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Precauciones

Vitamina D: La suplementación rutinaria con vitamina D es innecesaria para prevenir enfermedades en adultos sanos

(Guideline: Routine Vitamin D Supplementation Unnecessary for the Prevention of Disease in Healthy Adults)
Worst Pills, Best Pills, marzo de 2025
Traducido por Salud y Fármacos, Publicado en Boletín Fármacos: Farmacovigilancia 2025; 28 (2)

Tags: suplementación con vitamina D en adultos sanos, Guía de la Sociedad de Endocrinología sobre suplementación de Vitamina D

Entre 1999 y 2014, la ingesta diaria de suplementos con vitamina D por los adultos estadounidenses aumentó del 0,3% al 18% [1]. Los beneficios de dicho aumento, especialmente para aquellos que no tienen deficiencia de vitamina D y carecen de factores de riesgo relacionados, son cuestionables.

Una nueva guía, financiada por la Endocrine Society, desaconseja la suplementación empírica con vitamina D para prevenir enfermedades en adultos sanos menores de 75 años, aunque sugiere que dicha suplementación puede ser útil en otras poblaciones, incluyendo individuos de 75 años o más [2].

La guía definió la suplementación empírica de vitamina D como la ingesta de vitamina D por encima de la dosis diaria recomendada, sin haber analizado los niveles de vitamina D en sangre. Según la guía, la ingesta adicional de vitamina D se limita al consumo de alimentos enriquecidos con vitamina D, o a la ingesta de suplementos de vitamina D o fórmulas vitamínicas que contienen vitamina D, normalmente en forma de pastillas o gotas.

La guía se publicó en julio de 2024 en la revista médica The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism y fue elaborada por 14 expertos, de los cuales solo uno había declarado tener conflictos de intereses. Varias organizaciones estadounidenses e internacionales, entre ellas la Asociación Americana de Endocrinología Clínica (American Association of Clinical Endocrinology) y la Sociedad Europea de Endocrinología (European Society of Endocrinology), copatrocinaron la guía.

Acerca de la vitamina D
La vitamina D es una vitamina liposoluble que favorece la absorción del calcio en el intestino y mantiene los niveles adecuados de calcio y fosfato en la sangre, que son necesarios para la mineralización normal de los huesos [3]. También desempeña otras funciones en el organismo, como reducir la inflamación y regular el crecimiento celular.

La vitamina D se encuentra de forma natural en los pescados grasos (como la trucha y el salmón) y en los aceites del hígado de pescado (véanse ejemplos en el cuadro siguiente). El hígado de res, el queso y la yema de huevo contienen pequeñas cantidades de vitamina D. Los alimentos enriquecidos (incluyendo la leche y los cereales para el desayuno) son una fuente importante de vitamina D en las dietas de la población estadounidense.

Es importante destacar que la vitamina D se puede producir de forma natural en la piel durante la exposición directa a la luz solar. Algunos expertos sugieren que de 5 a 30 minutos de exposición de los brazos, cara, manos y piernas al sol (sobre todo entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde) sin protección solar, al menos dos veces por semana, produce suficiente vitamina D.

Las guías nutricionales recomiendan que los lactantes sanos consuman 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día, y que las personas sanas entre 1 y 70 años de edad consuman 600 UI de vitamina D al día. Después de los 70 años, la cantidad diaria recomendada aumenta a 800 UI.

Existen dos formas principales de vitamina D: colecalciferol (vitamina D3) y ergocalciferol (vitamina D2). La mayoría de las multivitaminas contienen entre 800 y 1.000 UI de vitamina D.

Nuevas recomendaciones de las guías
Las recomendaciones de la guía de la Endocrine Society [6] se basan en una revisión sistemática de la evidencia, procedente principalmente de ensayos clínicos aleatorizados, que se centró en el uso de la vitamina D en la población general sin indicaciones establecidas para el tratamiento o análisis de vitamina D en sangre [7].

La guía no incluyó a lactantes porque las recomendaciones existentes apoyan la suplementación empírica rutinaria de vitamina D en lactantes sanos, para prevenir el raquitismo (debilitamiento de los huesos en niños, causado por la deficiencia de vitamina D).

Basándose en evidencias de baja certeza, la guía sugiere la suplementación empírica diaria con vitamina D para los niños y adolescentes sanos (entre 1 y 18 años), para prevenir el raquitismo nutricional y posiblemente reducir el riesgo de infecciones del tracto respiratorio.

En cambio, en el caso de mujeres adultas sanas que no estén embarazadas (entre 19 y 74 años), las guías desaconsejan la suplementación empírica rutinaria con vitamina D. En su lugar, sugieren que los adultos en este grupo amplio de edad se deberían limitar a consumir la cantidad diaria recomendada de vitamina D.

