Un estudio canadiense analizó los datos de 119.480 pacientes de 66 años o más con fibrilación auricular que iniciaron tratamiento anticoagulante (mayoritariamente con anticoagulantes orales directos: 69,3%), entre 2008 y 2022 en Ontario, para evaluar la relación entre eventos hemorrágicos y diagnósticos posteriores de cáncer.
Se observó que el 21,8% de los pacientes presentó episodios de sangrado en los dos años posteriores al inicio del tratamiento, mientras que el 4,9% fue diagnosticado con una malignidad en ese mismo periodo; estos pacientes que experimentaron sangrado mostraron un mayor riesgo de diagnóstico de cáncer (HR 4,0, IC 95% 3,8-4,3). La asociación varió según el sitio del sangrado: en casos de sangrado gastrointestinal se registró un HR ajustado de 5,0 para cualquier cáncer, aumentando a 15,3 cuando el cáncer se localizaba en el sitio del sangrado; de igual forma, el sangrado genitourinario presentó un HR de 5,0 para cualquier cáncer y 11,8 cuando el cáncer coincidía con el sitio del sangrado; el sangrado respiratorio tuvo un HR ajustado de 4,0 en general y de 10,1 cuando el tumor se ubicaba en esa área.
Por otro lado, las hemorragias intracraneales y nasofaríngeas mostraron asociaciones más débiles y sin significancia estadística a nivel de localización específica del cáncer, mientras que no se encontró asociación con el cáncer de mama. Además, entre los pacientes diagnosticados con cáncer, aquellos con antecedentes de sangrado tendieron a presentar la enfermedad en una etapa menos avanzada, lo que sugiere una mayor probabilidad de detección temprana y, por ende, mejores opciones de tratamiento y curación.
Los autores del estudio señalan que, dado que el sangrado podría ser atribuido a la medicación en lugar de a una patología intrínseca, se debe promover la educación y la realización de pruebas diagnósticas oportunas en pacientes con fibrilación auricular en tratamiento con anticoagulantes tras un episodio hemorrágico, lo cual puede aumentar la confianza para reanudar la terapia si se determina la ausencia de patologías graves.
Este estudio tiene las limitaciones propias del diseño observacional, como la posible influencia de otros agentes antiplaquetarios y la falta de evaluaciones diagnósticas sistemáticas en todos los casos de sangrado, lo que podría haber afectado el registro de datos.
En conjunto, estos hallazgos subrayan la importancia de investigar de manera proactiva los episodios de sangrado en pacientes anticoagulados, dado que esta estrategia podría permitir la detección de cáncer en etapas tempranas, favoreciendo un manejo clínico más efectivo y potencialmente incrementando las tasas de curación.
Fuente original