no lo paguemos entre todos, de una u otra manera…

¿Podemos permitirnos una investigación con fármacos tan cara? ¿Cuáles de estos gastos que hemos desglosado son necesarios, cuáles se pueden obviar y cuántos abaratar? ¿Interesa hacer este esfuerzo reflexivo? ¿Interesa hacer más sostenible y eficiente la investigación clínica con fármacos? ¿Es la investigación parte del negocio?

 

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Milnacipran (Savella) no alivia el dolor de la fibromialgia y tiene problemas de seguridad.

(Milnacipran (Savella) fails to alleviate fibromialgia pain, has safety concerns)
Worst Pills, Best Pills News
, 2009:15(9):1, 3
Resumido por Salud y Fármacos

La FDA aprobó el uso de milnacipran (Savella) para tratar la fibromialgia en enero de 2009, a pesar de que los estudios no han demostrado que el medicamento alivie el dolor asociado a la fibromialgia. Hay otros dos medicamentos (pregabalina –Lyrica y duloxetina – Cymbalta) que han sido aprobados por la FDA para tratar el mismo problema.

Los científicos no han encontrado una forma de evaluar la fibromialgia, en parte porque se trata de un síndrome que no puede explicarse desde el punto de vista médico. Los estudios que los patrocinadores del medicamento (Cypress Bioscience y Forest Laboratories) presentaron a la FDA para su aprobación incluían, no solo evidencia dudosa de su efectividad sino que también se habían manipulado estadísticamente los datos de forma un tanto sospechosa. Al re-evaluar los datos de un ensayo previo en base a los resultados de un segundo estudio, Cypress Bioscience y Forest Laboratories consiguieron que los resultados de los ensayos realizados antes de la comercialización del medicamento aparentasen ser más favorables de lo que eran, favoreciéndose así la aprobación del medicamento.

La revisión de milnacipran que escribió el director de la división de la FDA responsable de aprobar los productos reumatológicos decía que a pesar de que el primero de los dos ensayos que exige la FDA no había demostrado que hubiera una diferencia estadísticamente significativa entre el grupo experimental y el placebo, la FDA había autorizado a los patrocinadores a cambiar el diseño del segundo estudio y también a cambiar la estrategia de análisis, con lo que se abrió la puerta para que el ensayo arrojase datos más favorables.

Tras obtener mejores resultados en el segundo estudio al haber cambiado el método de análisis, Cypress Bioscience y Forest Laboratories volvieron a calcular los resultados del primero y también obtuvieron resultados positivos. Este procedimiento se conoce como análisis post-hoc y en general no se permite porque introduce sesgos, pero en este caso, por razones que la FDA no ha explicado, se aceptó.

Si bien la queja más importante de los pacientes con fibromialgia es el dolor, ni la FDA ni los patrocinadores del medicamento pudieron encontrar una mejora estadística en el nivel de dolor cuando se estudió en forma aislada. Para obtener información que pudiese apoyar al medicamento, los investigadores decidieron medir la mejoría de los pacientes utilizando dos combinaciones de resultados: (1) un elevado nivel de mejoría (autoreportada) de funcionamiento y calidad de vida, combinado con una disminución del dolor del 30%; (2) un elevado nivel de mejoría (autoreportada) de funcionamiento y calidad de vida, combinado un 30% de mejoría en un cuestionario que recopila información autoreportada sobre el funcionamiento general del paciente (habilidad para realizar las actividades domésticas diarias, conducir, ir de compras).

En el primer ensayo, solo el 20% de los pacientes en el grupo tratado con milnacipran informaron que habían experimentado una mejoría en el dolor, comparado con el 19% de los tratados con placebo. Además solo el 20% dijeron haber experimentado una mejoría general y una mejora en la habilidad para llevar a cabo las funciones diarias, comparado con el 12% en el grupo placebo.

Si bien los investigadores pudieron lograr un resultado estadísticamente significativo al manipular los datos y combinar “dolor” con “la función del paciente”, la diferencia entre los pacientes tratados con el medicamento y los que recibieron el placebo siguió siendo muy poca – como mucho de entre el 7 y 8%. Esto quiere decir que el 90% de los pacientes no se beneficiaron y en cambio fueron expuestos a una variedad de efectos secundarios. El segundo estudio arrojó resultados similares.

La fibromialgia es un problema crónico, pero incluso después de esforzarse por obtener resultados positivos, lo pacientes no experimentaron mejoría hasta los tres meses de tratamiento.

Le EMEA está de acuerdo con Public Citizen en que milnacipran es inefectivo e inseguro, y recientemente negó el permiso de comercialización del milnacipran y de la pregabalina para tratar la fibromialgia (los productores de dulaxetina todavía no han solicitado el permiso de comercialización).

La EMEA concluyó que el efecto del medicamento es marginal y que no hay información sobre sus efectos a largo plazo. Con respecto a la pregabalina la EMEA concluyó que “no había una reducción consistente o relevante del dolor o de otros síntomas en los estudios de corto plazo, y no se había demostrado si la pregabalina mantenía su efecto en un estudio de más largo plazo.”

La etiqueta del milnacipran incluye 14 advertencias y precauciones, incluyendo riesgo de suicidio, síndrome de la serotonina (que puede ocasionar la muerte), aumento de la presión arterial y taquicardia; convulsiones, toxicidad hepática, sangrado anormal, y síndrome de abstinencia.

El síndrome de abstinencia ocurre porque el milnacipran puede generar adicción. Esto significa que los pacientes deben dejar de tomar el medicamento en forma paulatina, lo que puede ser un problema si aparecen efectos secundarios.

Uno de los efectos secundarios más frecuentes es la hipertensión: el 20% de los pacientes que eran normotensos antes de empezar el estudio eran hipertensos después del tratamiento, comparado con el 7% de los pacientes en el grupo placebo.

Los efectos gastrointestinales también fueron muy frecuentes. En un estudio con voluntarios sanos a los que se les administró una sola dosis de 100 miligramos, 58% vomitaron y 71% experimentaron náusea. Incluso después de una sola dosis de 50 miligramos, aproximadamente 50% de los que recibieron el medicamento experimentaron náusea y entre el 10 y 13% vomitaron.

Ver también el Boletín Fármacos 2008: 11(1) Sección de prescripción, farmacia y utilización. Para leer sobre el diagnostico y tratamiento de la Fibromialgia puede ver el informe del Comité de Evaluación de Nuevos Medicamentos de Euskadi
INFAC, 2009; 17(7) en
www.osanet.euskadi.net/r85-20361/es/contenidos/informacion/infac/es_1223/adjuntos/Infac_vol_17_n_7_nuevo.pdf

 

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modificado el 19 de septiembre de 2017