Esta recomendación se basa en la falta de evidencia concluyente que apoye el beneficio de la suplementación para reducir el riesgo de fracturas, caídas, infecciones u otros problemas en este grupo de edad. En este grupo de edad, las guías sugieren la suplementación empírica rutinaria con vitamina D solo en dos categorías de personas sanas: las que tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes y las mujeres embarazadas.

En adultos sanos de 75 años o más, la guía sugiere la suplementación empírica rutinaria de vitamina D porque la evidencia de certeza moderada sugiere que la suplementación podría reducir la mortalidad.

Cuando se consideran los suplementos alimenticios empíricos de vitamina D, la guía sugiere dosis diarias bajas, en lugar de dosis altas administradas de forma intermitente (como semanal o mensualmente), porque la evidencia muestra que las dosis altas pueden causar efectos adversos (como niveles altos de calcio en sangre y cálculos renales).

Debido a la falta de evidencia que apoye la necesidad de alcanzar ciertos niveles de vitamina D en sangre para prevenir enfermedades, las guías desaconsejan la realización de pruebas rutinarias para conocer la dosis de vitamina D en individuos sanos.

La guía no sugiere dosis empíricas específicas de vitamina D para prevenir enfermedades, porque en los ensayos clínicos se ha utilizado una amplia gama de dosis de suplementos.

Es importante destacar que la guía no se aplica a las personas que padezcan condiciones médicas que afecten la fisiología de la vitamina D (incluyendo aquellos con cirugía de bypass gástrico o enfermedad inflamatoria intestinal o malabsorción) o a aquellos que presenten síntomas óseos que podrían deberse a osteomalacia (debilitamiento de los huesos en adultos, a causa de una deficiencia de vitamina D). En estas personas, puede ser necesario administrar dosis más altas de suplementos de vitamina D y realizar análisis rutinarios de dicha vitamina [8].

¿Qué hacer?
Por lo general, el Grupo de Investigación en Salud de Public Citizen recomienda obtener suficiente vitamina D de fuentes alimenticias y de la exposición directa al sol, en lugar de hacerlo mediante suplementos. Los adultos en riesgo de sufrir una deficiencia de vitamina D, que padecen osteoporosis u osteomalacia u otras patologías, deberían consultar a sus médicos sobre la suplementación con vitamina D. Los adultos sanos mayores de 75 años, y los padres o tutores de niños y adolescentes, pueden comentar las nuevas recomendaciones con sus médicos, teniendo en cuenta que la evidencia a favor de la suplementación empírica en estos grupos de edad no es sólida.

Para obtener información detallada sobre temas importantes de nutrición y salud para cada etapa de la vida, consulte las Guías Alimentarias para los estadounidenses, 2020-2025, de los Departamentos de Agricultura y de Salud y Servicios Humanos (disponibles en bit.ly/3Q8hmug o https://www.dietaryguidelines.gov/sites/default/files/2020-12/Dietary_Guidelines_for_Americans_2020-2025.pdf).

Referencias

  1. Rooney MR, Harnack L, Michos ED, et al. Trends in use of high-dose vitamin D supplements exceeding 1000 or 4000 international units daily, 1999-2014. JAMA. 2017;317(23):2448-2450.
  2. Demay MB, Pittas AG, Bikle DD, et al. Vitamin D for the prevention of disease: An Endocrine Society Clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. 2024;109(8):1907-1947.
  3. Office of Dietary Supplements. National Institutes of Health. Vitamin D: Fact sheet for health professionals. April 22, 2022. https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminD-HealthProfessional/. Accessed December 31, 2024.
  4. Department of Agriculture. Food sources of vitamin D. August 2024. https://www.dietaryguidelines.gov/sites/default/files/2024-08/Food-Sources-Vitamin-D-Standard-508C.pdf. Accessed December 31, 2024.
  5. Office of Dietary Supplements. National Institutes of Health. Vitamin D: Fact sheet for health professionals. April 22, 2022. https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminD-HealthProfessional/. Accessed December 31, 2024.
  6. Demay MB, Pittas AG, Bikle DD, et al. Vitamin D for the prevention of disease: An Endocrine Society Clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. 2024;109(8):1907-1947.
  7. Shah VP, Nayfeh T, Alsawaf Y, et al. A Systematic review supporting the Endocrine Society clinical practice guidelines on vitamin D. J Clin Endocrinol Metab. 2024;109(8):1961-1974.
  8. Holick MF, Binkley NC, Bischoff-Ferrari HA, et al. Evaluation, treatment, and prevention of vitamin D deficiency: an endocrine society clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. 2011;96(7):1911-1930.
creado el 19 de Junio de 2025